miércoles, 5 de marzo de 2014

Chávez, ¿quién dijo que te fuiste?



Evelyn Corbillón
   Parece que fue ayer cuando a las cuatro y 25 de la tarde decidiste ser inmortal. Hace un año, preguntaba por qué la vida es injusta y nos arrebata a quienes queremos; sin embargo, la muerte es solo el pretexto para la ausencia, pero no para el olvido.
   La partida física era el motivo para que tu espíritu, Chávez, acompañara, vigilara y protegiera a la humanidad por siempre.
   Durante tu ida “un momentico a la misa”, el mundo vio sucederte en la presidencia al hombre designado por ti para continuar todo un proyecto de amor e igualdad en la Venezuela de Bolívar, y también tuya en la misma dimensión que la del Padre fundador desde el cinco de marzo de 2013.
   Los hijos de América Latina acudieron recientemente a La Habana para analizar problemas sin resolver, en la segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), organismo de integración regional del cual fuiste artífice y que se mantiene fiel a tus convicciones.
   Hoy, como nunca, gigante de Sabaneta, vives en cada venezolano y latinoamericano; en los ojos de Fidel; en las llaneras interpretadas por los poetas, los cantores del pueblo y por ti; le susurras consejos a Maduro; abrazas a los ancianos alfabetizados y los niños…
   Eterno comandante, lograste que envidiaran la Constitución democrática que guardabas celosamente; nos mostraste cómo respetar el cristianismo y querer a la familia por encima de lujos y aspiraciones.
   Aún resuenan las palabras de tu María Gabriela aquel doloroso, pero digno día: “Vuela libre, gigante, vuela alto y sopla fuerte, fuerte como los vientos huracanados. Nosotros cuidaremos tu patria y defenderemos tu legado como tú nos enseñaste a hacerlo, jamás te irás porque en nuestras manos está tu llamarada”.
   Sonríe una vez más, Chávez, ahora desde los cielos, junto a los próceres independentistas y tu Jesucristo.

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