Alfredo Carralero Hernández
Asentado en las
cercanías de Cueto, en la oriental
provincia de Holguín, se levanta el sitio histórico de Birán, Monumento
Nacional, que por sus valores naturales
y patrimoniales trasciende en el tiempo y el espacio.
Cada agosto es
como un nuevo despertar en toda su geografía, porque las palmas, los cedros y
las edificaciones que lo distinguen,
vuelven a revelar la intimidad patriótica de este lugar, donde nació el 13 de
ese mes de 1926, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
La fertilidad
de las tierras, fueron quizás las bondades que más impresionaron a Don Ángel
Castro Argíz, un ex soldado español, para asentarse en la zona y desarrollar
los cultivos agrícolas de la caña de
azúcar, la rama forestal y la ganadería.
Con esas propiedades naturales, casi
exclusivas de la zona, el inmigrante se instaló como nuevo residente y desde
1915 comenzó a desbrozar los terrenos de la finca Manaca, a la cual le sumó
otras colindantes hasta conformar su próspera hacienda.
Años más tarde,
fundó con la pinareña Lina, mujer muy humana y laboriosa, la familia Castro
Ruz, de la cual nacieron sus hijos:
Ángela, Ramón, Fidel, Juana, Emma, Raúl y Agustina.
Castro Argíz,
oriundo de Láncara, en la provincia española de Lugo, en Galicia, había llegado
a Cuba en su segunda excursión en busca de trabajo y de medios que les hicieran
más próspera su vida.
De ahí es que
arriba a la zona, tras recorrer zonas de Camajuaní, en el centro de la Isla;
Santiago de Cuba, en el antiguo Oriente, Guaro y finalmente Birán, en el actual
municipio de Cueto.
Su nombre,
precisa un artículo publicado por la periodista holguinera María Julia Guerra,
está ligado con Opiyelguobirán, deidad de las comunidades aruacas asentadas en
Cuba antes de la llegada de los conquistadores peninsulares.
El sitio
histórico donde se asienta, ocupa una
superficie de 26 hectáreas, a unos ocho kilómetros del poblado de Marcané y sus
instalaciones fueron construidas entre los años 1914 y 1917 del pasado siglo.
Desde entonces,
Birán sería ya el lugar y el sueño anhelado de Don Ángel y de Lina: vivir,
trabajar y educar a la familia, en medio de un hogar con convicciones, arraigos
y futuro.
A los valores
naturales y patrimoniales que le distinguen se sumó desde febrero del 2009, la
tarja que lo identifica como Monumento Nacional, la cual se encuentra
expuesta sobre un tronco de la especie
maderable Caguairán.
Por todas las
riquezas que guarda, el lugar se abrió
al público como museo oficialmente el dos de noviembre de 2002, con la
casa familiar, entre sus mayores atractivos.
A pocos metros
unos del otro se conservan las instalaciones que conforman el sitio histórico,
como los bohíos y el barracón de la comunidad haitiana, las viviendas de la
maestra y de la abuela Dominga, el hotel, la pequeña escuelita, la valla de gallos, el taller de maquinaria,
el correo-telégrafo y el bar La Paloma.
Desde ese
emblemático paraje, la familia Castro Ruz cultivó por siempre la semilla de
libertad de los cubanos, multiplicada cada 26 de Julio como aquella madrugada
de 1953, cuando los muros del Moncada retumbaron tras las acciones de sus
atacantes.
Ese es Birán, la
tierra natal de Fidel y Raúl, donde las huellas de amor por una causa justa y
noble se agigantan y perduran entre quienes
aman la paz y odian las guerras en cualquier parte del planeta.
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