viernes, 29 de agosto de 2014

Palma, el poeta del hogar, la amistad y la patria



Por Martín Corona Jerez
  José Martí, ese veedor solar que nació en Cuba, definió a su amigo, coterráneo y contemporáneo José Joaquín Palma como “poeta del hogar, poeta de la amistad y poeta de la patria.”
   No habría elogio más certero, profundo y cariñoso para aquel bardo, periodista, pedagogo, diplomático, legislador, bibliotecario, mentor de juventudes y líder independentista, que vio la luz primera en la oriental ciudad de Bayamo, el 11 de septiembre de 1844, hace ahora 170 años.
    Palma estuvo, en agosto de 1867, entre los fundadores del Comité Revolucionario de su urbe natal, cuya acción dio pie al grito del 10 de octubre de 1868, con el cual los cubanos comenzaron el combate anticolonial y el derrumbe de la esclavitud.
    En la etapa inicial de la guerra, incorporó a las tropas insurgentes al dominicano Máximo Gómez; dirigió "El Cubano Libre", primer periódico de los patriotas, y coauspició una moción a favor de la abolición de la esclavitud.
  A partir de 1870, asumió tareas diplomáticas oficiales, en las cuales logró que el gobierno de Guatemala reconociera la beligerancia de los cubanos, y el de Honduras diera protección y trabajo decoroso a decenas de combatientes, después de la llamada Guerra Grande (1868-1878).
   Próceres como Antonio y José Maceo, Máximo Gómez, Flor Crombet, Carlos Roloff, Manuel de Jesús Calvar y Juan Rius Rivera encontraron empleo en tierra del quetzal.
  Diversa y admirable resultó la labor de Palma en Centroamérica, donde dejó huellas imborrables de poeta, maestro, periodista y promotor cultural; ayudó a decenas de intelectuales, compuso la letra del Himno Nacional de Guatemala y recibió grandes homenajes.
   Iniciada la última gesta independentista en su querida Isla, fue nombrado nuevamente representante de la República de Cuba en Armas ante el gobierno guatemalteco, y aceptó gustoso, pero expresó el deseo vehemente de incorporarse a la lucha armada.
   En Guatemala falleció, el dos de agosto de 1911, y cumpliendo con una solicitud personal, sus restos descansan en Bayamo desde 1951.
   Es de señalar que José Joaquín Palma fue amigo personal de dos de los mejores poetas de todos los tiempos, José Martí y Rubén Darío, el cubano considerado precursor y el nicaragüense figura cumbre del Modernismo, primer gran movimiento literario nacido en América.
   Según el crítico y ensayista cubano Angel Augier  "puede afirmarse que Darío nace a la poesía bajo el influjo directo de Palma".
   En tanto, Martí recibiría del bayamés abundante información acerca de la Guerra Grande (1868-1878), algo muy importante para la formación patriótica del Héroe Nacional y su gestión como promotor de la Guerra Necesaria.
  No es de extrañar, entonces, que el Apóstol apreciara en Palma "el poeta que ha sabido poner en sus versos toda la ternura del corazón y el fuego inextinto de un patriotismo puro."

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