jueves, 26 de abril de 2012

Todos los días pueden nacer héroes

AÍDA QUINTERO DIP

 Tengo a Eliseo Reyes Rodríguez prendido al corazón, necesito hablar de este héroe que murió con apenas 27 años, sin saber lo grande que era y muchos menos sin tiempo para vanaglorias. Me cautivaron los recuerdos de sus hermanos, de sus compañeros de lucha y de los que trabajaron bajo su mando, a quienes les dejó una estela de cariño en su etapa de constructor.
 Precisamente por estos días de finales de abril se le recuerda con devoción en Santiago de Cuba, y especialmente en su San Luis natal, en ocasión de conmemorarse los 45 años de su desaparición física.
 El 25 de abril de 1940 nació Eliseo llenando de alegría a una humilde familia de ese municipio santiaguero; niño travieso que gustaba del juego, montar a caballo, descubrir cuevas y hacer maldades a sus hermanos. A los 16 años se unió al Ejército Rebelde, en las montañas orientales, y Ernesto Che Guevara lo hizo entonces mensajero.
Cuando, por órdenes de Fidel, la columna #8 Ciro Redondo, que comandaba el Che, partió con destino a Las Villas para consumar la Invasión, el 31 de agosto de l957, uno de los miembros del pelotón médico era el joven combatiente a quien ya todos llamaban San Luis, después hubo otro nombre, el de Rolando, con el que peleó y cayó por la libertad de América, en tierras de Bolivia. Combatiente cuando se produjo el ataque mercenario a Playa Girón, también en abril de 1961, sin reparar en que en esos días había contraído matrimonio, se incorporó en la lucha para conquistar la victoria.
En el momento en que el Che partió a Bolivia con el interés de también participar en la liberación de la Patria grande, lo invitó a pertenecer a su tropa y ya el 20 de noviembre del 1966 se encontraba junto al Guerrillero Heroico en aquella contienda.
 Para entonces este genuino hijo de nuestro pueblo, ya había llenado de gloria no solo a su humilde hogar sanluisero, sino a la Patria toda.
Al recordar a San Luis, evocamos las palabras de Fidel que enaltecen aquella gesta y a sus protagonistas: "…la hazaña que este puñado de hombres realizó, guiados por el noble ideal de redimir un continente, quedará como la prueba más alta de lo que pueden la voluntad, el heroísmo y la grandeza humanas… Nunca en la historia un número tan reducido de hombres emprendió una tarea tan gigantesca.
 La caída de Eliseo Reyes fue descrita por el Che en la página correspondiente al 25 de abril de 1967 que señaló como "Día negro". "…. Hemos perdido al mejor hombre de la guerrilla, y naturalmente uno de sus pilares, compañero mío desde que siendo casi un niño fue mensajero de la Columna Cuatro hasta la invasión y esta nueva aventura revolucionaria. De su muerte oscura solo cabe decir para un hipotético futuro que pudiera cristalizar: Tu cadáver pequeño de capitán valiente ha extendido en lo inmenso su metálica forma", rememorando de esa forma expresivos versos del poeta Pablo Neruda.
 Sobre el combate en que perdiera la vida, su compañero Harry Villegas (Pombo) anotó en el diario: "Rolando con el coraje que le caracterizaba, se sitúa en la posición más difícil, a la salida de una curva frente al camino. Al desarrollarse el combate se enfrentó a una ametralladora 30 que lo hirió en el fémur".
 Los restos de este héroe inolvidable para el pueblo cubano, y especialmente para San Luis, su terruño natal, se encuentran junto a su guerrilla, junto al comando de refuerzo en el monumento erigido en honor a ellos en Santa Clara, donde Cuba entera le rinde tributo.

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