viernes, 12 de febrero de 2016

Sorprende con un detalle a tu media naranja



María Elena Balán Sainz
  Puede que quieras pasar el 14 de febrero en un restaurante, un salón de fiestas o en un sitio abierto, bajo las estrellas bebiendo un par de tragos y degustando algún aperitivo o entremés junto a tu media naranja, ese complemento perfecto para sentirte feliz y lleno de pasión.
  O tal vez has pensado que es mejor, para disfrutar de mayor intimidad, pasar el Día de San Valentín en casa, con música romántica, un menú especial, bebidas que lo complemente y postre ideal.
  Para tener detalles  con esa persona amada será oportuno que la congratules con imaginación, porque no se trata solamente de pensar en un regalo costoso, comprado en una tienda, sino de buscar igual algo sencillo, imaginativo, original, que inspire y demuestre los sentimientos amorosos.
   Quizás te agrade la idea de sorprender a tu pareja en el hogar y prepares una sabrosa comida, con una mesa cubierta por un hermoso mantel, copas, cubiertos y vajilla adecuados, todo a media luz y con flores, aunque sean silvestres.
  Usa las velas, esas lisas o de  figuras que venden en sitios de artesanía o en tiendas. Ah, y si son aromáticas mucho mejor, porque ambientarán el espacio, o también pueden utilizarse  varios faroles pequeños.
  Hay quien gusta de asar la carne de cerdo en una rústica y pequeña barbacoa, la cual puede situarse en la terraza de la casa o en el patio si las condiciones lo permiten, lo que asegura una noche romántica, bajo la luna y las estrellas.
  Como a los cubanos, en su mayoría  gustan los dulces, puede ser otro detalle para el Día del amor y la amistad preparar una de esas recetas de la abuela, bien sea una deliciosa natilla, en la cual podrás dibujar un corazón con canela molida, o tal vez un pudín con trocitos de chocolate dentro en forma de corazoncitos o una panetela cubierta de crema donde aparezca escrito Te Amo.
  No deben olvidarse las fotos que guardamos del inicio del romance, esas que regularmente preservamos  en una cajita en el armario y de vez en cuando sacamos del improvisado baúl de los recuerdos, será un ardid más para afianzar tu unión con tu media naranja.
  Como son tiempos en los que el uso de las tecnologías permite mensajes de correo electrónico, del chat o mediante el móvil, utiliza esas vías  si estás lejos de la persona amada  porque vienen a llenar un espacio que causa regocijo, puedes escribirle frases de amor, un fragmento pequeño de un poema, o un Te Quiero Mucho.
  Los regalos también gustan y más si son inesperados, de ahí que el ingenio demostrado en estos casos suele ser el mejor aliado y ayudará mucho conocer algo que quiere tener, tal vez sea un libro de un tema favorito, una botella de vino, un bolso que combine con las sandalias para el verano, o unas gafas de sol.
  No tiene que ser algo ostentoso, lo principal es el gesto y el detalle que pueden ir acompañados por una tarjetica alegórica al Día del amor y la amistad, de esas que por estos días venden en los correos, o si eres diestro confecciónala  y le gustará aún más.

jueves, 11 de febrero de 2016

José Martí: "a puerta sorda hay que dar martillazo mayor”



Reinaldo Cedeño Pineda Radio Siboney
¿Cuántas vidas vivió José Martí que parece haber escrito de todo? ¿Por qué su obra ha resistido tantos años y nos sigue tocando?
Aunque abarcó todos los géneros literarios, aunque poeta de excepción; José Julián Martí Pérez  (1853-1895) fue sobre todo un periodista. En esa hoguera ardió su vida. Más de una palabra de sus manuscritos,  no ha podido ser descifrada. Era un alambre vivo. Su pensamiento iba por delante de su mano.
La Edad de Oro no fue solamente una revista, sino que fue escrita íntegramente por él. No se repara demasiado en una hazaña pocas veces asumida, en la que artículos de la altura de “El Padre Las Casas” o “La Exposición de París” aparecen al lado de poemas y cuentos.
¿Quién no recuerda al viajero que sin sacudirse el polvo del camino llegó un día a Caracas, y pidió ver la estatura de Bolívar? Era él mismo.  ¿Y al  niño travieso cazando mariposas, a la mora loca detrás de su perla, al sabichoso Meñique, al hijo del rey y al hijo del pastor: a los dos príncipes?
“Dígase la verdad que se siente, con el mayor arte con que se puede decirla”, era su prédica. Y su práctica. A ello se apegó hasta el último latido, sin rebajar jamás la forma por la idea que encarnara en ella.  
Es difícil escoger un árbol en el bosque de su obra, pero hay algunas piezas que restallan su luz diamantina. Tal es el caso de “Mariana Maceo”, escrita en 1893 en el periódico Patria. Es un artículo breve, un homenaje a la madre de titanes, que no dudó en echarse al monte de la patria, con una rama de árbol como bastón.
“ ¡Y si alguno temblaba, cuando iba a venirle al frente el enemigo de su país, veía a la madre de Maceo con su pañuelo a la cabeza, y se le acababa el temblor!”.
¿Acaso se necesita decir más?
Tu alma es tu seda
En lo que se ha considerado su testamento íntimo: la carta a María Mantilla del 9 de abril de 1895, escribe a su hijita querida. Se envuelve en sus ideas, como coraza:
 “Mucha tienda, poca alma. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro  y quiere disimular lo poco (…) Esa es la elegancia verdadera: que el vaso no sea más que la flor”. Y unas líneas más adelante,  apuntala: “Pasa, callada, por entre la gente vanidosa. Tu alma es tu seda”.
Estremece volver a otra pieza breve escrita por el genio de Paula: “Sobre los oficios de la alabanza”, también aparecida en Patria. En esos pocos párrafos está contenida la tríada que presidió la obra martiana: verdad, belleza y virtud.
¿A quién alabar? ¿Por qué?  Martí nos esclarece: “A quien todo el mundo alaba, se puede dejar de alabar; que de turiferarios está lleno el mundo, y no hay como tener autoridad o riqueza  para que la tierra en torno se cubra de rodillas”.
“Pero es cobarde quien ve el mérito humilde, y no lo alaba (…) A puerta sorda hay que dar martillazo mayor (…) El corazón virtuoso se enciende con  el reconocimiento, y se apaga sin él”.
Hay que despertar las conciencias dormidas o torcidas. Las de ayer y las de hoy. Hay que dar el martillazo. Aquel que quiso echar su suerte con los pobres de la tierra, aquel cubano enorme, siempre nos está llamando. 

martes, 9 de febrero de 2016

Un cirujano célebre que recordaré siempre



Aída Quintero Dip
  Tuve el privilegio de conocer al Doctor en Ciencias Julio Noel González Jiménez (1928 - 2016), quien en 1985 realizó el primer trasplante de corazón en Cuba  y se convirtió en un cirujano célebre, con aportes prominentes para el desarrollo de la Medicina en su tierra y más allá de las fronteras nacionales.
   En mi condición de periodista tuve el alto honor  de retratarme junto a él, y de entrevistarlo una linda tarde  en el hospital  Hermanos Ameijeiras, de la capital cubana, escenario de sus últimas y trascendentes contribuciones a las ciencias médicas de su Patria.
  Recuerdo  que la titulé: Un cirujano célebre, como confirmación de que estaba ante un hombre tocado por los dioses,  de manos prodigiosas que puso al servicio de la vida de sus congéneres, con la humildad de quien es  dichoso propiciando felicidad a otros, siendo útil a los demás.
  Del eminente médico y profesor Noel, no olvidaré nunca su amabilidad, su sonrisa franca y esa innata vocación de servir  con la mayor naturalidad del mundo, atento  al más mínimo detalle que una quisiera saber, pese a las altas responsabilidades que le robaban el tiempo y el sueño.
  Hace pocos días recibí la triste noticia de su muerte y, como parte de mi sentido homenaje a la grandeza de su humilde persona,  transcribo parte del texto escrito por la colega Iris Armas  Padrino, al ofrecer la noticia sobre su deceso:

   Graduado de médico en 1954, su dedicación a la profesión y a la especialidad no le impidió cumplir con lo que entendió como su deber patriótico: la lucha contra la dictadura batistiana, refiere la Profesora Consultante María del Carmen Amaro, Vice-Presidenta de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina.
  Como miembro de una célula del Movimiento 26 de Julio, participó en actividades clandestinas y cooperó con otras organizaciones, en particular con el Directorio Revolucionario 13 de marzo, por sus estrechos vínculos con José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez y otros compañeros, agrega Amaro en una nota publicada en Infomed.
   En 1959 continuó sus prácticas de cirugía en diferentes hospitales de la capital y unidas a sus actividades profesionales y docentes, estaban también presentes en su diario quehacer las de consolidación de la Revolución.
   Por tal motivo fue fundador de las Organizaciones Revolucionarias Integradas, del Partido Unido de la Revolución Socialista, devenido luego Partido Comunista de Cuba, en el que militó activamente mientras su salud se lo permitió.
   Después de la invasión de Playa Girón, el país se quedó sin ningún grupo que practicara la cirugía cardiovascular, a consecuencia del éxodo de médicos y por encargo del Ministro de Salud Pública, inició la reorganización de esa especialidad en Cuba, en el hospital Comandante Manuel Fajardo.
   Allí fue director y, en 1966, se constituyó en esa institución el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, trasladándose luego al edificio que ocupa actualmente.
   Posteriormente en noviembre de 1984 se creó el servicio de Cirugía Cardiovascular en el Hospital Hermanos Ameijeiras bajo su dirección y el nueve de diciembre de 1985, realizó el primer trasplante de corazón al obrero Jorge Hernández Ocaña, de 31 años de edad.
   Por sus extraordinarios méritos como profesional, docente, investigador y militante revolucionario, recibió numerosos reconocimientos, entre los que destacan: Miembro de Honor de la Sociedad Dominicana de Cardiología y Miembro de la New York Academy of Sciences.
   También la de Miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba, Presidente de la Comisión de Ética de la Ciencia y del Comité Nacional Cubano de Bioética, y Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina.
   “Al despedir al inolvidable Profesor Julio Noel González Jiménez, no es posible dejar de recordar que este ser humano extraordinario poseyó las virtudes que él mismo admirara en sus compañeros de profesión", destacó Amaro.
   El respeto a sí mismo, a los pacientes y a los compañeros de labor, la pasión por la excelencia y una rigurosa disciplina en el trabajo, aseveró la eminente científica cubana.
   ¡Gracias, Profesor, por la entrega apasionada a su profesión, a su especialidad y a sus sueños revolucionarios de justicia social!, expresó María del Carmen Amaro, quien en nombre de la comunidad científica cubana trasmitió las más sentidas condolencias a su familia, a sus compañeros y amigos.    

viernes, 5 de febrero de 2016

El mérito de dar sosiego a pacientes de hemodiálisis



Aída Quintero Dip
   El santiaguero Ismael Paz Ayarde ha hecho honor a su apellido, al devolverle tranquilidad y sosiego a numerosos pacientes que requieren tratamiento de hemodiálisis y a sus familiares, mediante su voluntad e ingenio como innovador.
   Se desempeña como jefe del Taller de Mantenimiento del Laboratorio Farmacéutico Oriente, de Santiago de Cuba, el cual estableció en 2015 récord en la producción de concentrados de hemodiálisis, recurso elemental en el servicio hospitalario que garantiza salud y calidad de vida de personas con trastornos renales severos.
  Como uno de los innovadores destacados de la empresa, en ese logro resultó clave la consagración  e inteligencia de Ismael, ante la urgencia de buscar alternativa al problema que perjudicaba a tantos pacientes.
  “No contábamos con una tecnología que pudiera asumir la demanda de la población en los servicios de nefrología, y la hemodiálisis se hacía manualmente, con una manguera, en condiciones difíciles para los trabajadores de esa área”, señala.
  Entonces, dice,   nos dimos a la tarea de diseñar y fabricar una máquina totalmente automática para envasar las hemodiálisis, uno de nuestros productos más nobles por su gran impacto social.
 “Esta tiene la capacidad de triplicar la producción diaria que se hace, facilita y humaniza el trabajo, hay menos reclamaciones de los clientes y al mismo tiempo le ahorra al país una cifra considerable de dinero: alrededor de medio millón de euros, que es la moneda en que adquirimos los equipos.
  “Hasta ahora lleva un año en explotación y ha dado buenos resultados, relata con humildad y satisfacción el creador de la máquina.
  El importante logro no ha quedado entre las paredes del  Laboratorio Farmacéutico Oriente ni siquiera en la provincia santiaguera, ya que el equipo se ha comercializado a nivel de país.
   “En  2015 asumimos casi la producción nacional de hemodiálisis completa porque la planta de La Habana tuvo dificultades y nuestro equipo permitió el incremento de la fabricación”, reconoce Paz Ayarde con la modestia propia de quien encuentra la felicidad en servir a los demás.
  Graduado de técnico de nivel medio en Mecánica de Taller, este sencillo trabajador está próximo a cumplir 25 años de faena en el Laboratorio santiaguero, el cual considera una extensión de su hogar y al colectivo como una verdadera familia.
  “Pienso terminar mi vida laboral en este centro, soy integrante del movimiento de innovadores y racionalizadores por eso, además de la tarea específica en mi puesto, siempre he laborado en apoyo a las áreas productivas que me necesiten y en cualquier circunstancia.
  “Confeccioné tres máquinas para la producción de tabletas, participé en la recuperación de la torre de enfriamiento de la fábrica de sueros y en la del autoclave de bolsa que paralizó prácticamente la producción de ese renglón en el país y con ese trabajo pudimos ahorrarle a la nación cerca de seis millones de dólares.
 “También en transportadores para esa planta, y otros empeños que, aunque parezcan pequeños, han permitido que la entidad salga adelante”, manifiesta.
  Un aval de mucho mérito atesora el hombre de las hemodiálisis, como se le conoce en su ámbito, quien se ha ganado el respeto y admiración en el territorio indómito y más allá de las fronteras locales.
  Alcides Rodríguez Mengana, un paciente de El Caney, quien vive gracias al tratamiento de hemodiálisis, es uno de los santiagueros que expresan agradecimiento por la obra de Ismael que le ha permitido mejorar su calidad de vida, y al Estado por brindar gratuitamente ese costoso servicio de salud.

lunes, 1 de febrero de 2016

José, el intrépido Maceo de las tres guerras



Aída Quintero Dip
    Los épicos pasajes que atesora la historia de Cuba colocan al General José Maceo Grajales en un sitial de honor; combatiente de las tres guerras por la independencia de Cuba, la de los Diez Años, la Chiquita y la Necesaria, simboliza el coraje y valor de los cubanos.
     Como toda su familia, se integró a la lucha por la emancipación de la Patria apenas dos días después del llamado de Carlos Manuel de Céspedes. Luego de 10 años de contienda y con solo 29 años, ganó los grados de coronel, tras revelar su postura radical en Mangos de Baraguá, junto a su hermano Antonio.
     Para sintetizar su grandeza militar, bastarían las palabras del Mayor General Antonio Maceo al evocar la batalla de Peralejo, cuando el Titán de Bronce peleó cara a cara con las fuerzas dirigidas por Martínez Campos, a las que propinó una costosa derrota, y siempre que rememoraba ese episodio revelaba: “Si yo tengo allí a José agarro a Martínez Campos”.
     “Vivo por mi hermano José”, recordaba con frecuencia, pues ninguno de los dos olvidaba cómo José cuidó de su hermano herido por siete balas españolas en el combate de Mangos de Mejías, en agosto de 1877. Durante aquellos meses, sirvió de guía, centinela y jefe militar de un pequeño grupo que cuidaba al Titán de Bronce, buscado día y noche por más de mil soldados peninsulares.
     Abundan testimonios que certifican el respeto que sintió este patriota por José Martí. Después del combate de Arroyo Hondo, sus tropas se encuentran con las de Máximo Gómez y Martí y las muestras de alegría son enormes. Cuentan que el propio José cargó en sus brazos al Viejo General y después al Delegado y daba vivas a los dos máximos dirigentes de la Revolución.
    Durante varios días no reparó en atenciones hacia ellos y hasta un caballo le regaló a Martí, un corcel blanco y brioso llamado Baconao, sobre el cual cabalgaba el Apóstol el 19 de mayo, cuando cayó en Dos Ríos.
       Sobre ese infausta jornada, José Maceo le expresó a Fermín Valdés Domínguez: “Solo Martí pudo sacarme de mi nido de amores, solo él me obligó con su patriotismo y me sedujo con su palabra, por él vine (a la guerra) y siento más que nadie que se haya muerto”.
       Él también mereció la estimación del Héroe de Dos Río,  el cual le llamaba Amigo al escribirle unos meses antes del amanecer del 24 de febrero de 1895: "Quien ha defendido con valor mi Patria y su libertad de hombre, es como acreedor mío y me parece mi hermano", asegura en carta fechada el tres de noviembre de 1894.
        José Marcelino Maceo Grajales había nacido el dos de febrero de 1849, en Majaguabo, San Luis, en Santiago de Cuba. Firmeza de ideas e  intransigencia fueron rasgos que lo distinguieron entre las tropas a quien fuera protagonista de las más heroicas acciones en los campos de Cuba.
      Desde niño demostró lo que iba a ser de hombre, era fuerte y robusto, en sus juegos siempre fungía de jefe, lo respetaban y lo querían. Uno de los 11 hijos de la insigne mambisa Mariana, de los cuales casi todos cayeron en la lucha de frente al enemigo; aprendió de su padre, Marcos, el camino, ya que este fue el primero en caer.
       Se dedicó a las faenas del campo, gran jinete y cazador con fama de experto tirador, que conservó durante toda la vida; entre sus diversiones favoritas estaba el baile y las conquistas amorosas, pero a pesar de ser un joven divertido, era obediente y respetuoso con sus padres.
       El uso del fusil, el manejo del machete como arma para defenderse, la agilidad y destreza como jinete, la madurez de su pensamiento, constituyeron factores influyentes para que muy pronto se convirtiera en un auténtico guerrero.
        Único de los Maceo Grajales que participó en las tres guerras independentistas acumuló una extensa hoja de servicios y varias cicatrices en su cuerpo.
        “Arriba, la muerte es cuestión de fecha”, gritó el General José luego de ubicar las fuerzas para el combate e impacientarse por no oír las descargas de fusilería mambisa.
        Era el cinco de julio de 1896, caía en Loma del Gato, Ti Arriba, quien había ganado el apelativo de El León de Oriente, una sensible pérdida para el Ejército Libertador.