Aída Quintero Dip
Cuba fue un inmenso desfile este Primero de Mayo, por las plazas y calles hubo fiesta proletaria y efervescencia patriótica; el Verde Caimán parecía que se desbordaba por el paso firme de sus trabajadores, de su pueblo todo; el presidente cubano, Raúl Castro, presidía la celebración en La Habana , y el vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, en Santiago de Cuba, la tierra cuyos hijos caminaron erguidos frente a la figura ecuestre del General Antonio Maceo, en su emblemática Plaza de la Revolución.
Estoy orgullosa de vivir en Cuba, y especialmente en Santiago, la Ciudad Héroe de la República , en un día como este, cuando nuestra Bandera Nacional ondeó en lo más alto del brazo de sus trabajadores, reafirmando respaldo a la Revolución , marchando unidos por un socialismo próspero y sostenible, por el valor del trabajo y la confianza de avanzar hacia el futuro con nuestros propios esfuerzos.
En compacto bloque inició el recorrido en la Cuna de la Revolución un ejército de batas blancas, integrado por médicos, estomatólogos, enfermeras, técnicos, ejemplos de dedicación para curar y salvar vidas, aquí o allá porque no tienen fronteras, muchos de ellos cumplieron misión de colaboración en Venezuela o en otras partes del planeta.
En la capital lo hacían colectivos de la ciencia que están a la vanguardia, con un peso decisivo en el progreso científico-técnico del país; les seguían transportistas, constructores, combatientes, hombres y mujeres de todos los sectores, para cerrar con jóvenes trabajadores y estudiantes como garantía de la continuidad de esta gran obra. También había venezolanos, argentinos, uruguayos, colombianos…La Patria Grande unida.
Es que José Martí estuvo igualmente presente: “Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes".
Hubo alegría en cada rostro, compromiso al escribir otra página hermosa para la historia, representando a la Cuba que defendemos, revolucionaria, solidaria, irredenta, que no se detiene, no se somete ni se rinde; la Cuba que es osada para transformar su modelo económico, digna como su pueblo, gallarda como sus héroes.
Los santiagueros, como testigos más cercanos de la gesta heroica del Moncada, tuvimos una razón muy especial para desfilar: la celebración en su propio escenario del aniversario 60 del Día de la Rebeldía Nacional , el próximo 26 de Julio, por historia y por el trabajo realizado para honrar y enaltecer la obra conquistada.
A diferencia de lo que ocurre en mi Patria, en otros países del mundo en este Primero de Mayo sus trabajadores siguen exigiendo y luchando por el acceso al trabajo, reivindicaciones sociales, por la equidad y la justicia, por una vida de amor y paz.
Algunos como Venezuela lo celebraron con el primer presidente obrero y chavista en la historia de esa nación suramericana, Nicolás Maduro, consolidando el legado del Comandante invicto Hugo Chávez; aumentando el salario de sus trabajadores. Es que las causas justas triunfan a la larga.
Por eso esta tierra rebelde, heroica y hospitalaria se honró, al dedicar a la memoria de Chávez, el mejor amigo de Cuba, los festejos por el Día Internacional de los Trabajadores.
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