viernes, 13 de noviembre de 2015

Mercedes, una Mariana del café



Aída Quintero Dip
   No hacen falta elogios para destacar el desempeño de la trabajadora agrícola Mercedes Peña Peña. Ella es tan sencilla como el montañoso municipio santiaguero de Segundo Frente que la cobija y le aporta la fortaleza necesaria para sobresalir en faenas donde antes apenas se le concebía.
   Mujer optimista, comunicativa y de un amor al trabajo a toda prueba, representa en su histórica localidad, de la provincia de Santiago de Cuba, esa fuerza decisiva que constituyen las mujeres en la obra de la Revolución Cubana.
   Fácil resulta distinguirla entre los cafetales de la finca de Mícara, perteneciente a la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Tumba Siete, en Segundo Frente, considerado uno de los municipios que más avanza entre sus homólogos del país, en cuanto al cumplimiento del Programa de Desarrollo Cafetalero previsto hasta el 2020.
  El 15 de octubre último, Día Mundial de la Mujer Rural, fue homenajeada junto a un grupo de reconocidas colegas y ella quiso regalarle a la fecha varias latas de café de la variedad Arábigo, dando un buen impulso a la recolección del aromático grano, lo cual es habitual en su manera de actuar.
  Serrana de pura cepa, se enorgullece de su faena; confiesa que es dura pero le gusta al saberse protagonista de una tarea vital para el progreso y estabilidad de las zonas montañosas, donde a la mujer rural se les reconocen sus derechos sobre la tierra como a cualquier persona.
  Mercedes tiene la alta responsabilidad de atender 82 cordeles de café de "Micara", de Referencia Nacional por sus elevados rendimientos agrícolas -más de 100 quintales de Café Oro por caballería- y no oculta su pasión por ese atractivo cultivo, que forma parte de su familia conformada por su esposo, tres hijos y cinco nietos, según precisa.
  Trabajo desde hace unos 10 años en esta UBPC con dos caballerías dedicadas al café y en época de cosecha, expresa, marcho bien temprano al cafetal para garantizar la recogida en tiempo del grano y evitar que se pierda, ya que mucho cuesta conseguirlo en las matas.
  Una adecuada y sistemática atención cultural de las plantaciones, con tratamiento oportuno a la regulación de sombra, limpieza del área, deshije y resiembra, aseguran mayores producciones, subraya la avezada campesina en esos menesteres.
   Esas actividades son para mí el ABC para la ejecución exitosa y progreso del  Programa de Desarrollo Cafetalero, señala Mercedes con certeza, muestra de   dominio en el tema.
  Mi trabajo en el campo, agrega,  no compite con las labores del hogar, donde me levanto en horas de la madrugada para dejar todo lo de la casa bien ordenado y preparado, con la colaboración de mi esposo, con quien llevo 37 años de matrimonio y de compartirlo todo sin distinción ni complejo para poder llevar adelante mis quehaceres en la finca.
   Con mucho optimismo observa el avance de la actual cosecha en su demarcación, y augura mayores resultados a raíz de la aprobación de los nuevos precios de las latas de café y de la incorporación masiva de los pobladores serranos a la recogida del grano.
   Hay café suficiente en las matas y entusiasmo entre la gente del Consejo Popular Mícara, de ahí que se avizora un aporte significativo al cumplimiento del estimado de recolección de un municipio que no vive de su rica historia durante la lucha insurreccional, sino que la enaltece cada día con el trabajo de sus habitantes.
   Esa es una convicción de Mercedes, quien encabeza la brigada  Las Marianas integrada por 60 mujeres recolectoras que por estos días de asomo de un “pico de maduración” ya recogen más de 200 latas diariamente del cerezo.
   Como en cosechas precedentes mucho darán de qué hablar Mercedes y su gente de vanguardia, porque esta serrana contagia con su amor a la vida y al trabajo.

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