Aída Quintero Dip
Al visitar la casa
de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), en la ciudad de Santiago de Cuba, una imagen
muy querida de un reconocido combatiente revolucionario nos recibe desde una
escultura a tamaño natural, vestido de verde olivo y sin armas.
Es el inolvidable
Comandante Ernesto Che Guevara, el cubano-argentino que se jugó la vida en los
campos insurrectos de la Isla caribeña y después, en altruista gesto de
internacionalismo, se convirtió en guerrillero en tierras de Bolivia, donde
peleó al frente de las tropas y fue asesinado.
Pero antes de su
empeño por conquistar la libertad del continente, este valiente hijo de América
Latina resultó un osado y visionario constructor de la Patria nueva, al
triunfar la Revolución cubana, y esa fue
la idea que amasó con sus manos para perpetuarla Rodolfo González Reyes, autor
de la obra.
El escultor
santiaguero, perteneciente a la Fundación Caguayo, quiso regalarle al pueblo la
imagen del Che intelectual, pensador, por eso su posición frente a un tablero
de ajedrez que invita al juego de las ciencias, con piezas que identifican herramientas,
pozo de petróleo, molino de viento...
En el logro de la
ANEC se apoya el tablero, en evidente alusión a que ese esfuerzo por el
progreso y bienestar del país reclama inteligencia y no puede ser improvisado,
al contrario demanda el respaldo de expertos de la rama, especialistas bien
calificados para influir en la
consolidación del proceso de control económico y en el incremento de la
eficiencia.
El doctor Víctor
Luis López, presidente de la asociación en la provincia de Santiago de Cuba,
refirió que la escultura nació de un concurso convocado entre profesionales de
las artes plásticas y hubo varias propuestas, pero se escogió la de González
Reyes, por sus valores artísticos y concepción técnica.
La figura, precisó
López, se hizo en 2012, y fue colocada en el vestíbulo de la casa de los
economistas santiagueros en 2014, cuando se rehabilitó el local, en ocasión de
la celebración de las festividades nacionales por el Día del Economista y del
Contador, el 26 de noviembre de ese último año.
Precisamente esa
fecha se festeja ya que ese día de 1959 fue nombrado el Comandante Ernesto Che
Guevara como Presidente del Banco Nacional de Cuba.
El Che tuvo vínculos
con Santiago de Cuba y especialmente se recuerda su gran impresión al
estremecerse la ciudad por el fervor revolucionario de sus hijos, liderados por
Frank País, cuando el levantamiento armado, el 30 de noviembre de 1956, para
apoyar el desembarco del yate Granma, donde él era uno de sus valientes
tripulantes.
Acerca de ese
episodio señaló algunos años después al escribir sobre sus vivencias en la
lucha de liberación en Cuba “…el día 30 oímos por radio la noticia de los
motines de Santiago de Cuba que había provocado nuestro gran Frank País,
considerando sincronizados con el arribo de la expedición.”
Al inaugurar el combinado industrial 30 de Noviembre, en
1964, en su discurso el Che rememoró la trascendencia de lo ocurrido en la
legendaria urbe en similar fecha del año
1956 y las razones de que el levantamiento y el desembarco no sucedieran
simultáneamente como lo habían concebido.
En aquella ocasión
ponderó la heroica página que
escribieron los combatientes integrados
al Movimiento 26 de Julio, acción con la cual se pretendía crear un clima en el
país que impidiera a las tropas de Fulgencio Batista marchar rápidamente a
pelear contra la columna invasora.
En ese discurso el
Che también enfatizó que la ciudad rebelde se ganó plenamente el reconocimiento
de todo el país, y también el Oriente que tradicionalmente había sido baluarte
de las luchas patrióticas desde la época de José Martí, Antonio Maceo, Máximo
Gómez y Carlos Manuel de Céspedes.
Otro sitio en esta
indómita tierra es testigo del manifiesto tributo de los santiagueros hacia el guerrillero
heroico: es el Bosque de Los Héroes,
erigido para perpetuar la memoria del revolucionario argentino-cubano asesinado
en octubre de 1967 en Bolivia.
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