Marcos Alfonso
El Comandante en Jefe Fidel Castro, vuelve al
cuartel Moncada. No para asaltar el otrora bastión militar que abrió el camino
hacia la libertad definitiva de Cuba.
Esta vez viene
desde documentales e instantáneas que recogen su quehacer, visto desde la
óptica de quien lo acompañara durante más de dos décadas: el realizador cubano
Roberto Chile.
La fecha escogida
para abrir la muestra Fidel es Fidel, que fuera presentada con éxito en el
Memorial José Martí, en la Plaza de la Revolución, es simbólica: la mañana del
30 de Noviembre.
En esa ocasión, pero
de 1956, combatientes del Movimiento 26 de Julio, dirigidos por Frank País
García, protagonizaron el levantamiento de Santiago de Cuba.
La heroica ciudad
acogerá al legendario Comandante desde su siempre traje de campaña, “sin ningún
atributo, salvo una furtiva estrella”, como escribe en el catálogo de la
muestra el Historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler.
“En esta exposición
fotográfica, escribe Leal, Chile demuestra su gran sensibilidad y maestría para
captar el instante preciso con el lente”, que se traduce en esa capacidad de
“ver más allá, actuar rápido, tener la certeza mínima del minuto en que se
deben tomar las decisiones, vibrantes luego en los fragmentos de papel legados
por el artista”.
El Museo 26 de Julio, ubicado en el propio
Moncada, será el sitio en el cual se presentará la propuesta. Allí se expondrán
audiovisuales y fotografías tomadas por Chile en la última década las cuales
detienen en el tiempo el símbolo épico de un hombre, ícono de quienes luchan
toda la vida.
La escultura en
bronce inspirada en una de las imágenes más emblemáticas del conjunto, y dos
piezas intervenidas por el artista cubano Ernesto Rancaño, le añadirán un
componente de lirismo a la exposición, la cual permanecerá abierta al público
en ese histórico museo hasta el próximo año, cuando se cumplirá el aniversario
500 de la fundación de la heroica urbe.
En las imágenes,
asegura Leal, “aparecen sus manos: por cierto, delgadas y suaves para quienes
hemos tenido el privilegio de estrecharlas. Ya no tienen la dureza que deja el
contacto del acero de las armas. Sin abandonarlas, escogió una más poderosa, la
pluma, pues ya con las primeras había alcanzado su supremo objetivo”.
El artista ha sabido
forjar la imagen singular, siempre digna y luminosa, de Cuba. Sus retratos,
conforman un universo de fe y espiritualidad perceptibles para aquellos que,
como él, son capaces de amar.
Fidel es Fidel
representa como el retorno a sus raíces del líder histórico de la Revolución
Cubana. Es rencuentro que enaltece fibras, pues más allá de lo artístico o
poético de las imágenes, están las certezas del hombre siempre acompañante de
su pueblo bajo cualquier circunstancia.
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