jueves, 16 de agosto de 2012

Eloína y su vitalidad creadora


Aída Quintero Dip
Me enorgullece ser coterránea de Eloína Miyares Bermúdez,  santiaguera  de pura cepa,  sempiterna amante de su tierra, de las que estremece con la miel de su cariño, de las que enaltece,  gracias a su sabiduría y dedicación.
Esta mujer es como un manantial de agua buena, siempre cimentando, sembrando, con una sonrisa que enamora, con un talento reconocido por sus aportes a la sociedad.
Irradia ejemplo como cubana de una vida social amplia, madre de varios hijos profesionales de intensa actividad, y científica de renombre consagrada a elevar la cultura del idioma. Sobresale su coautoría de una Vacuna ValCuba para mejorar la ortografía.
Eminente pedagoga e investigadora del Centro de Lingüística Aplicada, de Santiago de Cuba, Doctora Honoris Causa de la Universidad de Oriente, merecedora del Escudo de la Ciudad, y como para resumir una vasta obra al servicio del pueblo,  condecorada recientemente con el Título Honorífico de Heroína del Trabajo de la República de Cuba.
Ese galardón la sorprende en plena actividad creadora, cuando  muchas personas de su edad piensan en la jubilación. Para ella ha sido acicate que la motiva a desempeñarse con ahínco,  además del orgullo de recibirlo junto a su esposo, Vitelio Ruiz, muy unidos por el amor a la ciencia y a su ciudad, y ahora este título que los convierte en una pareja de héroes.
Ella es paradigma del arraigo a  su tierra y de  la fuerza aglutinadora de la Federación de Mujeres Cubanas a cuyos Congresos ha honrado con su presencia, a la vez que se honra con un trabajo destacado como federada de fila, por su especial carisma para explicar, convencer, enseñar.
Este 52. aniversario de la organización femenina lo recibe en plenitud de facultades, con la madurez de los años y la vitalidad del primer día, lo que indica que su querida FMC podrá contar con su concurso como en los días fundaciones de agosto de 1960.
En una ocasión en que tuve la dicha de entrevistarla me expresó:”Santiago de Cuba es para mí la vida. He viajado, pero estar en mi tierra natal es lo que más deseos de vivir y de realizarme me aportan. Adoro todo cuanto tenga que ver con Santiago: su paisaje, los niños, los peloteros, los artistas, su  historia extraordinaria, y nuestro pueblo con su carácter, su alegría y  personal comunicabilidad.
“Hasta comerme un mango de bizcochuelo es especial para mí. Me estimula ser santiaguera, vivir, crear aquí, y las muestras de cariño que he recibido como reconocimiento a mi obra, que es también de Vitelio, mi compañero en la vida y el trabajo, y de Cuba entera”.
Ella es parte de esa fuerza poderosa que representa la mujer en la Revolución cubana, inspiración para que las nuevas generaciones de federadas beban de su energía creadora y vitalidad.

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