jueves, 26 de diciembre de 2013

Los regalos que me trajo diciembre





Aída Quintero Dip
   Diciembre vino repleto de sorpresas para mí, de alegrías;  disfruté cada encuentro, cada intercambio con el sabor de lo inusitado, la certidumbre de haber tenido un buen 2013 y la esperanza de un año nuevo mejor.
   En la Asamblea IX Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas de mi provincia de Santiago de Cuba, a la que tuve el honor de ser invitada, conversé unos minutos con  Asela de los Santos, combatiente, nativa de la legendaria ciudad, entrañable amiga de Vilma Espín,  una reliquia de la historia Patria.
   Ella, con su proverbial modestia, no lo considera así, pero Cuba la sabe protagonista de altura  en momentos cruciales de la lucha por la libertad. Precisamente, del primer día de enero hablamos.
   Compartí con Surina Acosta, la amiga que dirigió la organización femenina por varios años en este territorio y ahora nos deja, pero también se queda por la obra que hizo y porque seguirá en otra responsabilidad de la querida FMC en el ámbito nacional. 
   Surina, una Mariana de hoy sorprendente, deja huellas, por su capacidad para aglutinar a las mujeres en torno a misiones y empeños, y  sensibilidad para ser receptiva ante cada preocupación y problemas tanto personal, laboral, familiar y profesional.
   Conocí a Bárbara Durades, a quien la delegación de San Luis al IX Congreso -al que ella asistirá- presentó como la mejor machetera del país,  que lleva 19 zafra con la mocha en la mano adornando cual flor los cañaverales.
Y entre el júbilo y el respeto de las presentes  por su hazaña, esta corajuda mujer confesó con modestia que seguirá escribiendo historia, la alientan sus cinco hijos y una fuerza increíble todavía, a pesar de la dura faena.
   Elogié a Solanch Sanz, la joven delegada por Palma Soriano que habló con la pasión de los años y la madurez que exigen los tiempos, para hacernos sentir orgullo del relevo.
   En diálogo con ella supe que era alumna de mi hija Celia, profesora de Derecho en la Universidad d Oriente, a quien sus discípulos, que representan a la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) la seleccionaron este curso  como Camino a la Excelencia, mérito que pueden alcanzar los profesores noveles.
   Participé este diciembre en la Asamblea del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en la provincia,  donde departí con Kenia Serrano, la jovial presidenta de la institución, que me abrazó efusivamente al encontrarse con su amiga de Facebook, otra trinchera desde donde damos a conocer al mundo la realidad de Cuba.
   Estuve también con Mercedes  Acosta, Zeyda Suárez, Maricarmen Alcolea, Francisco Velázquez y otros tantos amigos y amigas  en una  mañana y parte de la tarde para reflexionar en la Asamblea de los Comunicadores Sociales santiagueros.
   Me reuní con los paisanos de la filial de la Unión Árabe de Cuba
que tienen una hermosa máxima: “Quien ama a su Patria de origen, merece tener otra que lo cobije”. Allí brindamos por la paz, la unidad y la armonía familiar.
    Disfruté la noche del 24 un encuentro con los colegas de la prensa y aplaudí el otorgamiento del Premio Mariano Corona Ferrer por la Obra de la Vida a la consagrada periodista de la CMKC Radio Revolución, Elvira Orozco Vital.
   Y mi madre me acompañó este año con mucha salud, a pesar de sus 92 años. Ella también compartió las alegrías y los regalo que me trajo diciembre.
   Diciembre me recordó a nuestro José Martí: “La felicidad existe sobre la tierra,  y se la conquista con el ejercicio prudente de la razón y la práctica constante de la generosidad”.