El arte de envejecer
es el arte de
conservar alguna esperanza
André Maurois
Aída
Quintero Dip
Por derecho propio los ancianos deben ocupar
un sitio de privilegio en el Santiago de Cuba de hoy y del futuro, en esa
ciudad más bella, ordenada y disciplinada que
soñamos y que está en nuestras manos lograr, para disfrutar sus encantos
patrimoniales, históricos, culturales y
de su gente de singular cubanía.
Pero tal porvenir hay que cimentarlo desde
ahora para que esa hermosa etapa de atinados consejos y un caudal valioso de
experiencia y sabiduría, se complemente con una atención esmerada en cada
estructura de la sociedad, donde se les creen condiciones óptimas para una
superior calidad de vida.
En esa aspiración de bienestar supremo para
este grupo etareo no pueden faltar las
expresiones de afectos, cariño y apoyo sin medida en el hogar y en el seno de
la familia, y en cada espacio público donde estas personas se encuentren, una
cultura que es imprescindible ir arraigando.
Insertada en uno de los programas más
sensibles forjados por la Revolución, la Atención al Adulto Mayor prioriza en
este territorio la asistencia integral, con énfasis en la salud, así como la reparación,
mantenimiento y construcción de áreas más
confortables como los hogares de ancianos y casas de abuelos.
“La mentalidad no debe ser que ya vivieron
lo que iban a vivir, sino intentar mejorar su calidad de vida, para que el
tiempo que les queda sea el mejor”, según criterios de expertos que han hecho
investigaciones sobre longevidad y envejecimiento y salud.
Con ese precepto como bandera se trabaja y avanza
en la atención a los santiagueros y santiagueras de la tercera edad, como una
de las estrategias del Estado y fruto de la labor conjunta del Gobierno y el
Sistema de Salud, y con la premisa de que la solución de las múltiples necesidades del anciano
no es un favor que le hacemos, sino una retribución merecida por lo que hizo
con otras generaciones durante su paso por la vida.
La provincia de Santiago de Cuba cuenta con
más de 171 mil 600 adultos mayores que representan un envejecimiento
poblacional del 16,2 por ciento, con 13 casas de abuelos y 11 hogares de
ancianos, diseminados por los nueve municipios, con uno insignia: el América Labadí, de la Ciudad
Héroe, docente y de referencia.
En correspondencia con el propósito de crear
estilos de vida más saludables y hacérsela más placentera, también funcionan
unos mil 700 círculos de abuelos que rebasan los 76 mil 400 participantes, quienes
socializan diversas actividades y, sobre todo, realizan ejercicios
físicos que redundan en más salud.
Actualmente hay déficit de especialistas en
Gereatría -solo 17-, para asumir el socorro a los ancianos, pero eso no es
obstáculo, puede paliarse la situación con los numerosos másteres y diplomados
en Gerontología y Gereatría que
laboran en las áreas de salud.
Ese empeño ha contribuido a cambios en el estilo
de vida que coadyuvaron a la reducción
del número de caídas y accidentes, entre otros beneficios, además de una
asistencia integral de psicología, estomatología, servicio social, enfermería y
otras ramas consagradas a los pacientes geriátricos, así como también el apoyo
y orientación a los familiares.
Ahora el énfasis está en la necesidad de
conseguir mayor respaldo de la familia al adulto mayor y en consolidar la
atención a trastornos emocionales como la depresión, para enfrentar el
envejecimiento de la población de manera más armónica, teniendo en cuenta que
la esperanza de vida al nacer de los cubanos es de 77,98 años.
Por eso se
potencia la gereatrización de los
servicios de salud con hincapié en los organismos que interactúan con el sistema
sanitario, por ejemplo a la hora de construir hay que tener conciencia de que
la población envejece y deben evitarse las barreras arquitectónicas y hacer
asideros en sitos públicos para impedir las caídas y accidentes.
Incluso, urge sensibilizar
a los colectivos en entidades del Comercio Interior donde confeccionan
ropas y calzados inadecuados para personas de este grupo etareo, y hay que
mirar con luz larga porque para el año 2025 se pronostica que Cuba estará entre
las naciones más envejecidas de América Latina.
El Programa Social de Atención al Adulto
Mayor se erige sobre tres pilares fundamentales: proyección del adulto mayor
como agente de cambio en la comunidad; legitimación de un programa
sociocultural como estímulo para su participación social, y articulación de una estrategia para
garantizar la accesibilidad de los ancianos.
Existen proyectos para la creación de Casas de Abuelos de nuevo tipo, diseñadas para pacientes geriátricos con discapacidad física, lo que permitirá la permanencia de estos durante ocho horas laborales y que los familiares puedan trabajar tranquilos con la garantía de que los dejan en buenas manos.
Existen proyectos para la creación de Casas de Abuelos de nuevo tipo, diseñadas para pacientes geriátricos con discapacidad física, lo que permitirá la permanencia de estos durante ocho horas laborales y que los familiares puedan trabajar tranquilos con la garantía de que los dejan en buenas manos.
Lo que sobra es voluntad política en aras de perfeccionar la atención a
nuestros venerables ancianos y mejorar el confort de sus espacios habituales,
pero siempre dándoles amor, primero amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario