miércoles, 13 de junio de 2018

Che a los 90: vigente e imprescindible


Marta Gómez Ferrals
  En tiempos en que la ofensiva de los ultraderechistas y los designios imperiales atenazan con hechos violentos, políticas neoliberales y campañas mediáticas agresivas a varios países de América Latina y fomentan guerras e intervencionismo por el mundo, el pensamiento y la figura de Ernesto Che Guevara evidencian su cercanía y necesidad, a punto de su 90 cumpleaños.
  Ernesto Guevara de la Serna nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, pero desde hace más de 60 años se convirtió en el Che entrañable de los cubanos, cuando decidió unirse en México a los expedicionarios del yate Granma que enrumbaron en 1956 hacia la Sierra Maestra, a luchar por la libertad de la Isla.
   De allí bajó con los grados de Comandante, ganados bravamente en julio de 1957 y demostrados como jefe de una importante columna, cuando dirigió decisivos combates y en la legendaria batalla final de Santa Clara.
    El hombre que se había incorporado como médico a la lucha de los cubanos bien pronto demostró que estaba entre los primeros y más corajudos soldados  y que era un inteligente estratega.
  Los años que pasó entre los cubanos hablaron de la confianza del máximo líder de la Revolución, Fidel Castro, de los restantes cuadros del Ejército Rebelde y de su entrañable hermandad con otro líder amado los cubanos, Camilo Cienfuegos.
   Como ministro en actividades de gran peso en los sectores de la industria y bancario, Guevara se aplicó a fondo en el estudio y la consagración sin límites al trabajo, para desempeñar con dignidad, creatividad y honradez sus funciones.
   Aplicó nuevos métodos de dirección, arrastraba y entusiasmaba a sus subordinados mediante su entrega y ejemplo. Implantó un riguroso sistema de control que preconizaba ante todo la exigencia por la disciplina y el laboreo consciente y aplicado. Su austeridad y modestia fueron proverbiales.
  Estimuló el estudio, la calificación entre los obreros, trabajadores en general y sobre todo en los jóvenes.
   Junto a la inauguración de nuevas entidades productoras, muchas de ellas en activo y diseminadas por todo el país, se preocupó por la formación de cuadros y revolucionarios, de un tipo de ser humano distinto, nuevo: altruista, solidario y sin el extremo individualismo glorificado en el pasado.
  Y qué decir de su actuación efectiva y serena, para la defensa de la Isla, en los días luminosos y tristes de la amenaza de una guerra nuclear de alcance mundial en la Crisis de Octubre.
  Ha pasado el tiempo y el guerrillero que cayó en combate en Bolivia, por la libertad de esa nación, el 9 de octubre de 1967, además del reconocimiento amoroso de ser ciudadano argentino-cubano se había ganado tiempo antes también la condición de hijo de la Patria Grande, consecuente con el espíritu bolivariano, de José Martí y Fidel Castro, entre otros próceres.
   El Che contactó y sigue contactando hoy con la juventud por su espíritu rebelde, revolucionario, que busca el cambio positivo, la justicia social, la libertad y la igualdad de todos los seres humanos por humilde que sea su cuna, cualidades que se expresaron en él casi desde la niñez y ganaron fuerza en su primera juventud.
   Creyó en el modelo socialista como el más justo y humano, y supo calar hondo en la deshumanización y alienación  esenciales del capitalismo. Fustigó al imperialismo, como aparato e instrumento de dominación, explotación y chantaje en el mundo y en el área de América Latina.
Ahora más que nunca sus alertas se cumplen.
   No solo lo había aprendido en los libros en que bebió para su formación política. Su viaje iniciático en motocicleta junto a su amigo Alberto Granados, en 1952, le hizo ver la cruenta realidad de los pobres y desamparados de América Latina y el estado de las culturas originarias. Lo volvió a ver en el medio circundante a la lucha guerrillera cubana.
   Hoy, en su cumpleaños 90 los pueblos, el cubano especialmente y los jóvenes agradecen al Che su combate inclaudicable por la libertad y su vida tan tempranamente entregada.
   Está arropado por los hijos de esta tierra en el Mausoleo de Santa Clara, junto a muchos integrantes de su tropa. Era un sagrado compromiso de Fidel y sus compatriotas.
   Pero también su impronta acompaña a los cubanos en múltiples dimensiones. Y hay que seguir acudiendo a él cada día,  a la enorme e imprescindible potencia moral de su obra y pensamiento político, revolucionario, sí, y hasta el conocimiento del sencillo y generoso ser humano que fue.
   Como se ha dicho, su voluntad de acero, su sentido del honor, dignidad, austeridad, su coraje que le ayudó a conjurar y vencer los miedos juveniles de todo ser humano, fueron sus cualidades cercanas y muy terrenales, no las de un santo desvaído en una imagen, aunque algunos así quieren recordarlo, de buena fe, y tampoco está mal que así sea.
   De ahí la importancia de no hacer una consigna vacía y repetitiva su invocación. Al Che hay que acercarse y amarlo con profundidad. Los que se anonadan a primera vista ante el tamaño y significado de su vida de hombre extraordinario, deben decidirse a buscar inicialmente ante todo el ser humano. Un ser humano que les dará lecciones y la llave para entrar en su corazón y pensamiento.
   Maravillosa experiencia para todo el que la ha vivido. Y es su legado  de límpidos y buenos recuerdos sobre el Che en su venerable cumpleaños. Jornadas en las que cabalga junto a los cubanos, sintiendo bajo sus pies el costillar del viejo Rocinante, con la adarga al brazo: más necesario que nunca. “Ni tantito así”!, Che Guevara.

jueves, 3 de mayo de 2018

Maestros voluntarios: la juventud generosa


Martha Gómez Ferrals
    A fines del mismo enero triunfante de 1959 el líder de la Revolución, Fidel Castro, convocó a profesionales como maestros, médicos, ingenieros y abogados, a marchar a los campos cubanos a impartir sus conocimientos y ayudar con sus profesiones, lo que dio lugar a la creación del  Departamento de Asistencia Técnica Material y Cultural al Campesinado (DATMCC), devenido después en el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA).
    Era el comienzo de una obra más abarcadora y raigal que vendría posteriormente, la cual en términos de educación pretendía cambiar de forma radical la situación imperante en el país.
    En el mismo 59 se estableció la Reforma Integral de la Enseñanza, en aras de no dejar en letra muerta el Programa del Moncada, expuesto por Fidel en su histórico alegato de defensa La Historia me Absolverá. Pero la obra de la Revolución también incluyó proyectos económicos, sanitarios y culturales vastos, en beneficio del pueblo.
   Así, desde ese año fueron apareciendo nuevas escuelas en los campos cubanos, pero ya en 1960 se apreciaba que el esfuerzo realizado todavía no cubría todas las necesidades, sobre todo en los parajes más intrincados de la geografía, la tierra de los olvidados.
    Se tenía una herencia terrible. En una población de más de seis millones de personas,  había un millón de  analfabetos, incluidos adultos de los sectores menos favorecidos. En la enseñanza primaria había unos 600 mil niñas y niños sin escuelas y unos 10 mil maestros no encontraban empleo. Las enseñanzas media y universitaria eran exclusivas de pueblos y ciudades importantes.
   Fue trascendental entonces que el  22 de abril de 1960 Fidel llamó a la juventud a cubrir las plazas de maestros rurales, en un discurso pronunciado por la televisión. El dirigente pidió el paso al frente a unos mil jóvenes.
    La respuesta fue increíble, pues en muy pocos días, para el tres de mayo siguiente, ya se encontraba dispuesto el primer contingente de unos mil 400 que se prepararían como Maestros Voluntarios en un centro de preparación, creado en un antiguo campamento rebelde en Minas del Frío, Sierra Maestra.
    El viaje de los más de mil futuros pedagogos, de 16 y 17 años de edad como promedio,  se inició en La Habana, en la Estación Central de Ferrocarril.
    Eran muchachas y muchachos de ciudad, algunos estudiantes con la primera etapa de la enseñanza media vencida, graduados de escuelas normalistas o de comercio. Su entusiasmo y sus deseos de aportar a un empeño tan noble los hacía confiar en el futuro y no temer a lo desconocido, pues en su mayoría eran chicos de pueblos y ciudades que no conocían ni la vida ni los relieves agrestes de las montañas adonde llevarían en lo fundamental el pan de la enseñanza.
    En varios ciclos de preparación sumaron más de cuatro mil los Maestros Voluntarios formados en la más importante cadena montañosa. Entre los primeros jóvenes que allí se graduaron estaba Conrado Benítez, maestro asesinado el cinco de enero de 1961 en la Sierra del Escambray, cuando ya ejercía allí en una humilde escuelita levantada por sus propias manos, después de tres meses de estudios en Minas del Frío.
   Pocos días después del vil asesinato de Conrado, su nombre fue tomado como bandera por la Campaña Nacional de Alfabetización que acontecería en ese año en todo el país, con la participación de 100 mil jóvenes, que abatió de una vez y para siempre el núcleo duro del analfabetismo que se había resistido a los primeros intentos.
   Entre los Maestros Voluntarios hubo dos lamentables muertes más: la de Alfredo Gómez, arrastrado por la crecida de un río cuando brindaba ayuda para su cruce a unas compañeras. El campamento donde radicaba en la zona de Los Cocos, cerca de Minas, llevó su nombre. El otro
fallecimiento, el de Carlos Dickinson, ocurrió debido a una grave obstrucción intestinal que no le permitió llegar con vida al hospital, a pesar de su traslado urgente.
   Por las jornadas en que empezaron a trabajar los primeros Maestros Voluntarios en los lugares más recónditos y pobres de las serranías cubanas, a partir del 29 de julio de 1960,  se aprobó  un presupuesto mucho mayor para el sector educacional que permitiría fundar 10 mil nuevas aulas en los campos y lugares remotos de Cuba en el mes de diciembre.
   Los Maestros Voluntarios cobrarían 100 pesos mensuales, después de los primeros tres meses de trabajo en los que no recibirían emolumento alguno. Grandes valores y convicciones los animaban para desempeñar el difícil cometido. No era tarea para flojos.
     Además de las instrucciones y conocimientos básicos recibidos de forma urgente, en los centros de preparación, diseminados por varios campamentos cercanos al central de Minas del Frío, en la propia Sierra Maestra, se les entrenaba físicamente para la vida en las montañas. Entre los requisitos estaba subir por dos ocasiones el Pico Turquino, la elevación más alta del país, con mil 974 metros de altura.
    Corre el 2018 y la Revolución está por cumplir 60 años. La obra desarrollada en el ámbito educacional ha sido colosal y los frutos, cuantiosos, aunque se esté inconforme, se trabaje por  una mayor calidad y una actualización constante. Aspiraciones legítimas de esta hora, en una realidad distinta, pero solo posible gracias al aporte de esos pioneros.
    Y cuando el paso del tiempo ha hecho lejanos aquellos días, los sobrevivientes de esa gran batalla por la dignificación del hombre no pueden olvidar lo vivido en el cumplimiento del deber.
   Estén donde estén, ya sea en la misma profesión de la enseñanza, a la que se consagraron, o en otros oficios o ya jubilados, cada uno tiene una historia que lo marcó  y recuerda con añoranza y felicidad.
Un privilegio y un honor que no todo el mundo tiene.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Los Cangrejitos, donde se une la tierra con el mar

Lian Morales Heredia
  Si un sitio puede sintetizar a Santiago de Cuba, ese lugar es el barrio Los Cangrejitos. De cara a la bahía, muy cerca de Carretera del Morro, deviene  “termómetro” de la música popular, y flanqueado por La Trocha, segmento de la avenida 24 de Febrero famoso en carnavales y por “cerrarse” cuando la otrora Aplanadora ganaba la Serie Nacional de Béisbol.
  Cuando se llega al corazón de "Los Cangrejitos", en un muelle pintoresco como el que más, enseguida se descubren unos cuantos hombres desperdigados entre artes de pesca y embarcaciones de todos los colores y formas, sobre puentes largos y estrechos que parecen sostenerse de puro milagro.
  Son hombres de mar, y mujeres -en menor medida-, personas de vestimenta rudimentaria. Allí la vanidad se traduce en el asomo de las pieles curtidas, orgullosas de tanto sol y salitre recibido.
  Gente de hablar bajito y parsimonioso, con el oído en algún lugar lejano, como si estuviera pendiente a una antigua conversación, en una lengua solo conocida por ellos y el mar.
  Individuos de andar desgarbado, con una torpeza casi graciosa cuando están en tierra, pero muy sospechosos de transformarse en raudos “lobos de mar” encima de sus botes, donde toman a las presas a mano limpia, por sus aguijones dentados o sus hirientes agallas, según el caso.
  Otrora barrio marginal, desde el triunfo de la Revolución el panorama ha cambiado allí ostensiblemente. En 2017, el mejoramiento de las condiciones de vida y la imagen de la población cobraron renovado auge, con disímiles iniciativas dentro del proyecto socioeconómico y cultural Santiago Arde.
  Sobresalen el Centro Tecnológico, con una treintena de servicios informáticos, construcción y reparación de viviendas y fachadas, restauración de la base de pesca deportiva y el local recreativo El Ranchón,  y cubrimiento del canal que atraviesa la barriada.
  Además, la rehabilitación de la avenida 24 de Febrero hasta el límite con el agua y la creación de un paseo peatonal, embellecido con grandes macetas y jardineras, con una vista al mar favorable al romanceo y la meditación.
  Hoy, a los que se dirigen al muelle, los recibe una estatua, un pescador sobre un ancla, sencillo pero digno monumento a los hijos de este pedazo de tierra casi mar, quienes han contado entre sus filas a náufragos y héroes de proezas cotidianas frente a los designios de la inmensidad azul y sus criaturas, gente que no dice mar sino “la mar”, como si fuese una madre y, a la vez, una mujer fatal.

jueves, 19 de abril de 2018

Soy un cubano afortunado, dice combatiente de Playa Girón


Aida Quintero Dip

   Me siento un cubano muy afortunado por  vivir este momento histórico de la Patria, en que se elige una nueva dirección del país coincidiendo con el día de la victoria de Playa Girón, dijo el combatiente de esa epopeya, Agustín Castellanos Pacheco.
   En declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias, el veterano luchador santiaguero expresó su sano orgullo por haber sido protagonista de la batalla de abril de 1961, cuando Cuba le propinó la primera gran derrota al imperialismo yanqui en América.
  Hoy les hablo con frecuencia a la familia y a las nuevas generaciones del heroísmo con que se defendió el suelo patrio en las arenas de Girón, como una manera de enseñarles que hay que salvaguardar la libertad y las conquistas sociales de la Revolución a cualquier precio, subrayó.
  Lo que más me estimuló, recordó, fue saber que Fidel, nuestro invicto jefe, estaba al frente con su tanque, dirigiendo con el ejemplo y la  sabiduría militar la acción para obtener la victoria y frustrar los planes de los Estados Unidos, que nunca se conformaron con la gallarda rebeldía de esta Isla.
  Además de las situaciones difíciles del combate, me impresionó ver a los mercenarios huyendo acobardados ante el empuje de nuestras fuerzas, que más que en armas era en moral y en los ideales sagrados que defendíamos, señaló. 
  Castellano Pacheco recalcó que una buena parte de los combatientes cubanos eran jóvenes y algunos casi niños, como ahora en que la juventud ocupa un alto porcentaje entre los diputados al nuevo Parlamento, muestra de que siempre ha dado el paso al frente siempre y es garantía de continuidad y de futuro.
  Destacó que hoy se escribe otro Girón para la historia, cuando se pone en manos de jóvenes nacidos con la Revolución, junto a fogueados revolucionarios las riendas del país, seguros de que sabrán llevar adelante los destinos de una nación que nunca cederá ante las presiones del imperio ni se pondrá jamás de rodillas.
  Tengo mucha confianza en los 605 diputados que representan los intereses del pueblo y lucharán por servirle bien y se cumplan sus legítimas aspiraciones, tienen como bandera el ejemplo de Fidel y de Raúl, dijo el fundador del Partido Comunista de Cuba de, 88 años.
  Castellano Pacheco es un hombre sencillo de espíritu insurrecto que lo llevó a ser combatiente del Ejército Rebelde en el II Frente Oriental Frank País, que fundara el entonces Comandante Raúl Castro, el 11 de marzo de 1958, adonde llegó como parte de los refuerzos de luchadores clandestinos de la ciudad de Santiago de Cuba.  
  Tuvo el gran orgullo y honor, además, de integrar la Caravana de la Libertad con Fidel, por lo que vivió intensamente la euforia por la victoria y la entrada triunfal a La Habana, el 8 de enero de 1959.    

miércoles, 18 de abril de 2018

Gracias Fidel por tu legado de unidad



Magaly Zamora
   Cuenta una antigua fábula que un padre ya anciano quiso dar una lección a sus hijos y le entregó a cada uno de ellos una rama, pidiéndole que la partieran, lo cual hicieron con facilidad.
    Más tarde repitió la solicitud, esta vez con un conjunto de varillas, pero ni el más fuerte de los hermanos logró quebrarlas.
   La moraleja de este cuento se resume en una frase repetida millones de veces en manifestaciones populares desde el triunfo de la Revolución en enero de 1959: “ El pueblo, unido, jamás será vencido”.
   Pero más que una consigna, tal aseveración constituye una filosofía de vida de los cubanos, demostrada con creces a través de la historia tanto por los reveces sufridos a lo largo de las guerras de independencia como por las victorias.
    Del fracaso de 1869  aprendimos que el regionalismo y el caudillismo solo sirvieron para empoderar al enemigo y menguar el poderío del Ejército Libertador hasta llegar al Pacto del Zanjón.
     Por eso en la organización de la Guerra Necesaria, José Martí funda en 1892 el Partido Revolucionario Cubano, legítimo intento de cohesionar a los viejos luchadores y a los más jóvenes en torno  a los esfuerzos independentistas.
    De él diría en el periódico Patria ….”y a la palabra partido se amparan, para decir que se unen en esfuerzo ordenado, con disciplina franca y fin común, los cubanos que han entendido ya que, para vencer a un adversario deshecho, lo único que necesitan es unirse”.
   Más cercano en el tiempo el máximo líder de la Revolución cubana, Fidel, autor de la unidad nacional, a decir de Eusebio Leal, en su largo quehacer mantuvo siempre el empeño por agrupar en la diversidad de las fuerzas los intereses comunes que pudieran engrosar las filas de defensores de la más justa de las causas.
    Esa lucha perenne por articular de forma sólida todas las fuerzas conlleva a la reunión de Altos de Mompié, en plena Sierra Maestra el tres de mayo de 1958, de la cual se deriva la decisión  de unificar los mandos de la Sierra y del Llano bajo una misma jefatura.
     Es el momento en que Fidel Castro resulta nombrado Secretario General del Movimiento y Comandante en Jefe del Ejército Rebelde.  La decisión tenía un claro carácter de unidad y expresaba el criterio de la guerra como un fenómeno que trascendía ya las fronteras de una sola organización.
 “Perdura lo que un pueblo quiere”, anticipó Martí,  y ese pueblo unido junto a sus principales líderes, es el que ha salvado a la Cuba socialista y revolucionaria de las garras imperiales por casi seis décadas.
    Ejemplos como Girón, la campaña de alfabetización, la lucha contra bandidos y el enfrentamiento al bloqueo y a la guerra económica contra el país demuestran la fuerza arrolladora de las masas cuando unen fusiles, brazos o azadones para salvar la patria, la revolución y el socialismo.
    Esa cultura de la unidad ha creado también la cultura de la solidaridad frente a eventos fortuitos o catástrofes como la más reciente ocasionada por el huracán Irma.
    La seguridad de que nadie queda desamparado a su suerte y la fe en que unidos podemos salir adelante  es una idea sembrada por Fidel y regada con ahínco por todos los cubanos para que sus frutos perduren por siempre.
   Esa convicción nos protege hoy de corrientes neoliberales y retrógradas, con predominio de gobiernos entreguistas y serviles, frente a los cuales Cuba ratifica la voluntad de su pueblo entero y exclama con orgullo: Gracias Fidel por tu legado.

jueves, 12 de abril de 2018

Una jardinera santiaguera ocupará escaño en el Parlamento



Aida Quintero Dip
   Esta linda experiencia que estoy viviendo solo es posible sentirla en Cuba, donde una humilde jardinera puede ocupar escaño en el Parlamento sin mediar nada más que su dedicación al trabajo y la vocación de servir al pueblo, expresó Gloria María Ruiz Morell.
   Sus electores de la circunscripción 256 de Siboney siempre vieron en Gloria María una líder innata de la comunidad y hoy sienten orgullo de que ella los represente como delegada a la Asamblea Municipal del Poder Popular en Santiago de Cuba por un segundo mandato.
   Y esta mujer todo ternura y fuerza, que no tiene distingo de días y horas para atender sus funciones de gobierno, se entrega con la misma pasión a cultivar las más sorprendentes variedades de flores en el Jardín Aves del Paraíso, de la Gran Piedra, donde realmente habita una maravilla de la pródiga naturaleza.
  Por estos tiempos acrecientan el reconocimiento hacia Mamita, como la llaman cariñosamente, elegida diputada en las elecciones generales del pasado 11 de marzo, condición que le hace reafirmar emocionada: “Es el milagro de una Revolución en el poder”.
  Sus méritos en más de 30 años de trabajo, disposición y compromiso para servir sin miramientos al pueblo fueron virtudes reconocidas en su barriada que la convirtieron en una de los 54 diputados al Parlamento cubano por la provincia santiaguera, que ella valora como el honor más grande que ha recibido en la vida.
   Gloria María es una persona muy querida, su presencia y aliento se ha hecho casi imprescindible en el barrio, la familia y en el colectivo de labor, donde es una especie de hada madrina para ayudar a resolver un problema, compartir una preocupación, poner una mano en el hombro u ofrecer una frase de cariño para inspirar energías en la faena cotidiana.
   En un intercambio de los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y a delegados a la Asamblea Provincial en Santiago de Cuba, por el distrito electoral número nueve, dijo que lo único que ha hecho en la vida es trabajar con amor en el campo donde nació, ser fiel a la Revolución  y seguir el ejemplo de Fidel.
   Expresó que es muestra de verdadera democracia ser compañera de candidatura del miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) Lázaro Expósito, primer secretario del PCC en el territorio, y como mujer humilde y negra poder cumplir responsabilidades a los niveles más alto del Estado y Gobierno, una conquista de las cubanas de hoy.
   Yo soy tan feliz sirviendo a mi gente, a sabiendas de que la condición de diputada no entraña privilegios personales ni beneficios económicos, solo el placer de ser útil al país que tanto ha hecho por el bienestar del pueblo, y sobre todo de sus mujeres, gracias a un Fidel que sigue vivo en el corazón de Cuba, afirmó.
   El historiador y combatiente Francis Velázquez, vecino de la comunidad, manifestó que lo más democrático que puede haber es ese intercambio entre  electores y candidatos  que responden a los intereses del pueblo, pues él vivió las elecciones antes de 1959 cuando las personas ascendían a los cargos y se olvidaban del pueblo.
   Ahora sentimos la tranquilidad de que son personas de bien, de raíz humilde, revolucionaria, que han ganado autoridad por sus méritos, su capacidad para hacer avanzar la nación y su comportamiento ético, lo que ofrece seguridad de que nunca traicionarán a la Patria y al pueblo de donde surgieron, subrayó.
   Diosmilde Carbonell, presidente del Consejo Popular Haydée Santamaría, en la ciudad de Santiago de Cuba, destacó que ellos representan los valores humanos y éticos que ha forjado la Revolución en casi 60 años, y ninguno tiene otra fortuna que su ejemplo ni otra riqueza que su prestigio ante el pueblo que los eligió.