Aída Quintero Dip
Por su protagonismo en épicas batallas que
dieron glorias a Cuba en el camino hacia la libertad, la heroica ciudad de
Santiago de Cuba y su pueblo esperan la celebración del aniversario 60 del
triunfo de la Revolución bajo el influjo de su ancestral patriotismo.
Como un monumento a cielo abierto la
legendaria urbe testifica episodios relevantes de la historia de la Patria y tributa
esencias a la nación, porque su espíritu rebelde tiene la fuerza y capacidad de
conmover más allá del patrimonio puramente visible.
Santiago de Cuba abraza el festejo de una de
sus fechas cumbres exhibiendo singularidad entre lo antiguo y lo moderno, con
nuevas obras que elevan la calidad de vida de su pueblo, y fábricas e
industrias en diversos sectores que reflejan su influencia decisiva en el
acontecer socioeconómico nacional.
Una de las siete primeras villas fundadas por Diego Velázquez, en 1515,
renació en su esplendor a raíz de su medio milenio, tras un devastador huracán,
con sus tipologías arquitectónicas, valores histórico-patrimoniales e
idiosincrasia de su gente, y esa majestuosidad que la distingue y la honra.
Lo legitiman su Ayuntamiento, uno de los primeros de América emplazado
por Hernán Cortés, donde Fidel y los barbudos anunciaron la libertad en
1959; importantes museos como el
Bacardí, primero fundado en Cuba, además del Castillo del Morro San Pedro de la
Roca, Patrimonio de la Humanidad.
Tierra “donde no hay una piedra que no haya
sido pedestal de un héroe”, escenario de hechos notables como el asalto al
cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, para reiniciar la lucha
independentista; y el levantamiento armado de la ciudad, el 30 de noviembre de
1956, para apoyar el desembarco del Granma, que condujeron a la victoria del
Primero de Enero, con el aporte definitivo de la Sierra Maestra.
Su venerado cementerio
Santa Ifigenia atesora los restos de José Martí, de veteranos de la guerra de
independencia, mártires de la gesta del 26, de la clandestinidad y de toda la
insurrección e internacionalistas, y desde 2016 creció su dimensión como
sagrado altar de la Patria, al guardar en un monolito las cenizas del líder de
la Revolución Fidel Castro, junto a los fundadores de la nación.
Andar por su Plaza de
Marte, Parque Céspedes, Paseo Martí, Avenida de los Libertadores, Plaza de la
Revolución es beber de la savia de Antonio Maceo, Guillermón Moncada, Mariana
Grajales, Frank País y tantos otros que el pueblo honra desde la heroicidad y
el trabajo.
Pero la urbe no es exclusivamente museos y gloriosa historia, vibra al
compás de 60 años de Revolución en el poder, con sus puertas siempre abiertas a
los revolucionarios perseguidos para darles ayer abrigo, y con sus hombres y
mujeres laboriosos que la engrandecen hoy con sus propias manos.
Se ha reanimado en todos los órdenes y ha crecido
en unidades de servicios a la población que mejoran la vida de su gente, sobre
todo en el sector del comercio y la gastronomía con restaurantes y cafeterías
que complacen el gusto más exigente, además de abrirse al Trabajo por Cuenta
Propia como alternativa de la economía a tono con los nuevos tiempos.Cuenta con centros de la enseñanza referentes para el país como el seminternado de primaria Abel Santamaría, modelo de la educación cubana, la Universidad de Oriente, fragua de revolucionarios y de profesionales calificados en ramas disímiles del saber, y la Universidad de Ciencias Médicas, primera creada en Cuba tras el triunfo de la Revolución.
Tiene al puerto Guillermón Moncada, enclave privilegiado por la cercanía de importantes
rutas marítimas vinculadas al comercio internacional que se
moderniza como terminal multipropósito y permitirá, especialmente a las provincias orientales, abaratar
los costos por concepto de fletes, tanto en importaciones y exportaciones como
en operaciones de cabotaje, entre otros beneficios socioeconómicos.
La Empresa de Equipos Médicos
(Retomed), inaugurada en 1988 por Fidel,
se convirtió en un referente en la producción industrial cubana, y fue
reconocida por el Comandante en Jefe como el mayor exponente de la “Revolución
en todos los órdenes de la medicina”.
Esa industria, como tantas otras,
ha enfrentado los embates del bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por los Estados Unidos, sin dejar en ningún momento su objeto social
fundamental: la fabricación de equipos médicos, además de otros surtidos que la
convierte en una de las instituciones con mayor protagonismo en la reanimación
de la ciudad durante varios años.
La refinería Hermanos Díaz, el Laboratorio Farmacéutico
Oriente, pilar en la industria farmacéutica;
el Centro de Biofísica Médica y el Centro de Electromagnetismo Aplicado,
abanderados de la ciencia; el Combinado 30 de Noviembre, inaugurado por Ernesto
Che Guevara, el combinado textil Celia Sánchez Manduley, inaugurado por Fidel,
y la molinera Frank País, contribuyen al auge santiaguero en época de
Revolución.
Cuna del son y de la trova, por su rico
acervo, tradiciones y desempeño actual se le considera una plaza fuerte en la
cultura, con un sitio emblemático como el Teatro Heredia; y es tierra de
sobresaliente desarrollo deportivo con un aporte notable al país de atletas de
alto rendimiento.
De esta
necesaria e infatigable tierra diría Fidel el primer día de la libertad: ‘’No
se trata de halagar demagógicamente a una localidad determinada, se trata,
sencillamente, de que Santiago ha sido el baluarte más firme de la
Revolución”. Y entonces profetizó lo que es una certeza: ‘’En Santiago de Cuba
y en la Sierra Maestra tendrá la Revolución sus dos mejores
fortalezas’’.
A la luz del aniversario 60 de la Revolución,
la Ciudad Héroe y sus hijos e hijas se sienten cómplices vinculados a su
historia, y al valioso legado con el cual nacieron, el mismo que les permitió caminar
con pasos seguros y los inspira a seguir creciendo.