viernes, 13 de marzo de 2015

Un legado de Martí que los periodistas no pueden olvidar



Miguel José Maury Guerrero
   En las frías noches de marzo de 1892, en la protección que le ofrecía  su cuarto, en la ciudad de Nueva York, el Héroe Nacional Cubano José Martí  apenas tenía tiempo de reparar en algo fuera de sus febriles preparativos de  la guerra, que proyectaba para lograr la libertad de su lejana Cuba.
   Entre las ideas y  pasos que merecían su total atención, figuraba la creación de un periódico.
   Las constantes y crecientes preocupaciones que bullían en su mente, acerca de  la situación y el futuro de su tierra natal, le hicieron desembocar en un nombre: “Patria”, así llamaría finalmente a la nueva publicación, que vio la luz por primera vez el 14 de marzo del mencionado año.
  Ese libelo de cuatro páginas a igual número de columnas, de 52 por 36 centímetros, que circulaba principalmente por el correo postal, era costeado por los tabaqueros cubanos asentados en las floridanas localidades de Tampa y Cayo Hueso, así como también por intelectuales de la nación antillana y puertorriqueños residentes en Nueva York.
  El modesto empeño fue el instrumento que permitió al Apóstol la consolidación después del Partido Revolucionario Cubano (PRC), que estaba por fundar, y fue la voz de la emigración de este país en Estados Unidos.
  Casi un mes posterior al nacimiento de la publicación, Martí proclamó formalmente la constitución del PRC, su proyecto cimero para la preparación  de la contienda que gestaba, a la cual calificaría como la Guerra Necesaria.
   El Martí de inicios de la última década del siglo XIX en la  mencionada ciudad norteña era identificado como un periodista e intelectual, y él mismo se autodefinía así en tanto esa fue  su más constante y conocida actividad,  su labor profesional.
   En referencia a ello, el intelectual cubano y estudioso de sus escritos, Pedro Henríquez Ureña,  señaló que la obra del prócer de la independencia “es periodismo, pero periodismo elevado a un nivel artístico como jamás se ha visto en español, ni probablemente en ningún otro idioma”.
   Hasta su última edición, aparecida el 31 de diciembre de 1898, las cuatro páginas de los 522 números de “Patria” bastaron a Martí para dar a conocer  las bases del PRC, y realizar una certera labor de propaganda a favor de la causa cubana y de influencia por la unidad, en la persecución del objetivo supremo de la independencia de su país.
   Con ese legado histórico, el presente convoca a los informadores y medios de prensa cubanos a ampliar el sentido de su utilidad necesaria.
  Cuba se afana en la actualización de su modelo económico, a tono con tiempos, realidades, necesidades y perspectivas actuales, en un camino largo  y lleno de los obstáculos que imponen la puesta en práctica de las nuevas ideas y cometidos.
   En todo ese esfuerzo, que lidera el Partido Comunista de Cuba y participan  organismos e instituciones ligados a la labor económica, los periodistas y los medios de comunicación tienen un papel esencial que desempeñar.
   Las deficiencias y dificultades conforman un inmenso mar en el cual el único derecho que los profesionales de la prensa tienen, es aprender a bogar sin permitirse el lujo de ahogarse.
   Con el ejemplo de la obra cumbre martiana representada en “Patria”,  deben erigirse en una de las vías de la nación para que sus hijos comprendan cabalmente ideas y proyectos; motivos de los tropiezos, formas válidas para enmendarlos y lo fundamental: actitudes y caminos a seguir para no perder el rumbo. 
   A ese empeño convocó Martí a finales del siglo XIX con su periodismo, visión y patriotismo excepcionales; lo ha hecho el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; y lo hace  Cuba, como nación que sabe su derecho a existir con la libertad y justicia conquistadas.
   Para honrar la fecha de aparición de “Patria”, desde los primeros años de la década de 1990 el 14 de marzo se celebra como Día de la Prensa Cubana.
   La efeméride deviene ocasión para  postular que la convocatoria a poner su  profesión enteramente al servicio de la patria es el útil, patriótico y noble legado de Martí, que los periodistas cubanos no tienen derecho a olvidar.

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