Aída Quintero Dip
Tuve el privilegio
de conocer al Doctor en Ciencias Julio Noel González Jiménez (1928 - 2016),
quien en 1985 realizó el primer trasplante de corazón en Cuba y se convirtió en un cirujano célebre, con
aportes prominentes para el desarrollo de la Medicina en su tierra y más allá
de las fronteras nacionales.
En mi condición de periodista tuve el alto
honor de retratarme junto a él, y de entrevistarlo una linda tarde en el hospital
Hermanos Ameijeiras, de la capital cubana, escenario de sus últimas y
trascendentes contribuciones a las ciencias médicas de su Patria.
Recuerdo que la titulé: Un cirujano célebre, como confirmación
de que estaba ante un hombre tocado por los dioses, de manos prodigiosas que puso al servicio de
la vida de sus congéneres, con la humildad de quien es dichoso propiciando felicidad a otros, siendo
útil a los demás.
Del eminente médico
y profesor Noel, no olvidaré nunca su amabilidad, su sonrisa franca y esa
innata vocación de servir con la mayor
naturalidad del mundo, atento al más
mínimo detalle que una quisiera saber, pese a las altas responsabilidades que
le robaban el tiempo y el sueño.
Hace pocos días recibí
la triste noticia de su muerte y, como parte de mi sentido homenaje a la
grandeza de su humilde persona,
transcribo parte del texto escrito por la colega Iris Armas Padrino, al ofrecer la noticia sobre su deceso:
Graduado de médico
en 1954, su dedicación a la profesión y a la especialidad no le impidió cumplir
con lo que entendió como su deber patriótico: la lucha contra la dictadura
batistiana, refiere la Profesora Consultante María del Carmen Amaro,
Vice-Presidenta de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina.
Como miembro de una
célula del Movimiento 26 de Julio, participó en actividades clandestinas y
cooperó con otras organizaciones, en particular con el Directorio
Revolucionario 13 de marzo, por sus estrechos vínculos con José Antonio
Echeverría, Fructuoso Rodríguez y otros compañeros, agrega Amaro en una nota
publicada en Infomed.
En 1959 continuó
sus prácticas de cirugía en diferentes hospitales de la capital y unidas a sus actividades
profesionales y docentes, estaban también presentes en su diario quehacer las
de consolidación de la Revolución.
Por tal motivo fue
fundador de las Organizaciones Revolucionarias Integradas, del Partido Unido de
la Revolución Socialista, devenido luego Partido Comunista de Cuba, en el que
militó activamente mientras su salud se lo permitió.
Después de la
invasión de Playa Girón, el país se quedó sin ningún grupo que practicara la
cirugía cardiovascular, a consecuencia del éxodo de médicos y por encargo del
Ministro de Salud Pública, inició la reorganización de esa especialidad en
Cuba, en el hospital Comandante Manuel Fajardo.
Allí fue director y,
en 1966, se constituyó en esa institución el Instituto de Cardiología y Cirugía
Cardiovascular, trasladándose luego al edificio que ocupa actualmente.
Posteriormente en
noviembre de 1984 se creó el servicio de Cirugía Cardiovascular en el Hospital Hermanos
Ameijeiras bajo su dirección y el nueve de diciembre de 1985, realizó el primer
trasplante de corazón al obrero Jorge Hernández Ocaña, de 31 años de edad.
Por sus
extraordinarios méritos como profesional, docente, investigador y militante
revolucionario, recibió numerosos reconocimientos, entre los que destacan:
Miembro de Honor de la Sociedad Dominicana de Cardiología y Miembro de la New
York Academy of Sciences.
También la de
Miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba, Presidente de la Comisión
de Ética de la Ciencia y del Comité Nacional Cubano de Bioética, y Miembro de
Honor de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina.
“Al despedir al
inolvidable Profesor Julio Noel González Jiménez, no es posible dejar de
recordar que este ser humano extraordinario poseyó las virtudes que él mismo
admirara en sus compañeros de profesión", destacó Amaro.
El respeto a sí
mismo, a los pacientes y a los compañeros de labor, la pasión por la excelencia
y una rigurosa disciplina en el trabajo, aseveró la eminente científica cubana.
¡Gracias, Profesor,
por la entrega apasionada a su profesión, a su especialidad y a sus sueños
revolucionarios de justicia social!, expresó María del Carmen Amaro, quien en
nombre de la comunidad científica cubana trasmitió las más sentidas
condolencias a su familia, a sus compañeros y amigos.
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