Edda Diz Garcés
Decir "este país" refiriéndose a
Cuba es gramaticalmente correcto, y en ocasiones también lo es conceptualmente,
pero deja de serlo desde el punto de vista ético cuando implica una crítica
mediante un distanciamiento intencionado del hablante ante un problema o
dificultad.
Se torna entonces una expresión peyorativa,
denostosa hacia la tierra donde nació, y no es justo. Lo mismo en una sala de
espera de un hospital que en la bodega o la parada de la guagua, usted puede
escuchar a personas quejándose de algo –con más o menos razón- y terminar
diciendo, con un tono entre despectivo e indignado: esto solo sucede en
"este país".
Pudieran tener motivos serios para
disgustarse y nadie les niega el derecho a quejarse, pero no para apuntar
despectivamente desde un pedestal a su terruño y menos aún singularizar de
manera negativa el asunto, como si exclusivamente aquí ocurriera algo
semejante.
Un ejemplo recurrente: demora en la atención
en la consulta del médico de la familia, desesperante para cualquiera. No creo
que a nadie le satisfaga perder el tiempo sea cual sea la causa, quizás por
exceso de pacientes, por lentitud del servicio, porque se "coló"
alguien u otras acciones injustificables.
Mas, visto con otro prisma y no precisamente
el que utiliza la mayoría de los susodichos indignados, es cierto que esto solo
sucede en "este país": consultorios médicos en todo el territorio
nacional -incluidas las zonas montañosas, pantanosas, intrincadas, donde "el
diablo dio las tres voces"-, con enfermeras, médicos generales integrales,
interconsultas con especialistas y otros servicios, para el ciento por ciento
de la población cubana, de manera totalmente gratuita.
Sin embargo, la intención o más bien mala
intención de quien habla, obvia esas realidades, incorporadas por la sociedad
cubana como algo natural, cuando son excepción en muchos otros lares, y solo ve
la falta o el problema, lamentablemente presentes en muchos de los valiosos
servicios que recibimos.
Entonces viene la pregunta del millón que
cualquiera puede hacerse: ¿conocerá el crítico a ultranza de "este
país" la realidad de otros muchos, aunque sea por referencia? ¿habrá
estado en muchos otros? Sinceramente, les he preguntado y por lo general ni me
prestan atención, simulan sordera, o en el mejor de los casos, con un mohín de
disgusto, ripostan: no, pero sé que "esto" solo ocurre en "este
país"...
Los que responden afirmativamente, por
supuesto defienden la perfección impoluta de todo cuanto sucede allende las costas
de "esta isla". Malas caras y hasta gritos en un aeropuerto
internacional, robo del vuelto en un taxi o un mercado, demoras o insuficiente
calidad en la prestación de un servicio, son experiencias vividas por muchos
cubanos en otras naciones.
Ello no justifica para nada su replicación en
Cuba, que es y será siempre "mi país", con sus virtudes y defectos,
que son también nuestros, míos. Y más que criticarlos desde la distancia, sería
mucho mejor contribuir a resolverlos.
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