lunes, 16 de febrero de 2015

Entre amores y arrebatos




   La historia se escribe de la mano de esos personajes que trascienden a su tiempo por sus obras o méritos, su mala fortuna, el negativo legado, el arte y otras tantas cosas más que hacen eternizar un nombre.
  Famosos y famosas que amaron indistintamente y no dudaron en usar sus letras para expresarlo, cartas que reflejaron, desde la más viva ternura hasta el más crudo de los lenguajes, desde la culpa admitida hasta el reclamo más ardiente.
  No fue solo el amor puramente platónico, también físico, los besos y abrazos, el deseo, la impostergable necesidad de gritar un sentimiento, la imaginación morbosa de la más “casta” de las doncellas y el asombro de su caballero.
  Aquí les dejamos con algunos fragmentos de estas cartas:
  Carta de Simón Bolívar a Manuela
  Mi bella y buena Manuela: Cada momento estoy pensando en ti y en el destino que te ha tocado. Yo veo que nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y el honor. Lo veo bien, y gimo de tan horrible situación, por ti; porque te debes reconciliar con quien no amabas; y yo porque debo separarme de quien idolatro! Sí, te idolatro más que nunca, jamás. Al arrancarme de tu amor y de tu posesión se me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma y de tu corazón divino (…). Bolívar
  Amalia Simoni a Ignacio Agramonte
...¡Ay, Ignacio mío, el corazón parece querer saltárseme del pecho cuantas veces la leo; cada una de tus esperanzas, cada tormento, cada palabra, me hacen sentir demasiado,...y me admiro de encontrar fuerzas para vivir tanto tiempo lejos de la mitad de mi alma...
  Recuerda que tu amor es mi bien y tu existencia indispensable a la mía...
Adiós, mi más bien querido...Escríbeme siempre. Tuya eternamente
  De Napoleón a Josephine
  ¡Josephine, tenga cuidado! Una placentera noche, las puertas se abrirán de par en par y allí estaré. De hecho, estoy muy preocupado, mi amor, por no recibir ninguna noticia de usted; escríbame rápidamente sus páginas, páginas llenas de cosas agradables que llenarán mi corazón de las sensaciones más placenteras. Espero dentro de poco tiempo estrujarla entre mis brazos y cubrirla con un millón de besos debajo del ecuador. Napoleón Bonaparte
 Albert Einstein a Mileva
  “En todo el mundo no podría encontrar otra mejor que tú, ahora es cuando lo veo claro, cuando conozco a otra gente. [...] Hasta mi trabajo me parece inútil e innecesario si no pienso que también tú te alegras de lo que soy y de lo que hago."
  Sigmund Freud a Martha Bernays
  "No apetezco sino lo que tú ambicionas para ambos porque me doy cuenta de la insignificancia de otros deseos comparados con el hecho de que seas mía. Estoy adormilado y muy triste al pensar que tengo que conformarme con escribirte en vez de besar tus dulces labios".
Tomado de Sierra Maestra digital

No hay comentarios:

Publicar un comentario