Yasel Toledo Garnache
Guadalajara, México, 8 feb (ACN) La parte más reciente de
esta historia comenzó a las ocho de la noche de este miércoles en Guadalajara,
ciudad de mariachis, tequila y amor al deporte, a las nueve en Cuba, país de
pasión hacia el béisbol.
En la mente de
algunos se escuchaba una música agradable de fondo. Sobre el montículo, estaba
Lázaro Blanco Matos, considerado el pícher más sobresaliente del país, el mejor
aliado en la esperanza de atrapar el anhelo de un éxito.
El espigado
atleta permitió dos hits y regaló un boleto en el comienzo del partido, pero
luego lanzó serpentinas “imbateables”, para propinar tres ponches consecutivos
e impedir anotaciones de las Águilas Cibaeñas, de República Dominicana.
Los Alazanes
fabricaron tres en el segundo inning y la melodía de fondo se escuchaba más
alto. Muchos soñaban con la clasificación a la discusión del título.
Con gran dominio
sobre los rivales, avanzaba el gigante Blanco, pícher más destacado de la
última campaña de la liga Canadiense-Americana y campeón de ese torneo con los
Capitales de Québec.
En las redes
sociales, internautas manifestaban su alegría, como seguramente sucedía en
muchos hogares, pero en la sexta entrada las sonrisas se desdibujaron, y todo
empezó a cambiar, pues las Águilas conectaron triple y jonrón para acercarse en
el marcador.
Un capítulo más
tarde y ante los envíos del relevista Miguel Lahera, pisaron el home plate tres
veces y tomaron la delantera en la carrera por conseguir el pasaje a la final.
En el octavo,
las Águilas agregaron dos más e iniciaron el vuelo hacia la discusión del
trofeo por primera vez para un conjunto dominicano desde que se instauró el
actual formato del certamen en 2014.
Por Cuba, además
de Blanco, también merece aplausos Frederich Cepeda, quien disparó triple, hit
y jonrón e impulsó dos carreras, en un intento por empujar a todos hacia la
lucha por el título contra los Criollos de Caguas, de Puerto Rico, actuales
campeones, quienes esperaban a los retadores.
Minutos después
del encuentro, Carlos Martí Santos, timonel del elenco, resaltó que fue un
bonito partido, en el cual Blanco realizó una gran labor, pero los relevistas
no pudieron preservar la ventaja.
Llamativas fueron
algunas situaciones de juego, como la intensión temeraria de Roel Santos de
salir para segunda base en el noveno inning, cuando perdían siete anotaciones a
cuatro, marcador definitivo, o la facilidad con que los corredores contrarios
robaron ante los lanzadores y enmascarados cubanos.
Este jueves, las
Águilas y los Criollos disputarán el trofeo de campeones, a partir de las nueve
de la noche, hora de Cuba.
Resulta
interesante que el recorrido del conjunto en esta edición del evento fue muy
similar al del 2017, cuando también ganó el primero y el segundo desafíos de la
fase clasificatoria, perdió el tercero, ganó el cuarto y cayó en la semifinal.
Más allá de la
derrota, los cubanos tuvieron una buena actuación, pues por primera vez en el
torneo, desde el 2014, se ubicaron en el primer lugar de la fase
clasificatoria.
De forma
general, tienen seguro el tercer puesto, luego de los dos finalistas, resultado
superior al del 2017, cuando fueron cuartos.
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