lunes, 28 de marzo de 2016

El hermano Obama



 Artículo escrito por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz
Los reyes de España nos trajeron a los conquistadores y dueños, cuyas huellas quedaron en los hatos circulares de tierra asignados a los buscadores de oro en las arenas de los ríos, una forma abusiva y bochornosa de explotación cuyos vestigios se pueden divisar desde el aire en muchos lugares del país.
El turismo hoy, en gran parte, consiste en mostrar las delicias de los paisajes y saborear las exquisiteces alimentarias de nuestros mares, y siempre que se comparta con el capital privado de las grandes corporaciones extranjeras, cuyas ganancias si no alcanzan los miles de millones de dólares per cápita no son dignas de atención alguna.
Ya que me vi obligado a mencionar el tema, debo añadir, principalmente para los jóvenes, que pocas personas se percatan de la importancia de tal condición en este momento singular de la historia humana. No diré que el tiempo se ha perdido, pero no vacilo en afirmar que no estamos suficientemente informados, ni ustedes ni nosotros, de los conocimientos y las conciencias que debiéramos tener para enfrentar las realidades que nos desafían. Lo primero a tomar en cuenta es que nuestras vidas son una fracción histórica de segundo, que hay que compartir además con las necesidades vitales de todo ser humano. Una de las características de este es la tendencia a la sobrevaloración de su papel, lo cual contrasta por otro lado con el número extraordinario de personas que encarnan los sueños más elevados.
Nadie, sin embargo, es bueno o es malo por sí mismo. Ninguno de nosotros está diseñado para el papel que debe asumir en la sociedad revolucionaria. En parte, los cubanos tuvimos el privilegio de contar con el ejemplo de José Martí. Me pregunto incluso si tenía que caer o no en Dos Ríos, cuando dijo “para mí es hora”, y cargó contra las fuerzas españolas atrincheradas en una sólida línea de fuego. No quería regresar a Estados Unidos y no había quién lo hiciera regresar. Alguien arrancó algunas hojas de su diario. ¿Quién cargó con esa pérfida culpa, que fue sin duda obra de algún intrigante inescrupuloso? Se conocen diferencias entre los Jefes, pero jamás indisciplinas. “Quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”, declaró el glorioso líder negro Antonio Maceo. Se reconoce igualmente en Máximo Gómez, el jefe militar más disciplinado y discreto de nuestra historia.
Mirándolo desde otro ángulo, cómo no admirarse de la indignación de Bonifacio Byrne cuando, desde la distante embarcación que lo traía de regreso a Cuba, al divisar otra bandera junto a la de la estrella solitaria, declaró: “Mi bandera es aquella que no ha sido jamás mercenaria…”, para añadir de inmediato una de las más bellas frases que escuché nunca: “Si deshecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día… ¡nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía!...”. Tampoco olvidaré las encendidas palabras de Camilo Cienfuegos aquella noche, cuando a varias decenas de metros bazucas y ametralladoras de origen norteamericano, en manos contrarrevolucionarias, apuntaban hacia la terraza donde estábamos parados. Obama había nacido en agosto de 1961, como él mismo explicó. Más de medio siglo transcurriría desde aquel momento.
Veamos sin embargo cómo piensa hoy nuestro ilustre visitante:
“Vine aquí para dejar atrás los últimos vestigios de la guerra fría en las Américas. Vine aquí extendiendo la mano de amistad al pueblo cubano”.
De inmediato un diluvio de conceptos, enteramente novedosos para la mayoría de nosotros:
“Ambos vivimos en un nuevo mundo colonizado por europeos”. Prosiguió el Presidente norteamericano. “Cuba, al igual que Estados Unidos, fue constituida por esclavos traídos de África; al igual que Estados Unidos, el pueblo cubano tiene herencias en esclavos y esclavistas”.
Las poblaciones nativas no existen para nada en la mente de Obama. Tampoco dice que la discriminación racial fue barrida por la Revolución; que el retiro y el salario de todos los cubanos fueron decretados por esta antes de que el señor Barack Obama cumpliera 10 años. La odiosa costumbre burguesa y racista de contratar esbirros para que los ciudadanos negros fuesen expulsados de centros de recreación fue barrida por la Revolución Cubana. Esta pasaría a la historia por la batalla que libró en Angola contra el apartheid, poniendo fin a la presencia de armas nucleares en un continente de más de mil millones de habitantes. No era ese el objetivo de nuestra solidaridad, sino ayudar a los pueblos de Angola, Mozambique, Guinea Bissau y otros del dominio colonial fascista de Portugal.
En 1961, apenas dos años y tres meses después del Triunfo de la Revolución, una fuerza mercenaria con cañones e infantería blindada, equipada con aviones, fue entrenada y acompañada por buques de guerra y portaviones de Estados Unidos, atacando por sorpresa a nuestro país. Nada podrá justificar aquel alevoso ataque que costó a nuestro país cientos de bajas entre muertos y heridos. De la brigada de asalto proyanki, en ninguna parte consta que se hubiese podido evacuar un solo mercenario. Aviones yankis de combate fueron presentados ante Naciones Unidas como equipos cubanos sublevados.
Es de sobra conocida la experiencia militar y el poderío de ese país. En África creyeron igualmente que la Cuba revolucionaria sería puesta fácilmente fuera de combate. El ataque por el Sur de Angola por parte de las brigadas motorizadas de Sudáfrica racista los lleva hasta las proximidades de Luanda, la capital de este país. Ahí se inicia una lucha que se prolongó no menos de 15 años. No hablaría siquiera de esto, a menos que tuviera el deber elemental de responder al discurso de Obama en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
No intentaré tampoco dar detalles, solo enfatizar que allí se escribió una página honrosa de la lucha por la liberación del ser humano. De cierta forma yo deseaba que la conducta de Obama fuese correcta. Su origen humilde y su inteligencia natural eran evidentes. Mandela estaba preso de por vida y se había convertido en un gigante de la lucha por la dignidad humana. Un día llegó a mis manos una copia del libro en que se narra parte de la vida de Mandela y ¡oh, sorpresa!: estaba prologado por Barack Obama. Lo ojeé rápidamente. Era increíble el tamaño de la minúscula letra de Mandela precisando datos. Vale la pena haber conocido hombres como aquel.
Sobre el episodio de Sudáfrica debo señalar otra experiencia. Yo estaba realmente interesado en conocer más detalles sobre la forma en que los sudafricanos habían adquirido las armas nucleares. Solo tenía la información muy precisa de que no pasaban de 10 o 12 bombas. Una fuente segura sería el profesor e investigador Piero Gleijeses, quien había redactado el texto de “Misiones en conflicto: La Habana, Washington y África 1959-1976”; un trabajo excelente. Yo sabía que él era la fuente más segura de lo ocurrido y así se lo comuniqué; me respondió que él no había hablado más del asunto, porque en el texto había respondido a las preguntas del compañero Jorge Risquet, quien había sido embajador o colaborador cubano en Angola, muy amigo suyo. Localicé a Risquet; ya en otras importantes ocupaciones estaba terminando un curso del que le faltaban varias semanas. Esa tarea coincidió con un viaje bastante reciente de Piero a nuestro país; le había advertido a este que Risquet tenía ya algunos años y su salud no era óptima. A los pocos días ocurrió lo que yo temía. Risquet empeoró y falleció. Cuando Piero llegó no había nada que hacer excepto promesas, pero ya yo había logrado información sobre lo que se relacionaba con esa arma y la ayuda que Sudáfrica racista había recibido de Reagan e Israel.
No sé que tendrá que decir ahora Obama sobre esta historia. Ignoro qué sabía o no, aunque es muy dudoso que no supiera absolutamente nada. Mi modesta sugerencia es que reflexione y no trate ahora de elaborar teorías sobre la política cubana.
Hay una cuestión importante:
Obama pronunció un discurso en el que utiliza las palabras más almibaradas para expresar: “Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, va a haber retos, y a esos vamos a darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como vecinos, juntos”.
Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente de Estados Unidos. Tras un bloqueo despiadado que ha durado ya casi 60 años, ¿y los que han muerto en los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo, invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de fuerza?
Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura.
Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo. No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta.
Fidel Castro Ruz
Marzo 27 de 2016
  10 y 25 p.m.    

miércoles, 23 de marzo de 2016

Canto a Fidel desde la caricatura


Aída Quintero Dip
   Canto a Fidel, muy conocido pero siempre emocionante, de la poeta matancera Carilda Oliver Labra, es una de las obras épicas dedicadas al líder histórico de la Revolución Cubana que más ha perdurado en la memoria del pueblo.
  No voy a nombrar a Oriente,/ no voy a nombrar la Sierra,/ no voy a nombrar la guerra/ -penosa luz diferente-,/  no voy a nombrar la frente,/  la frente sin un cordel,/  la frente para el laurel,/  la frente de plomo y uvas,/ voy a nombrar toda Cuba, / voy a nombrar a Fidel.
  Otras manifestaciones del arte también se han inspirado en el hombre que impregnó de luz el primero de enero de 1959,  cuando la Patria se hizo alborada de la libertad, para darle renovadas energías y motivaciones a su pueblo.
  Con el brillo de un sol ardiente o de una luna llena, sus palabras y acciones calaron corazones, movilizaron multitudes y dejaron huellas en cada momento  vivido por Cuba en estos duros y felices años de Revolución en el poder.
  Como protagonista de transformaciones y avances, el Comandante en Jefe ha sido el principal modelo para las nuevas generaciones y el más audaz visionario seguido por millones en esta obra altruista y digna, ejemplo para el mundo.
   El jefe rebelde hizo historia en el Antiguo Ayuntamiento, el día de la victoria de enero, para sumarle gloria a la heroica urbe de Santiago de Cuba, que años después condecoró con la Estrella de Oro que simboliza el Título Honorífico de Ciudad Héroe de la República de Cuba y con la Orden Antonio Maceo.
   En la zafra azucarera del pueblo solía verse a Fidel machete en manos desafiando cañaverales; en la plaza de José Martí y de todos los cubanos vibraba defendiendo principios, reafirmando verdades, sembrando valores  y denunciando injusticias.  
   Son imágenes de un líder y de su Revolución grabadas en las pupilas del
caricaturista santiaguero Román Emilio Pérez López, Chicho como se le conoce, quien con su fino humor criollo ha graficado a Fidel de disímiles formas con predominio del color verde olivo de su entrañable traje.
  Este artista refleja con su pincel tanto al intrépido revolucionario que desembarcó en el yate Granma y prometió que en 1956 seríamos libres o mártires, que a quien hizo ondear la bandera cubana en lo más alto junto a los fusiles para proclamar el carácter socialista de la Revolución Cubana.
  El mismo que ha estado en la primera fila de las marchas del pueblo combatiente contra el criminal bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos contra Cuba, y ha expresado en las Naciones Unidas que hay que luchar por un mundo mejor, porque eso es posible.
   Al timonel de los asaltantes al Cuartel Moncada, el mejor discípulo de José Martí, que como el Héroe Nacional considera que el alimento natural de la mujer es lo extraordinario, por eso no se ha cansado de combatir y trabajar para que disfruten de la justicia y equidad que merecen.
  Chicho piensa que no ha logrado reflejar en su obra todo el hechizo que este invencible cubano ejerce en el pueblo y más allá de las fronteras nacionales, pero está feliz hoy de poder hacerle este regalo en su cumpleaños 90.
   Atesora más de 35 caricaturas que ha venido creando desde 1988 y que conformarán, en abril, una exposición en la santiaguera Casa del Caribe, como saludo al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba.
  “Tengo hermosas vivencias de Fidel desde que con apenas cinco años, y en  el hombro de mi padre, sentí en las calles de Santiago de Cuba la algarabía por el triunfo revolucionario, la gente lloraba, reía, la alegría contagiaba, era inmensa.
    “Modestamente, con mi arte he querido perpetuar la imagen de Fidel y la historia de la Revolución con la que he crecido. Tengo testimonios cercanos, por ejemplo, mi hermana alfabetizó y amigos míos combatieron muy jóvenes en Playa Girón, y todos esos hechos confluyen en Fidel.
  “Esta exposición que presentaré por su  90 aniversario posee sus antecedentes, recuerda, ya que desde el 2000 hasta el 2008 he exhibido otras similares en la Casa de las Tradiciones, en la sede de la UNEAC y en el Museo Tomás Romay, en el oriental territorio;  así como también en la UNEAC de Camagüey y en la Unión de Periodistas de Las Tunas”.
  Como miembro de la Unión de Escritores y Artistas de  Cuba y la Asociación de Comunicadores Sociales, diseñador gráfico, caricaturista, pintor y realizador de filmes de animación por más de 20 años en Tele Turquino, Chicho se siente realizado porque sus trabajos gustan, calan en el pueblo.

miércoles, 16 de marzo de 2016

El periodista es un ser mitológico



Escrito por  Liz Martínez Vivero/Especial para CubaSí
Mi mamá me soñaba de blanco, con un estetoscopio colgando del cuello y muchas horas de desvelo más de las que ya acumulo. Acaso en ese minuto enfrentaba algunos segundos de desencanto profesional, de los cuales no escapa ni el más avezado de los médicos especialistas porque a nadie enseñan a lidiar con la incomprensión luego de tantas difíciles jornadas sea cual fuere la función de cada uno.
¿La verdad? Yo no hubiera podido hacer otra cosa con mi vida. Me encanta esto de contar la realidad para los otros y reinterpretar algunas cifras para hacerlas más digeribles por enrevesado que pueda resultar el concepto.
Hace unos días un amigo me preguntaba ¿qué te disgusta del periodismo? Toda rosa tiene espinas ¿no? ¿Qué no te cuadra de esto? Difícil la respuesta. Detesto la incomprensión, le solté sin mucho preámbulo.
Pero ya estaba advertida desde antes del 2007 (año en que inicié la carrera ¿de fondo? ¿con obstáculos?). Aunque nadie lo ve, el periodista como el médico, también es un eterno estudiante.
Tiene que estar al día con lo último de lo último y a nadie le importa si eres especialista en economía, debes tener (para el público) idénticas nociones sobre el alza del euro, los nuevos fichajes del “Madrid” y hasta una declaración oficial por la visita de Obama.
Conocerás, sin titubeos, la cartelera cultural de lo que va a acontecer este trimestre en materia de cine. Además soportarás los incesantes reclamos para que hagas un trabajo de esto o lo otro, porque a todo el mundo le parece que no haces nada.
La gente espera que uno le aclare, a veces incluso, eligen quedarse con tu criterio porque “piensan” que tienes los basamentos, la experiencia para tomar este camino. Claro, obvian que los periodistas somos de carne y hueso (aunque a veces no parezca), lo cual quiere decir que existe un 50% de probabilidades de caer en el equívoco que no es lo mismo que el descrédito.
El periodista es una persona que puede ser que se traslade en guagua y que detrás de unas gafas oscuras, esconda la inconformidad por alguna frase que atenta contra su integridad profesional, contra los cinco años escudriñando conceptos dictados por otros (que los redactaron porque nacieron primero) sobre las reglas del buen escribir, para que todos comprendan y nadie quede esperando segundas partes.
Debe revestirse de paciencia y afirmar las amarras de su barco, para que no perezca cuando los vientos son contrarios.
El periodista es un incomprendido ser mitológico que no escupe fuego ni vuela ni tiene ningún valor agregado más que la dosis de paciencia solar para hacer más llevadera cada jornada.

martes, 15 de marzo de 2016

Cinco alimentos buenos para la memoria



Tomado Revista Mujeres
Dar los cuidados adecuados a nuestro cerebro, además de garantizar su buen funcionamiento, nos ayudará a tener en forma la memoria e incluso a prevenir o retrasar posibles procesos degenerativos como el alzheimer. Aquí tienes algunos alimentos imprescindibles para dar de comer al cerebro y garantizar una memoria de elefante.
Verdura verde
Las coles de Bruselas, el brócoli o las espinacas contienen vitamina A, vitaminas del grupo B y antioxidantes que ayudan al buen funcionamiento de la memoria y aumentan su longevidad. Entre sus antioxidantes encontramos flavonoides y sulforafanos que tienen propiedades neuroprotectoras y anticancerígenas.
Las verduras, en general, deben estar presentes al menos en dos raciones al día, alternando entre todas sus variedades aunque puede darse más importancia a las citadas. Para aprovechar todos sus nutrientes, se recomienda consumirlas al vapor o incluso crudas.
Pescado azul
El pescado es fuente de fósforo, que forma parte indispensable de las membranas de las neuronas. Por ello, su consumo es importante para garantizar el aporte adecuado. También destacamos en el pescado azul el omega 3, que tiene un papel protector frente a la progresión del deterioro cognitivo, por lo que actúa contra las patologías neurodegenerativas.
Está demostrado que el consumo de pescado influye en aspectos como la memoria, el aprendizaje y la inteligencia. El consumo de pescado debe ser superior al consumo de carne y debemos incluir el pescado azul (atún, salmón, trucha, caballa...) al menos dos veces por semana en nuestra dieta.
Frutos secos
Además de que son gran fuente de omega 3, del que ya hemos hablado, aportan fósforo, magnesio, vitamina E y vitaminas del grupo B, aliados de la salud cerebrovascular de forma que mantienen un correcto aporte sanguíneo en nuestro cerebro.
Los frutos secos son ricos en antioxidantes como los polifenoles, que retrasan el envejecimiento de nuestras neuronas al actuar contra los radicales libres que provocan estrés oxidativo. Destacan las nueces y se recomienda un consumo moderado de frutos secos por su aporte calórico. Un puñadito al día sería lo aconsejado.
Fruta
Dentro de este grupo destacamos los frutos rojos, sobre todo los arándanos, y la manzana. Los frutos rojos son fuente de vitamina C, ácido fólico, minerales y antioxidantes que son buenos compañeros para mantener una memoria sana. Los flavonoides y los polifenoles son potentes antioxidantes que mejoran las funciones cognitivas y luchan contra la oxidación celular. Tienen efecto antiinflamatorio y retrasan las enfermedades degenerativas.
La manzana posee quercetina, un antioxidante indiscutible en favor de la protección del cerebro. El consumo de fruta debe ser como mínimo de 3 piezas al día, tomadas como postre o como tentempiés.
Integrales
El ácido fólico y la vitamina B6 que contienen los alimentos integrales ayudan a mantener en forma el cerebro. Gracias al aporte de fibra, se controla el nivel de azúcar y colesterol en sangre, que son parámetros de la salud cerebral.
Mejoran la concentración y el rendimiento en etapas de esfuerzo mental y combaten el estrés. Se aconseja que la alimentación esté basada en alimentos integrales en detrimento de los refinados. Deben suponer alrededor del 50% de nuestra dieta.

viernes, 11 de marzo de 2016

La prensa cubana, descorriendo velos




Lisandra Romeo Matos
   Un país como Cuba necesita que lo reflejen tal y como es, sin medias tonalidades, sin añadir blanco al rojo para hacerlo rosado ni acentuar demasiado los matices de la “perfección”.
   Su gente, que en realidad goza de las victorias y sufre los desaciertos, no ha de enterarse por otros sobre lo que sucede dentro y al exterior de sus fronteras.
   Y si así fuera -porque derecho tienen a hacerlo- que solo sea para “contrastar”; pero eso sería lo ideal.
   Una reflexión sencilla en esa dirección nos obliga a mirar a la prensa cubana, y no se trata de tomar este espacio para un análisis simplista ni una catarsis sobre sus problemas; mucho menos para regodearnos en sus logros.
   Este 14 de marzo se cumplen 124 años de la salida del primer número del periódico Patria, fundado y dirigido por José Martí, un sueño acariciado por el Apóstol y hecho a la medida de su genio político y literario.
   Todos los cubanos que amaban la libertad vieron en él su periódico, el cual desde la mismísima primera edición les habló, como un “soldado”, de la unión y de la guerra necesaria para la independencia de una nación colonizada.
    No corren los mismos tiempos, ya la Patria es libre y soberana, pero como lo indica la dialéctica, avanzamos y otros son nuestros problemas ahora. ¿Está hablando la prensa cubana de ellos?
    Sí, lo está haciendo. Lo que habría que preguntarse -sin caer en generalizaciones- es de qué forma, si desde la mera exposición de los hechos, la superficialidad o simplemente el vacío desinformativo.
   ¿La culpa? No la tiene nadie; de buena fe se han trazado caminos para poner un velo sobre lo que no conviene decir ahora; o quizá nos atribuimos el derecho de guardarnos la palabra afilada y la creatividad para no buscarnos problemas.
   Hay que reaccionar, está más que claro; nunca es tarde para aprender de los errores, mucho menos cuando la sociedad reclama con urgencia un mejor periodismo y otros espacios emergen decididos a ganar audiencias.
   En consecuencia, ya es hora de alejarse de las fórmulas, formalismos y formas preconcebidas para ejercer “el mejor oficio del mundo”.
   Va siendo necesario mirar más hacia la gente y su realidad llena de matices, salir de las oficinas, buscar las historias en plena calle, hacer que las personas se sientan parte y protagonistas de los cambios.
  También a la prensa cubana urge ser más escuchada y menos “ignorada” por quienes se creen dueños de la verdad, de la información pública, de aquellos que se atribuyen aún la facultad para “decidir” qué debe ser noticia.
   Ganemos entonces, con profesionalidad, el derecho que nos corresponde, pero también despertemos de su letargo a las mejores rutinas productivas, a la chispa y la inteligencia para colarnos “por el hueco de una aguja” y desentrañar las verdades.
   Recordemos que somos, per se, servidores públicos y, por tanto, defensores de un proyecto social que ha visto siempre en la prensa un aliado inestimable.