La historia se escribe de la
mano de esos personajes que trascienden a su tiempo por sus obras o méritos, su
mala fortuna, el negativo legado, el arte y otras tantas cosas más que hacen
eternizar un nombre.
Famosos y famosas que amaron indistintamente
y no dudaron en usar sus letras para expresarlo, cartas que reflejaron, desde
la más viva ternura hasta el más crudo de los lenguajes, desde la culpa
admitida hasta el reclamo más ardiente.
No fue solo el amor puramente platónico,
también físico, los besos y abrazos, el deseo, la impostergable necesidad de
gritar un sentimiento, la imaginación morbosa de la más “casta” de las
doncellas y el asombro de su caballero.
Aquí les dejamos con algunos fragmentos de
estas cartas:
Carta de Simón Bolívar a Manuela
Mi bella y buena Manuela: Cada momento estoy
pensando en ti y en el destino que te ha tocado. Yo veo que nada en el mundo
puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y el honor. Lo veo bien, y
gimo de tan horrible situación, por ti; porque te debes reconciliar con quien
no amabas; y yo porque debo separarme de quien idolatro! Sí, te idolatro más
que nunca, jamás. Al arrancarme de tu amor y de tu posesión se me ha
multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma y de tu corazón
divino (…). Bolívar
Amalia Simoni a Ignacio Agramonte
...¡Ay,
Ignacio mío, el corazón parece querer saltárseme del pecho cuantas veces la
leo; cada una de tus esperanzas, cada tormento, cada palabra, me hacen sentir
demasiado,...y me admiro de encontrar fuerzas para vivir tanto tiempo lejos de
la mitad de mi alma...
Recuerda que tu amor es mi bien y tu
existencia indispensable a la mía...
Adiós, mi
más bien querido...Escríbeme siempre. Tuya eternamente
De Napoleón a Josephine
¡Josephine, tenga cuidado! Una placentera
noche, las puertas se abrirán de par en par y allí estaré. De hecho, estoy muy
preocupado, mi amor, por no recibir ninguna noticia de usted; escríbame
rápidamente sus páginas, páginas llenas de cosas agradables que llenarán mi
corazón de las sensaciones más placenteras. Espero dentro de poco tiempo
estrujarla entre mis brazos y cubrirla con un millón de besos debajo del
ecuador. Napoleón Bonaparte
Albert Einstein a Mileva
“En todo el mundo no podría encontrar
otra mejor que tú, ahora es cuando lo veo claro, cuando conozco a otra gente.
[...] Hasta mi trabajo me parece inútil e innecesario si no pienso que también
tú te alegras de lo que soy y de lo que hago."
Sigmund Freud a Martha Bernays
"No apetezco sino lo que tú ambicionas
para ambos porque me doy cuenta de la insignificancia de otros deseos
comparados con el hecho de que seas mía. Estoy adormilado y muy triste al
pensar que tengo que conformarme con escribirte en vez de besar tus dulces
labios".
Tomado de Sierra
Maestra digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario