lunes, 3 de diciembre de 2012

Cinco hombres, entre la generosidad y el altruismo


Aída Quintero Dip

En estos últimos días todas las miradas de Cuba y de muchas partes del mundo estaban puestas en Holguín, convertida otra vez en capital de la solidaridad y en un canto de amor y combate por la libertad de Gerardo, Fernando, Ramón, Antonio y René, durante el VIII Coloquio Internacional por los Cinco.
Con la misma fuerza con que los participantes exigieron que se haga justicia en el caso y que nuestros compatriotas regresen a casa, se fustigó al terrorismo causante de hechos criminales que han cobrado millones de vidas en todo el planeta.
El noble gesto de los Cinco antiterroristas cubanos de sacrificar hasta su propia vida  y su felicidad y la de su familia por la de los demás, sigue conmoviendo corazones de personas honestas en el mundo que valoran en su más alto grado la nobleza de estos dignos hombres, como se corroboró en el foro.
Imposible es guardar silencio ante la  injusticia contra ellos, declarados culpables en fraudulento y cínico proceso  por cumplir el sagrado  deber de prevenir a su pueblo de la muerte; imposible la indiferencia ante tanta hidalguía. Tal vez por eso se escuchó en una de las sesiones  que igual que los vietnamitas vencieron al imperialismo, Cuba vencerá en la justa lucha por el regreso de los Cinco a la Patria.
El encuentro de Holguín exigió que se apresure la libertad de quienes no deben estar encarcelados. Es que la justicia tarda, los años transcurren y los Cinco resisten, una muestra es que ya Irmita, la hija de René González, convirtió en abuelo a su papá, pues aquella niña  que sufrió en carne propia cuando sacaron a su padre de la casa por la fuerza, es ahora la mamá de Ignacio René.
El VIII Coloquio Internacional puso de relieve también que la verdad no ha dejado de abrirse paso y que cada día son más las personas honestas exigiendo justicia en el mundo. He ahí el ejemplo de la  luchadora Dolores Huerta, o de activistas de los propios Estados Unidos que alzaron su voz bien potente en el foro.
Impregnó de confianza a los participantes en el Coloquio el  mensaje de Antonio Guerrero: “Les puedo hoy reafirmar que los Cinco nos sentimos serenos, fuertes y optimistas, a pesar de que vamos rumbo a los 15 años en cárceles de todo tipo.
“Como dijera José Martí: Un principio justo desde el fondo de una cueva puede más que un ejército. Así es nuestra moral, así de firme se siente nuestra conciencia limpia y pura, porque bien lo saben todos los hombres honestos, porque esta ahí en los documentos que recogen lo que se dijo en aquella sala, todo lo que pretendíamos era salvar vidas humanas, en lucha contra un terrorismo que sigue andando por las calles de Miami libremente”.
Por estos hombres de amor y fe en el mejoramiento humano,  es que la mayoría de los cubanos están en pie de lucha  hasta que se haga verdadera justicia; por estos generosos y altruistas hijos de Cuba es que se pronunciaron más de 340 amigos solidarios de unas 47 naciones reunidos en Holguín.
Los versos de Neruda: Será dura la lucha/ la vida será dura/ pero vendrás conmigo, me vienen a la mente cuando en cualquier contexto y espacio escucho a las esposas, madres, e hijos de René, Ramón, Antonio, Gerardo y Fernando reiterar la firme esperanza que sienten de reencontrarse más temprano que tarde con sus seres queridos.
El presidente Barack Obama, Premio Nobel de la Paz y Profesor de Derecho Constitucional, tiene en sus manos la oportunidad y la potestad de lavar el lodo en el cual se ha sumido el sistema judicial de los Estados Unidos. Liberando a los Cinco estará expresando su capacidad en el campo jurídico y su voluntad, como lo proclama, de luchar contra el verdadero terrorismo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Sierra Maestra no creyó en “Sandy”


 

 

Flanqueado por un grupo de periodistas fuera de serie, el periódico Sierra Maestra de Santiago de Cuba no descansa desde que el huracán Sandy se ensañó con su ciudad...

LETICIA MARTÍNEZ (Cubahora)

Luego de “Sandy”, el periódico Sierra Maestra comenzó a circular diario.
Cuentan que las noches se hacen cómplices de los amaneceres; que los días se pierden entre planas que dejaron de ser semanales para agitarse en la divina locura del diarismo; que el cansancio insiste, vanamente, en petrificar los cuerpos; que mientras algunos escriben como locos para “nunca dejar de informar”, en sus casas se divisa el cielo por el espacio que alguna vez fue un techo.
Así han sido los últimos días en la redacción del periódico Sierra Maestra, de Santiago de Cuba, desde que un endemoniado huracán se ensañara con la ciudad más “rebelde” de la Isla. Y como no encuentro mejor forma de describir tanto ajetreo, tomo prestadas las palabras del periodista Jose Ángel Álvarez Cruz: “Somos un grupito de damnificados que no descansamos, si les digo la verdad no sé qué día es hoy, pero estoy seguro de que hay periódico”.
Es que “Sandy” ha obligado al semanario a cambiar sus rutinas productivas en medio del desastre que cambió la vida a un montón de personas. Hoy la ciudad no es la misma, tampoco lo son sus urgencias. Por eso el periódico Sierra Maestra, tan a tono siempre con su gente, comenzó a circular una edición diaria para actualizar a la población sobre las tareas recuperativas, la llegada de la ayuda, las muestras de solidaridad, así como las imprescindibles recomendaciones sobre los cuidados a la salud, tan vulnerable siempre luego de cualquier tragedia.
Sobre el trabajo del Sierra Maestra en tiempo de huracán, conversa Cubahora con Olga Thaureaux Puertas, su directora, quien narró que “desde la fase Informativa hasta el mismo paso por Santiago de Cuba, cerca de la una de la madrugada, estuvimos actualizando la Web, nuestras páginas en las redes Facebook y Twitter. Al propio tiempo los materiales que se ubicaban en la Web, se transmitían para el telecentro Tele Turquino y la emisora provincial CMKC”.

- Supongo entonces que la agenda de temas cambió. ¿Cómo conforman la nueva agenda temática?
En estas circunstancias la temática es una sola: la recuperación y rehabilitación desde todas las aristas, dígase deporte, con sus instituciones; cultura con la programación especial en los barrios, lugares que acogen a albergados, además de las labores propias de recuperación de sus centros; electricidad, comunicaciones, acueducto, educación, pero todo relacionado con la recuperación, salvo excepciones como las elecciones y las votaciones en la ONU.
- ¿Cómo sobreponerse a la tragedia y comenzar a hacer periodismo en tiempo de desastre?
El cómo, realmente no puedo definirte, sólo puedo decirte que muchos de nuestros compañeros tienen afectaciones en sus viviendas y se han mantenido rindiendo como el resto, tanto los más jóvenes, aun en adiestramiento, como los más viejos.
- ¿Cómo valora el trabajo de los periodistas de su medio?
Considero a Sierra Maestra una escuela, tanto desde el punto de vista profesional como personal, y valoro que todas las generaciones de periodistas existentes acá hoy tienen claridad de la responsabilidad que tenemos de brindarle una información diaria a la población, si tenemos en cuenta que después del paso del huracán Sandy toda la provincia estaba sin fluido eléctrico, y esta era la vía para recibir información, en medio de tanta destrucción.
- ¿Algún periodista sufrió daños?
Varios compañeros tuvieron daños en su vivienda, fundamentalmente los techos. Muchos después de amanecer trabajando, llegaron a su casa y se encontraron la destrucción, crearon condiciones de seguridad mínimas, y se reincorporaron al trabajo.
- ¿Se habían enfrentado antes a una situación tan extrema?
No, llevo 24 años en Sierra Maestra, y no recuerdo algo así. Santiago de Cuba hace muchos años no había sido afectada de esta manera por un fenómeno meteorológico.
- ¿Se dañó la institución del periódico?
Sí, al ser empujada por los vientos las estructuras de aluminio algunos cristales se partieron; y la cubierta, pues todas las mantas de la impermeabilización fueron levantadas por el viento.
- ¿Qué enseñanzas dejó “Sandy” para la prensa en Santiago?
Enseñanzas, muchas. La integración cada vez más entre los diversos medios de comunicación; la necesidad de instruir a la población sobre estos temas para incrementar aún más la percepción de riesgo ante fenómenos de este tipo; que a pesar de las limitaciones de recursos que poseen los medios, la voluntad y el deseo de hacer valen mucho cuando el deber nos llama.

Y como por más que insistiera, la directora del periódico no iba a lanzar alabanzas sobre lo que ella misma llama cumplir solo con el deber, vuelvo a tomar prestadas otras palabras. Esta vez son las del fotógrafo Ismael Francisco González, quien se lanzó a Santiago no más pasaron los vientos. A su regreso, Ismaelito agradecía a los colegas de Santiago en su página de Facebook:
“Gracias por demostrarme que un colectivo unido es una familia, es también parte de un hogar… gracias sobre todo por enseñarme a ser mejor ser humano, mejor profesional y más consecuente con las cosas simples de la vida… Solo les cuento un detalle: cada día, al llegar, alguno de esos héroes anónimos del periódico Sierra Maestra daba la noticia con una sonrisa: “ya tengo luz”; o se le preguntaba “¿aún no tienes?”. Y siempre salía esa voz de hermano: “Compay, no te preocupes ya está llegando”.
Y es que si Santiago es mucho Santiago, su periódico también es mucho periódico. No podría ser de otra manera.

sábado, 17 de noviembre de 2012

El mejor huracán de la temporada



Aída Quintero Dip
El mejor huracán de la temporada está azotando ahora mismo a Santiago de Cuba como un fenómeno meteorológico atípico. Se mantiene estable desde el propio 25 de octubre hasta este 17 de noviembre y augura seguir con vientos y lluvias de amor, trabajo y solidaridad, haciendo renacer la vida de cada pedacito de esta tierra rebelde, hospitalaria y heroica, hasta que se recupere totalmente.
No se llama Sandy ni Flora ni Gustav ni Alma, ni deja como huellas esos tristes recuerdos que laceran corazones y provocan lágrimas, al sumar cuantiosas pérdidas materiales y hasta de vidas humanas, imposibles de resarcir.
Tiene  todos los nombres que caben desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio, de cubanos que  han sentido como suya la tragedia vivida por los santiagueros; desde el rincón más inhóspito de esta zona de Cuba hasta La Habana, Sancti Spíritus, Granma, Las Tunas, Guantánamo, Camagüey, Holguín, Ciego de Ávila, Pinar del Río, Villa Clara, Cienfuegos.
Pudo tener la osadía de llegar hasta suelo indómito en avión o en barco, haberse originado en sitios tan lejanos como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Rusia y Japón, y transformar sus fuertes ráfagas en alimentos, o en tejas para los techos y cemento para las casas, industrias, escuelas, hospitales…
Podría llamarse José Luis, el jefe de la brigada internacionalista José Félix Ribas, formada por jóvenes y experimentados albañiles, carpinteros, electricistas y plomeros de Venezuela, y haberse estacionado en el programa de ejecución de viviendas, en la popular barriada de San Pedrito, rehabilitando el devastado fondo habitacional  de la urbe.
El mismo José Luis ha corroborado que este huracán de arduas faenas es el mejor de la temporada: "Venimos con las herramientas en las manos y el corazón latiendo de amor por Cuba", aseveró.
Podría ser Reynielvis, el soldado de Imías, en Guantánamo, para quien más que una encomienda constituye un deber revolucionario y un honor contribuir a la pronta recuperación de la Ciudad Héroe, de un pueblo que siempre ha estado en la primera línea.
Hazaña es la palabra exacta para calificar la página que escribieron   los combatientes del Ejército Oriental en las calles de Santiago de Cuba. Tras las últimas lluvias y vientos del potente “Sandy”,  ellos inundaron con el huracán del trabajo, las arterias principales para la recogida de desecho forestal que obstruían las vías.
Podría ser Adelso, el tunero que llegó el propio día 27 de octubre y que celebró su cumpleaños 48  lejos de la familia, entre cables caídos, postes en el suelo y el apremio por restablecer el servicio eléctrico, una de las afectaciones más serias y perentorias.  “Nunca había venido a Santiago de Cuba, pero sabía por los demás que era una ciudad muy hermosa, y aunque quedó devastada por los embates de Sandy, no deja de impresionar su fortaleza.”
Fortaleza podría ser un buen nombre para el mejor huracán de la temporada, en aras de sintetizar el protagonismo de tantos hombres y mujeres dedicados afanosamente a la recuperación; para reflejar las manos solidarias de aquí y de allá que se alzaron ante la convocatoria de levantar un Santiago de Cuba con la hidalguía de siempre para orgullo de sus moradores y de la Patria toda.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Vamos a ver hasta cuándo resistirán el repudio y la condena del mundo




Wilkie Delgado Correa
Doctor en Ciências Médicas. Profesor de Mérito
Todos saben que Obama recibió, al ocupar su cargo de presidente de Estados Unidos en su primer período, la herencia genocida del bloqueo y de la ley Helms-Burton contra Cuba, y era esperable que, siguiendo los dictados de su consigna y política de su "yes, we can change”, algún cambio significativo ocurriera con la medida de política exterior estadounidense más repudiada y condenada en la ONU. Sin embargo, lo presumible con cierta lógica y con juicio cuerdo, no ocurrió durante su primer mandato. Y una vez más se ha demostrado que los presidentes de EE.UU no tienen en cuenta los principios democráticos en los asuntos en controversia en la arena internacional. En el asunto del bloqueo han ido recibiendo la condena casi unánime de las naciones del mundo, excepto Israel últimamente, en maridaje ridículo y sumiso.
La evolución de los resultados de la votación en la ONU de la Resolución contra el bloqueo refleja que la comunidad internacional ha ido tomando conciencia del carácter injerencista y dañino para Cuba y el resto de los países del mundo.
El bloqueo tiene muchos más años que su condena en la ONU y fue entronizado hace más de cincuenta años. Durante este lapso ha causado sufrimientos infinitos al pueblo cubano, pues ya desde el año 1960 había sido calificado por funcionarios del gobierno norteamericano como "guerra económica”. Desde el punto de vista financiero ha provocado daños invaluables, con afectaciones reales a todas las ramas de la economía y con repercusión negativa en todas las esferas sociales.
Es conveniente señalar, sin embargo, que esta práctica genocida contra el pueblo cubano, involucra y afecta también a todas las naciones que sostienen relaciones con Cuba o la pretendan establecer. Es decir, que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba implica la injerencia en las decisiones soberanas de los estados en lo que respecta a sus relaciones con otro estado soberano denominado Cuba, al cual se ha pretendido asfixiar por todas las vías posibles.
Por estas razones, lo mismo que ha ocurrido en la ONU, ha sucedido, desde mucho antes, en múltiples foros de carácter internacional.
El bloqueo es, pues, un viejo problema de las relaciones de Estados Unidos con Cuba que hubo de heredar Obama y que, ya que en su primer mandato fue de cierto modo omiso y ambivalente, salvo la aprobación de algunas medidas que introdujeron ciertos cambios a las existentes en la era Bush, debería retomar, pues las verdaderas acciones sustanciales están aún pendientes de analizar y adoptar por Obama, si pretendiera pasar a la historia por un abordaje diferente a este tema. Ya sabemos que el mismo ha merecido la atención, en varias ocasiones, del Congreso de los Estados Unidos, al discutirse enmiendas introducidas por legisladores de esa nación, tratando de eliminar determinadas medidas establecidas por el complejo entramado que constituye el llamado idílico embargo -como lo califica el gobierno norteamericano-, a pesar de tratarse, realmente, de un cruel y despiadado bloqueo a nivel planetario y un acto flagrante de genocidio según el derecho internacional.
La legislación más abarcadora del bloqueo lo constituye la Ley Helms-Burton, que se ha convertido en la práctica en una ley extraterritorial con alcance de intromisión, de sanción y de violación de los actos soberanos de comercio y de relaciones comerciales de todos los países del mundo. Esta ley, además, arrebató facultades tradicionales del Presidente y las subordinó al Congreso, en el afán de éste de impedir la fácil reversibilidad de algunas o muchas de las disposiciones legales contenidas en dicha ley.
La Ley Helms-Burton fue promulgada y bendecida por el Presidente William Clinton el 12 de marzo de 1996, en una decisión que fue inconsecuente por una serie de razones. Esta es, por lo tanto, una herencia del mandato de Clinton que Obama ha tenido tiempo para escudriñar y sobre la cual debería pronunciarse durante su segundo mandato en dos sentidos: dejarla vigente sin modificación, lo cual sería nefasto y erróneo, o proponer su derogación o modificación por el Congreso. Lo justo y más conveniente para los intereses legítimos del pueblo norteamericano sería derogarla y, con ello, el bloqueo, pues ya se ha comprobado en Naciones Unidas que el mundo entero reclama el cese del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba. Y hay que añadir, contra cuantos países mantengan relaciones comerciales con Cuba.
¿Cómo sería posible que Barack Obama en su segundo mandato, abanderado de cambios esenciales para la existencia del pueblo norteamericano, que incluyen su moral y su prestigio, vaya a deslizarse hacia el mismo abismo que todos los presidentes anteriores, y dejar inalterable e intacta la política irracional del bloqueo que, a la larga, es tan antinorteamericana como anticubana, como antinacionales son sus efectos sobre los otros países del mundo?
Esta vez, al igual que en otros años, Estados Unidos perderá todo asidero y quedará huérfano de argumentos y confirmado como contumaz violador del derecho internacional. Y Cuba estará allí y aquí dispuesta a resistir y a luchar, y el mundo brindará su solidaridad al país agredido y condenará al agresor, lleno de soberbia y prepotencia, que también lo ignora, desafía, ofende y agrede.
Vamos a ver hasta cuando resistirán el repudio y la condena del mundo el presidente y los congresistas del imperio. El tiempo y la historia están contra ellos indefectiblemente.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Crónica a El Caney, una tierra pródiga



Aída Quintero Dip

Sin sacudirse la angustia ante la devastación que dejó el huracán Sandy, los hombres y mujeres de El Caney levantaron la frente y echaron a andar.
A la primera impresión de dolor por el panorama tan desolador que  vislumbraron apenas amaneció el 25 de octubre, cedió la certidumbre de que no podían quedarse con los brazos cruzados.
Una tierra tan pródiga para el desarrollo de diversos cultivos, sobre todo, de frutas, y reconocida por el valor y sencillez de su gente, no podía dormirse en los laureles. Su estirpe no lo permitiría.
La impactante imagen de casas destruidas totalmente o con deterioro parcial, escuelas, industrias, farmacia, policlínico, instalaciones deportivas y comerciales con un panorama irreconocible de la noche a la mañana, tuvo contrapartida con el trabajo que poco a poco fue aunando voluntades para devenir hervidero de hombres, mujeres, jóvenes y hasta niños recuperando cuanto era posible, con el respaldo de quienes llegaron de otras provincias con las manos llenas de solidaridad.
Igual que hay jardines destrozados donde florecieron, como por arte de magia, matas de rosas, en ese pedacito de Santiago de Cuba también renace la vida, con la fortaleza de su gente que no se deja vencer ante los infortunios.
Y es que los pobladores de El Caney están en zafarrancho de combate, de faena en faena con especial entrega, apenas hay tiempo para el descanso ni para pensar en los daños de “Sandy”. Los ojos y el corazón miran hacia el futuro.
Es lógica esa actitud. Por allí están frescas las huellas de Fidel con su tropa rebelde y victoriosa, en la alborada del triunfo, y más reciente las de Raúl, una inyección de aliento a los caneyenses;  por allí hay casas que recuerdan a Frank País, cuando conspiraba contra la dictadura batistiana, y hay vestigios también de la lucha por la independencia: el fuerte de El Viso es un testigo.
“Caney de Oriente, tierra de amores/ una florida donde vivió el Siboney/ donde las frutas son como flores /llenas de aroma y saturadas de miel”. Me parece escuchar la hermosa melodía del Trío Matamoros que no se cansó de cantar a la fertilidad y belleza del terruño de los más famosos mangos de Cuba.
Como su gente tiene un alto sentido colectivo, de amor a la Patria chica que es una manera de amar la Patria toda, piensan que habrá que echar rodilla en tierra para contar en el futuro con las buenas cosechas de antaño, y los cubanos puedan seguir degustando los sabrosos mangos de bizcochuelos, corazón, mamey, toledo…, así como la piña, el mamoncillo, el marañón…
Y es que ni “Sandy” ni nadie ha podido arrancar el espíritu indoblegable de este pueblo que ha puesto a un lado el dolor por la tragedia y está inmerso en la faena de recuperación para levantar su ciudad desde los escombros.
Quien alababa a El Caney, tierra pródiga, divina, donde las frutas son como flores, saturadas de miel; seguramente no la reconocería hoy, pero sus habitantes están dispuestos a devolverle su fisonomía  y tal vez dejarla más hermosa todavía.

lunes, 29 de octubre de 2012

Un monumento a la solidaridad



Aída Quintero Dip
Había dudas de si podríamos ver de nuevo el amanecer, después de una madrugada de zozobra e incertidumbre -este 25 de octubre- nunca antes vivida por los santiagueros que no habían sentido un huracán de tal envergadura ensañado contra su entorno, ni siquiera el famoso Flora que azotó también el oriente cubano en 1963.
Tal fue la furia con que “Sandy” arremetió contra mi ciudad de Santiago de Cuba que el pánico se apoderó de casi todos: techos y ventanas de las casas volando, árboles arrancados de raíz, niños llorando, ancianos temblorosos, fue la primera impresión grabada en la memoria.
Ante el dilema de salvar la vida o las pertenencias, la mayoría obró con inteligencia para preservar lo primero.  No obstante, los menos precavidos, quienes siempre creen que el ciclón no les va a afectar, buscaron esa protección cuando las fuertes ráfagas les anunciaban la gravedad de la situación.
Ahora un poco más calmados, con más capacidad de reflexionar  sobre la terrible experiencia provocada por el fenómeno meteorológico,  es tiempo para el homenaje a los santiagueros solidarios que tendieron su mano, dieron aliento y, sobre todo,  su casa para guarecer a sus vecinos más necesitados.
Quiero con este tributo levantar un nuevo monumento a la  Ciudad Héroe, esa que se distingue por ser rebelde, hospitalaria y heroica, que no asombra a nadie porque es ancestral la generosidad, el altruismo y franqueza de su gente.
La solidaridad entre vecinos y el gesto hermoso de acoger a los damnificados en sus hogares, son la expresión de virtudes que enaltecen a nuestro pueblo y que lejos de ser rotas por  tragedias como estas, se fortalecen y multiplican.
Abundan las vivencias:el vecino que te decía trae para mi casa el refrigerador, el televisor, todo lo que pueda romperse, y hasta ayudaba a cargarlos; volvía a tu vivienda  exigiendo que te fueras para la suya con celeridad y aconsejaba llevar primero a la abuelita o al niño, siempre más vulnerables ante estas contingencias.
Hay tantos ejemplos de desinterés y desprendimiento total en esas horas difíciles, pero quiero en el nombre de Rosa Montoya y Gerardo Silva, sencillamente Tito y Rosa, residentes en El Caney, reconocer  a todas esas familias que abrigaron no solo a los suyos, sino también a  vecinos cercanos u otros apenas conocidos, que brindaron además de su techo, su cama y hasta una taza de té o café para calmar los nervios en tensión por la ferocidad de los vientos.
Gracias a esa solidaridad, a ese calor humano en los instantes más adversos,  sobrevivimos a la gran furia con que “Sandy” golpeó mi hermosa ciudad y mi barrio;  y gracias ahora a un poderoso huracán de solidaridad que recorre el oriente cubano, y, sobre todo, a Santiago de Cuba, con la misión de borrar todas  las huellas que dejó “Sandy”, podremos reconstruir un Santiago de Cuba mil veces más hermoso e igual de hospitalario y generoso.
Se augura que ese será el  mejor ciclón de la temporada, trae las manos llenas de cariño, consuelo y amor; alimentos, luz eléctrica, tejas, cemento, ventanas, puertas; restañan las heridas de las casas, de las calles, de las instituciones emblemáticas de la urbe,  y de los corazones de su gente.
Duele mucho, mucho  ver a Santiago de Cuba desolado, irreconocible, devastado, sin árboles, con los postes del tendido eléctrico en el suelo, destruidos parques, escuelas, pero ese dolor ya se transforma en trabajo, en una fuerza superior a la que nos azotó el huracán para reconstruirla, recuperarla y levantarla tan erguida y gallarda como siempre.

viernes, 19 de octubre de 2012

Mariano Corona Ferrer, periodista y combatiente de primera línea




Aída Quintero Dip
La confianza  y estima profesadas por el insigne patriota de la independencia de Cuba,  el Mayor General Antonio Maceo Grajales, hacia el Comandante del Ejército Libertador,  Mariano Corona Ferrer, constituyen un aval  de consideración para calificarlo  como uno de los periodistas mambises más eficaces en el empleo de la pluma al servicio de la Patria.
Este patriota era de los hombres que se abrió paso en la vida gracias a su propio esfuerzo. Comenzó siendo cajista de la imprenta de Eduardo Yero Budúen, de donde salía diariamente una hoja  revolucionaria y tempestuosa, bautizada con el nombre de “El Triunfo”, y pronto pasó a ser redactor, de obrero a periodista, pero sin desdeñar el oficio que siempre honró con el trabajo.
El contacto diario con este órgano de los autonomistas, aunque se transformó luego en separatista, despierta su devoción por el periodismo.
Fue presidente del gremio de los tipógrafos en Santiago de Cuba, su ciudad natal. Y se desempeñó  como corresponsal del periódico Patria, fundado por José Martí, el 14 de marzo de 1892. Al iniciarse la Guerra Necesaria es de los primeros en incorporarse a la lucha insurreccional, bajo las órdenes del general Cebreco.
Son estas las razones por las cuales lo designan director de "El Cubano Libre", periódico que había sido fundado por Carlos Manuel de Céspedes, al calor de la gesta independentista de 1868 y era reeditado por el Titán de Bronce en 1895, el  que cumplía un decisivo papel en la lucha ideológica contra el colonialismo español.
Cubano talentoso y valiente fue Corona  Ferrer, cuya trayectoria reconocieron personalidades  tan exigentes como el Lugarteniente  General del Ejército Libertador, Máximo Gómez,  y el propio Antonio Maceo, quienes coincidieron en nombrarlo director del periódico  mambí al iniciarse la guerra de 1895.
Estuvo a la vanguardia del periodismo combatiente y se distinguió como profesional de dinámico estilo, tanto durante esa contienda libertadora como en los primeros años de la seudorrepública. Se destacó en la lucha contra los males engendrados por el intervencionismo yanqui y la politiquería del oportunismo criollo.
Gozó de fama y prestigio porque además de ser un soldado de la manigua redentora, de pluma y fusil,  manejaba diestramente la ironía, que había convertido en arma demoledora, y era un maestro en expresar,  periodísticamente, su sentido del humor.

Corona no fue solamente un periodista político de singulares aptitudes  para el combate diario de la prensa militante,  sino también las poseyó para el cultivo de las letras, de la literatura.
Nacido en 1870, en la ciudad de Santiago de Cuba, estuvo siempre en la primera línea de fuego, obligado a esgrimir ora la pluma, ora la espada, virtud que lo convierten en ejemplo para los  profesionales del periodismo de todos los tiempos.
Los restos  de quien murió el 18 de abril de 1912, los atesora el cementerio Santa Ifigenia de la Ciudad Héroe, donde hay un parque -en Martí y Cuabitas- con un busto que lo recuerda. Y hace varios años, para seguir rindiéndole merecido homenaje,  el Premio de Periodismo por la obra de la vida  en esta oriental provincia cubana, se honra con su nombre.