miércoles, 23 de enero de 2013

Honrar, honra, como nos enseñó Martí



Aída Quintero Dip
Hace apenas tres días, tuve la satisfacción de participar en una actividad de reconocimiento a seis destacados investigadores santiagueros que me hizo crecer como ser humano.  Me sentí halagada al encontrarme allí para honrarlos por la obra que han dedicado al estudio, divulgación y enaltecimiento de los valores de  la historia de Cuba, y especialmente, de la legendaria ciudad de Santiago de Cuba.
Los doctores y profesores Manuel Fernández Carcasés, Reynaldo Suárez Suárez  e Israel Escalona Chádez, así como el arquitecto Omar López Rodríguez,  el M.Sc.  Rafael Duharte Jiménez y el licenciado en Periodismo Joel Mourlot Mercaderes fueron investidos con la Placa de Reconocimiento José María Heredia, la más alta distinción que otorga la Dirección Provincial de Cultura,  como premio a sus aportes relevantes a favor de la cultura nacional y en defensa de la identidad.
Los años de consagración a tales empeños, los libros que han escrito y lauros que han merecido, la pléyade de jóvenes que han formado en las universidades, su  alta contribución a la historiografía cubana, hablaron por cada uno de ellos ante un auditorio emocionado, sobre todo de familiares e intelectuales, que los congratuló con cerrados aplausos y sinceros abrazos.
En correspondencia con la sobresaliente trayectoria de los galardonados, la propuesta fue promovida por la filial santiaguera de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC), y evaluada y aprobada por el Consejo Técnico Asesor de la Dirección Provincial de Cultura, que preside la Dra. Marta Cordiés Jackson.
Particularmente yo los conocía y había interactuado de alguna manera con todos,  sentía respeto y cariño por cada uno; a Duharte  y a López los entrevisté en mis afanes reporteriles; con Carcassés y Escalona he compartido escenarios de trabajo; Suárez fue profesor de mi hija en la carrera de Derecho, y  Mourlot  es mi colega en el periódico Sierra Maestra.
Con la modestia que lo caracteriza, Omar López agradeció en nombre de los homenajeados la entrega del  reconocimiento que los honra, primero -dijo-, por llevar el nombre de un hijo ilustre de Santiago de Cuba como José María Heredia, y por recibirlo precisamente en el Museo Casa Natal del primer poeta  romántico de América, en  el centro histórico de la Ciudad Héroe.
El también Conservador de la Ciudad sintetizó su sentir al citar a nuestro José Martí: “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”,  y expresó que a ellos los une su amor a la historia y a Santiago, como hombres plenos que están en la batalla de la ciencia y la conciencia para ser partícipes activos del mejoramiento humano y del logro de un mundo mejor.




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