martes, 17 de febrero de 2015

Accidentes de tránsito: sin excusas



 Aída Quintero Dip
  Todo accidente de tráfico  es lamentable, aunque no se registren pérdidas humanas ni materiales; la mayoría puede evitarse, con más  precaución en la vía, con choferes y peatones cautelosos y  cumplidores de lo establecido, pero excusa no tiene ninguno.
  El  asunto es recurrente por estos días cuando los medios de comunicación se hicieron eco de trágicas colisiones de tránsito en Sancti Spíritus y Pinar del Río, que siguen enlutando los hogares y perjudicando el desarrollo normal de la vida de los lesionados.
  Cuba, una de las naciones que tiene mejor gestión de seguridad vial, registró al término de 2014 más de 11 mil 200 accidentes de tránsito,   lo cual indica menor número de tales hechos, pero mucho más violentos por su secuela de dolor y muerte con respecto al año precedente.
   Lo más lamentable fue que 746 familias sufrieron la pérdida de seres queridos, hubo 59 fallecidos más que en 2013, y unos ocho mil 800 lesionados que representan 594 más en relación con el año anterior.
  Cuando en estos hechos estuvieron involucrados discapacitados, niños, embarazadas y ancianos, aumentó el riesgo  y también  la culpabilidad del infractor, porque somos humanos por  naturaleza y sensibles ante cualquier desgracia de nuestros semejantes, sobre todo en los casos más vulnerables.
   En esa misma medida deben redoblarse las acciones de precaución y también la severidad de las sanciones a los transgresores de las leyes del tránsito.
  Predominaron en 2014 accidentes masivos de ómnibus y camiones,   que aportaron 102 muertos y mil 008 lesionados, reflejo de la gravedad de un asunto que requiere el consenso de todas las instituciones de la sociedad civil cubana, con un trabajo bien dirigido  y el énfasis en la prevención.
  No son pocas las veces que los choferes asumen conductas temerarias por el exceso de velocidad, irrespeto al derecho de vía,   distracción por disímiles motivos, así como también  ingieren bebidas alcohólicas cuando están manejando, lo que sigue siendo una situación frecuente, aunque no la causa directa sino la condicionante.
  Tales sucesos igualmente ocasionaron detrimentos de recursos materiales, por lo cual el perjuicio a la economía resultó considerable, en momentos en que se actualiza el modelo económico cubano con el objetivo de que prevalezca el orden, la disciplina y la eficiencia.
  Con el propósito de reflexionar y, sobre todo, transformar esas    realidades se desarrollan asambleas de balance 2014 de las comisiones provinciales y municipales de Seguridad Vial en Cuba, donde el año pasado los muertos y heridos fueron equivalentes a 9,5 víctimas por cada 10 accidentes.
  Para evaluar los resultados de la accidentalidad y en particular trazar los objetivos del 2015 se reúnen por estos días en las provincias, donde entre las prioridades examinan el estado de la red, proyecciones de bacheo, funcionamiento de las plantas de revisión técnica automotriz, análisis de la accidentalidad ferroviaria y la señalización. 
  Se inserta en el noble empeño de darle siempre paso a la vida, el programa de educación en general que incluye la promoción de las mejores prácticas, y los círculos de interés y sociedades científicas, todo lo cual tributa a la observancia de la seguridad vial.
  Particular interés centran los planes de acción para la prevención de contingencias en el verano y fin de año, el rol de los agentes de tránsito y órganos de inspección, multas y notificaciones preventivas, licencias suspendidas y canceladas.
  En cuestiones de tránsito lo esencial estriba en evitar accidentes e inclinar siempre la balanza hacia la protección de la vida de las personas, y para ello aplicar con rigor todas las medidas nunca será suficiente.

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