Indira Ferrer
Alonso
“…cuando la mujer se estremece y ayuda,
cuando la mujer tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer
culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible.”
José Martí
Con
las desgarraduras que ocasiona la injusticia, van estas mujeres por la vida, no
sin alegrías, no sin victorias cotidianas, pero con la pesada carga del tiempo
y los sueños que les arrebataron.
Usted
las ha visto muchas veces, andan por el mundo contando la historia de hombres
que infiltraron organizaciones anticubanas para impedir que el odio contra la Revolución cobrara más
vidas.
Las
madres, hermanas, esposas e hijas de los Cinco no ostentan títulos honoríficos,
pero durante 15 años han mostrado tanta firmeza y dignidad como ellos.
A Magali Llort, Irma Sehweret, Carmen Nordelo
(1933-2009), Mirtha Rodríguez, María Eugenia Guerrero, Rosa Aurora Freijanes,
Olga Salanueva, Adriana Pérez, Elizabeth Palmeiro, Irmita e Ivette González,
así como Aylín, Laura y Lisbet Labañino, les ha tocado encabezar la lucha por
la excarcelación de Fernando, Gerardo, Antonio, Ramón y René.
Ellas
son el escudo protector, la barrera que los salva de mayores tristezas, las
inspiradoras del valor y la resistencia tras las rejas o en la condena
adicional que es la “libertad supervisada” a la que estuvo sometido René.
Impactan
por la voluntad con que asumen las acciones por el regreso de los Héroes.
Dispuesta
al sacrificio de quedarse sin hijos, Adriana persiste en denunciar las atroces
condenas. A pesar de la urgencia ante los años que las hacen vulnerables,
Mirtha, Irma y Magali continúan al frente de una lucha que nadie sabe cuánto
puede durar. Durante estos años, Elizabeth y Olga se han despojado del derecho al dolor para no
enturbiar más la alegría de unas niñas que crecieron privadas de la presencia
paterna.
Por
eso estremece verlas llorar cuando las vence la emoción. No son frágiles, cada
lágrima simboliza un amor dulce y bravo, y el orgullo por la dignidad con que
los Cinco afrontan la injusticia.
No
serían verdad el coraje ni el heroísmo
de los Héroes sin la constancia de estas mujeres. Nadie sabe con qué artificios
se forja a hembras así, pero existen, imperturbables en su causa sin importar
cuán fuertes sean las tormentas.
Por
eso en el homenaje y agradecimiento perennes a los cubanos encarcelados en los Estados
Unidos desde 1998, va la admiración por estas féminas, cuyo valor no es menos que el de la
legendaria Mariana Grajales o la desafiante Amalia Simoni.
Cuba
atesora la impronta de mambisas y rebeldes que no planearon ser heroínas, pero
dieron muestras de un carácter extraordinario. Las madres, hermanas, esposas e
hijas de los Cinco prueban que en este país siguen naciendo mujeres hechas para
la epopeya, el decoro y la grandeza.