jueves, 12 de abril de 2018

Una jardinera santiaguera ocupará escaño en el Parlamento



Aida Quintero Dip
   Esta linda experiencia que estoy viviendo solo es posible sentirla en Cuba, donde una humilde jardinera puede ocupar escaño en el Parlamento sin mediar nada más que su dedicación al trabajo y la vocación de servir al pueblo, expresó Gloria María Ruiz Morell.
   Sus electores de la circunscripción 256 de Siboney siempre vieron en Gloria María una líder innata de la comunidad y hoy sienten orgullo de que ella los represente como delegada a la Asamblea Municipal del Poder Popular en Santiago de Cuba por un segundo mandato.
   Y esta mujer todo ternura y fuerza, que no tiene distingo de días y horas para atender sus funciones de gobierno, se entrega con la misma pasión a cultivar las más sorprendentes variedades de flores en el Jardín Aves del Paraíso, de la Gran Piedra, donde realmente habita una maravilla de la pródiga naturaleza.
  Por estos tiempos acrecientan el reconocimiento hacia Mamita, como la llaman cariñosamente, elegida diputada en las elecciones generales del pasado 11 de marzo, condición que le hace reafirmar emocionada: “Es el milagro de una Revolución en el poder”.
  Sus méritos en más de 30 años de trabajo, disposición y compromiso para servir sin miramientos al pueblo fueron virtudes reconocidas en su barriada que la convirtieron en una de los 54 diputados al Parlamento cubano por la provincia santiaguera, que ella valora como el honor más grande que ha recibido en la vida.
   Gloria María es una persona muy querida, su presencia y aliento se ha hecho casi imprescindible en el barrio, la familia y en el colectivo de labor, donde es una especie de hada madrina para ayudar a resolver un problema, compartir una preocupación, poner una mano en el hombro u ofrecer una frase de cariño para inspirar energías en la faena cotidiana.
   En un intercambio de los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y a delegados a la Asamblea Provincial en Santiago de Cuba, por el distrito electoral número nueve, dijo que lo único que ha hecho en la vida es trabajar con amor en el campo donde nació, ser fiel a la Revolución  y seguir el ejemplo de Fidel.
   Expresó que es muestra de verdadera democracia ser compañera de candidatura del miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) Lázaro Expósito, primer secretario del PCC en el territorio, y como mujer humilde y negra poder cumplir responsabilidades a los niveles más alto del Estado y Gobierno, una conquista de las cubanas de hoy.
   Yo soy tan feliz sirviendo a mi gente, a sabiendas de que la condición de diputada no entraña privilegios personales ni beneficios económicos, solo el placer de ser útil al país que tanto ha hecho por el bienestar del pueblo, y sobre todo de sus mujeres, gracias a un Fidel que sigue vivo en el corazón de Cuba, afirmó.
   El historiador y combatiente Francis Velázquez, vecino de la comunidad, manifestó que lo más democrático que puede haber es ese intercambio entre  electores y candidatos  que responden a los intereses del pueblo, pues él vivió las elecciones antes de 1959 cuando las personas ascendían a los cargos y se olvidaban del pueblo.
   Ahora sentimos la tranquilidad de que son personas de bien, de raíz humilde, revolucionaria, que han ganado autoridad por sus méritos, su capacidad para hacer avanzar la nación y su comportamiento ético, lo que ofrece seguridad de que nunca traicionarán a la Patria y al pueblo de donde surgieron, subrayó.
   Diosmilde Carbonell, presidente del Consejo Popular Haydée Santamaría, en la ciudad de Santiago de Cuba, destacó que ellos representan los valores humanos y éticos que ha forjado la Revolución en casi 60 años, y ninguno tiene otra fortuna que su ejemplo ni otra riqueza que su prestigio ante el pueblo que los eligió.    

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