Por Randy Alonso Falcón
Siempre risueña, siempre heroína, siempre patriota. Melba Hernández fue un personaje de leyenda, pero, sobre todo, un gran ser humano.

Combatiente del Moncada; gestora, junto a Yeyé, de la impresión y divulgación de la Historia me Absolverá; participante en los preparativos del Granma; guerrillera en la Sierra Maestra. Mujer para grandes empeños.
A la Revolución consagró cada minuto de su vida. Y a los niños y jóvenes, a quienes siempre acogió en su casa, les brindó consejos, los alentó a la lucha. Fue como una madre para muchos.

Cada vez que se vaya a evocar la ternura, la limpieza del alma, la bondad verdadera, habrá que pensar en Melba.
Junto a Vilma, Celia y Haydée, ella es símbolo del heroísmo y la entrega a la Revolución de la mujer cubana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario