lunes, 30 de junio de 2014

Médico, profesor, virtuoso martiano




Aída Quintero Dip
  Hay que quitarse el sombrero ante un hombre de notables aportes y militancia como Wilkie Delgado Correa, especialista de Segundo Grado en Fisiología Normal y Patológica, Doctor en Ciencias Médicas, Profesor Titular  y Consultante, acreditado con la categoría especial de Profesor de Mérito y Vanguardia Nacional por 18 años.
  Con ese aval, no sorprendió descubrirlo entre los trabajadores cubanos condecorados, este Primero de Mayo,  con la Orden Lázaro Peña de Primer Grado, cuando ya relucía en su pecho la de Tercer Grado, para sellar una trayectoria sobresaliente de 54 años de faena.
  “Si bien entraña un honor que siempre se recibe con gratitud y compromiso renovado, implica el agradecimiento inmenso al colectivo de la Universidad de Ciencias Médicas en Santiago de Cuba, entrañable y muy generoso en considerar la propuesta para tales reconocimientos que me enaltecen”, refirió con modestia.
  Ha perdido la cuenta de los lauros que ostenta, pero cada uno tiene su significación como las Órdenes Frank País de Primer y Segundo Grados por la trayectoria profesoral integral; la Orden Carlos J. Finlay por la obra prominente en el campo de las ciencias e investigaciones; y la "Lázaro Peña",  que se le otorgó  a propuesta de la Central de Trabajadores de Cuba por su desempeño laboral relevante.
  “Actualmente participo en el trabajo educativo de los estudiantes, un hecho  reconfortante para mí, y como miembro del Comité Académico de las Maestrías de Salud Pública, en los tribunales de categorías docentes en especialidades médicas y estomatológicas, y en el Comité Editorial de la Revista científica MEDISAN”.
   Su empeño no conoce fronteras. Ha concurrido a eventos en Canadá, Alemania, Hungría, México, y ha hecho labor de investigación conjunta con el Instituto de Fisiología de la  Universidad de Rostock, y asimismo con las Universidades de Berlín, Angola y el territorio azteca.
  “En la década del 80 cumplí misión internacionalista en Angola como profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de la hermana nación africana, donde colaboré en la creación de la Filial de la Facultad en Huambo y contribuí en la formación de jóvenes docentes”, recuerda.
  “Respecto a la familia, creo que ha sido invariablemente la retaguardia, quizás debo señalar la vanguardia, y en especial, mi esposa, que es esa heroína que todo el mundo quisiera tener a su lado, en las buenas y en las malas”, confiesa.
  “Tengo dos hijos, uno ingeniero mecánico y otro médico neurofisiólogo;, y no puedo olvidar a mis padres, y esa familia mayor que han sido mis compañeros de trabajo,  de vecindario y otros ámbitos sociales, que siempre son un abrazo seguro. Y la más grande, la Revolución, sin la cual todo lo que he vivido y podido ser, no hubiera sido posible”.
   Nacido en Baracoa, Guantánamo, devino santiaguero desde 1963 cuando decidió estudiar Medicina en la indómita ciudad, donde tuvo el honor de tener muy buenos profesores que le aportaron conocimientos, cultura y ética, entre ellos Alberto Granado, el gran amigo de Ernesto Che Guevara, de quien guarda gratos recuerdos.
   Wilkie atrae por ser erudito y a la vez muy campechano, un hombre apasionado, feliz, versátil, fecundo, tiene publicados, presentados o tutorados más de 300 trabajos científicos, incluyendo Tesis de Especialización, Maestría y Doctorado.
   En su haber atesora 18 obras publicadas y otras 10 por salir a la luz. Fue premiada su Tesis de Doctorado en el Concurso Premio Anual de la Salud Carlos J. Finlay en 1978, y se le concedió el Premio Carlos J. Finlay por la Excelencia del Ministro de Salud Pública en 1998.
   Martí tiene un sentido especial para él: “He profundizado en la obra del Héroe Nacional para entender mejor los fenómenos actuales, en 2003 obtuve la Distinción Utilidad de la Virtud, de la Sociedad Cultural José Martí, por aportes a los estudios martianos, con cuatro libros publicados: José Martí frente al sueño americano, Sol y luz de Martí y Fidel, una pedagogía para el siglo XXI; José Martí y la Medicina, y El concepto de la vida de José Martí”.
  Como escritor posee una rica trayectoria literaria con textos de cuento, novela y ensayos publicados y otros por editar, por lo que ha sido invitado en varias ocasiones a las actividades del Premio Casa de las Américas, y ha obtenido mención  en el Premio Mundial de Poesía Nosside 2009, 2010 y 2012.
 “También conservo con mucho orgullo la Distinción Félix Elmuza, de la Unión de Periodistas de Cuba, por mi contribución a ese sector que se inició en el frente de propaganda del Movimiento Revolucionario 26 de Julio durante la insurrección”.
  Ha tenido una actividad destacada en la lucha por la liberación de los Cinco  Héroes a nivel internacional, con numerosos artículos divulgados en sitios web de Canadá, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Colombia, en varias naciones de Europa y en los países árabes, algunos traducidos a otros idiomas, y ha terminando un volumen sobre ellos, titulado Los héroes no están cansados.
  Fundador del Partido Comunista de Cuba, se define como una persona que no mide las consecuencias cuando de defender principios  se trata, y reconoce como filosofía de la vida hacer las cosas que hay que hacer en el momento preciso.
 Tantos lauros no lo envanecen, tantos empeños no le merman energías, sencillamente lo estimulan para seguir siendo útil, porque Wilkie Delgado Correa piensa como Martí: “El hombre es un instrumento del deber, así se es hombre”. 

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