jueves, 24 de julio de 2014

En Santiago, se respira el aire de grandeza del 26 de Julio



Aída Quintero Dip
   En Santiago de Cuba se respira por estos días el aire de grandeza de la gesta del Moncada, muestra de que en la indómita tierra siempre es 26 de Julio, aunque no celebre el acto nacional como ocurre en los aniversarios cerrados de la acción.
  Esta vez mereció el honor la provincia de Artemisa desde donde vinieron 28 jóvenes a atacar la fortaleza militar para impedir que José Martí muriera en el año de su centenario, por eso felicito al valeroso pueblo de ese pedacito de Cuba, dice la maestra Nayla Rodríguez.
  Reitera que los santiagueros recuerdan hoy y agradecen el altruismo de los hombres y mujeres que llegaron a la heroica ciudad, a quienes no miraron de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber, siguiendo la prédica martiana.
  Para el médico y profesor Wilkie Delgado es un orgullo vivir en la urbe escogida para asaltar el futuro por Fidel, Abel, Raúl, Boris Luis, Tassende, Melba, Haydée, Renato Guitart, Gómez García, y tantos valientes que del sacrificio personal ascendieron a la gloria para salvar a la vilipendiada nación.
  Ese histórico acontecimiento tenemos que enaltecerlo cada día trabajando duro y bien para seguir construyendo un socialismo próspero y sostenible, considera el obrero jubilado de las Comunicaciones, William Segura.
  Enrique Corrales opina que como joven ingeniero su Moncada lo tiene en la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas de Santiago de Cuba, donde supervisa con rigor para que cada trabajo se distinga por su calidad y eficiencia.
  Aún me emociono al pensar en el vibrante discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro, el 26 de julio de 1973, cuando dijo que el 26 era la carga que pedía el revolucionario Rubén Martínez Villena, "para matar bribones y acabar la obra de las revoluciones", precisa la combatiente Luisa María Rosés.
  También Miguel Barnet, poeta y escritor cubano, definió en una crónica este hecho con una frase muy pertinente: "Los asaltantes al cuartel Moncada fueron como cimarrones contemporáneos", una imagen que sintetiza la continuidad histórica del proceso revolucionario y su auténtica raíz.
  A 61 años, el ataque a la fortaleza militar fue, es y será historia viva \"ningún enemigo podrá borrar esa luz más allá de la pólvora y el tiempo\", como expresó en una ocasión otro poeta de hermosa lírica, santiaguero por demás, Cos Causse.
  En el Santiago de Cuba testigo excepcional de la gesta, por estos días abundan los colores de la bandera del 26 de Julio ondeando de casa en casa, donde no se olvida el heroísmo y osadía de los asaltantes quienes encendieron la llama que alimentó la lucha hasta la victoria en enero de 1959.

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