viernes, 13 de noviembre de 2015

“Regresaré del sol que alumbra el dulce abismo”




Yamilé C. Mateo Arañó y Liliet Moreno Salas
Su tamaño impresiona, pero no más que la inmensidad de su ser. Y es que ese héroe de aproximadamente 1.90 metros de altura, de sonrisa dulce, tiene tres amores a  los que se entrega con frenesí: sus hijas, su esposa y Cuba.
Por uno de estos, la distancia y los garrotes impidieron deleitarse con las primeras pataditas en el vientre de su amada Elizabeth, con los primeros balbuceos y pasos de sus pequeñas. ¿Cuántas preguntas infantiles sin responder, cuántos besos de buenas noches sin dar, cuántas cabalgatas a horcajadas en el hombro sin disfrutar…?
A muchas cosas tuvo que renunciar por la seguridad de su pueblo, incluso a la propia libertad.
Los momentos más difíciles en la cárcel…
Lo más duro que uno siente en esas circunstancias es la incertidumbre del regreso. Una vez que estás preso te pones a analizar en lo que te puede suceder, en la familia, las hijas que ya no vas a ver, cómo crecieron, cómo iban a la escuela, los vecinos, la Patria.
El hecho de perder ese tiempo, de todas esas cosas que no vas a recuperar, te laceran profundamente. A mi llegada he vivido muchas emociones, pero los momentos que me perdí ya no van a regresar.
Siempre estuvimos convencidos de que íbamos a volver, pero la pregunta era cómo y cuándo. Eran interrogantes dolorosas y te juro que unos de los momentos más terribles en prisión fueron los aniversarios, los cumpleaños, fines de año, la graduación de las niñas de la secundaria, de la universidad, del pre-universitario, el hecho de no estar en los momentos más importantes del país, dolieron mucho.
Elizabeth, el amor como tabla de salvación
El amor con Elizabeth es intenso, nació como nacen los amores eternos, de una mirada, de un roce, de un beso, de intercambios de miradas.
Por casualidad nos encontramos en una parada de guagua y a partir de ese momento comenzamos a relacionarnos. Recuerdo que la invité a comer granizado y me dijo “yo no como granizado, pero te conozco”.
Un amigo en común nos quería presentar hacía tiempo pero nos negábamos a conocernos porque no nos gustaban las citas a ciegas, y ya ves. Cuando supimos que éramos nosotros, fue muy cómico, ambos expresamos, “chico, por qué no me lo dijiste antes…”
Elizabeth ha significado todo para mí, la compañera, la amiga, la amante, el apoyo en todo momento. Es a quien le puedo confiar todas las cosas y me aconseja. Es miembro del Ministerio del Interior, por lo que políticamente está muy preparada.
Nunca supo en esencia lo que yo hacía, pero sí sabía que realizaba algún trabajo de la Seguridad; ese fue un detalle que nos ayudó en este tiempo.
“Reloj detén tu camino, reloj no marques las horas…”
Tengo tres hijas, una de 27 años de mi primer matrimonio, se llama Ailí, y tengo otras dos, Laura y Lisbet. Para mí esa es la parte compleja, yo he tratado de recuperar el tiempo pero ya son tres mujeres,  no son tan pequeñas.
Yo soy muy paternal y trato de ser el padre que quise ser, me encanta ser papá. Me siento con ellas y comparto cada minuto. Estamos en un proceso de reencuentro como padre e hijas y es muy bonito.
Es reconquistar la confianza, el cariño y afecto perdido de alguna manera. Esta etapa es muy hermosa y la disfrutamos a plenitud.
Tras las palabras de Rául, Cuba entera a la espera. El mismo pueblo que alzó sus voces durante 15 años los recibió emocionado ese día de diciembre...luego el abrazo de hijos, el beso desenfrenado de la esposa.
Toda Cuba les dio la bienvenida
Fue una emoción inmensa. Cuba se siente desde el aire, cuando estás sobre ella hay calor a patria. Recuerdo que comentamos que íbamos a poder disfrutar nuestra llegada y en ese instante uno de los guardias nos cerró la ventanilla del avión.
Cuando estás llegando a tu nación es la alegría más grande que se siente en la vida. Conjugada la libertad con las ansias de regresar, llegar significaba la libertad plena.
Cuba es todo. Es la esencia por la cual hemos luchado y hemos vivido, es la razón por la que respiramos, es el amor, la inspiración y la confianza de que algún día pisaríamos esta tierra nuevamente, pues como diría Orlando Cardoso Villavicencio, “el Granma” siempre iba a retornar por nosotros.
Así que Cuba es, fue y será siempre la inspiración de todas las obras que hacemos en la vida.
Aprendieron a amarlo desde lejos, a ser su voz de reclamos y crecieron teniéndolo como paradigma
Si algo quisiera que mis hijas vieran en mí, es al padre que las quiere y siempre las querrá; a la persona que ama con intensidad, y que no sabe hacerlo de otra manera. Lo entrego todo tanto por la mujer que amo, como por mis hijas y por la Patria. Eso es lo más importante, que vieran a ese ser humano que soy. Pienso que la herencia más bonita que les puedo dejar es la honestidad,  ser sincero y cumplir tus sueños con todo el esfuerzo de tu corazón.
Mirando con los ojos del economista
Soy licenciado en Economía y tengo muchas ideas de lo que se puede hacer en Cuba. Creo que estamos en momentos de oportunidades, lo veo con optimismo, pero siempre precavido porque las intenciones de Estados Unidos no han cambiado, no tengan dudas que ese es su objetivo.
Quiere subvertir nuestro sistema social con otros métodos, pero a la vez es una oportunidad que tenemos, por ejemplo, aprovechar las inversiones honestas sin olvidar que también vendrán los que quieren molestar.
Esos siempre van a existir y habrá que hacerlos a un lado y el que venga en son de guerra a son de guerra serán tratados. Con los inversionistas  que quieren hacer dinero, nos sentaremos a conversar.
Haremos los negocios que nos convengan. Los que produzcan valor en la economía, o sea los que se  realizan en Cuba: una fábrica de zapatos, de fertilizantes, de materias primas, de autos, una empresa que desarrolle la infraestructura cubana que haga las calles y carreteras, que nos ayude a hacer casas.
En el área de la agricultura pueden ser semillas o posturas para las producciones agrícolas, que en la medida que creen valor, el peso cubano lo hará también.
Sin la productividad no podemos lograrlo, en este momento no sabemos el valor que tiene la moneda única, entonces tenemos que hacerla crecer con inversiones que lo produzcan.
Al imperialismo no hay que tenerle miedo, tenemos que calcular bien lo que vamos a hacer, es el momento de ser inteligentes y rápidos porque las oportunidades se te van, y hay ventanas que se abren y otras que se cierran.
Con la alegría del pueblo santiaguero
Visitar a Santiago de Cuba significa espíritu, rebeldía y esperanza. Sin dudas, la ciudad es el motor que inspira cubanía e incluso a la Revolución.
Lo hemos vivido a través de toda su historia, es la cuna de nuestro proceso independentista y también de la motivación cultural e ideas revolucionarias. Estar aquí cuando se producen tantos cambios importantes para el país, es un suceso que nos llena de optimismo.
Es sentirnos a la altura de los compromisos de los santiagueros, porque Santiago para mí es Cuba, donde se sintetizan todas las características del cubano aguerrido y luchador.
Él prometió que volverían…y se dieron el mejor de los abrazos
El abrazo con Fidel fue lo más importante en nuestras vidas, era un sueño creo que desde que nací. Yo que estuve hace tan poco tiempo a su lado quisiera volver a verlo y abrazarlo.  Al final de nuestro encuentro, preguntamos en qué podríamos ser más útiles  nos dijo “sean científicos,” Imagínense ustedes…
Fue abrazar a un gigante, a un hombre que sabes que es un estratega, no solo para nuestro país sino para el mundo entero, en el siglo XX y XXI. Él sigue produciendo, escribiendo artículos, dando ideas y enseñándonos que un revolucionario nunca descansa.
Abrazarlo fue el acto de amor y entrega más grande de nuestras vidas. Su sonrisa parece borrar cualquier ausencia, vestigio de dolor o sufrimiento. No se siente un héroe sino un cubano más que hizo lo que le correspondía en su tiempo. Sabía que volvería, quizás con el tiempo acuesta, pero satisfecho con el hombre que pudo ser.
“Amada, la claridad me cerca/ yo parto, tu guardarás el huerto/ amada, /regresaré despierto/ otra mañana terca de música y lirismo/ regresaré del sol que alumbra el dulce abismo.

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