Miguel
Ángel Gainza Chacón
Aún
sin salir el Sol, las figuras de los jóvenes moncadistas parecían refulgir, y
en tropel victorioso volvían a estremecer los muros del Moncada como hace 59
años.
Imposible,
a pesar de la tradición, que el asalto simbólico no traiga de nuevo a la
memoria aquella mañana de la
Santa Ana, en que Fidel y la Juventud del Centenario
fueron al encuentro con la historia, para limpiar de afrenta al Apóstol.
En
verdad, parecía que Abel Santamaría Cuadrado, Julio Trigo, Reynaldo Boris Luis
Santa-Coloma, Renato Guitart Rosell, el médico Mario Muñoz Monroy, José Luis
Tassende de las Muñecas, Raúl Gómez García, Juan Manuel Ameijeiras Delgado,
Ramón Ricardo Méndez Cabezón, Antonio Betancourt Flores, Pedro Véliz Hernández…
volvían a combatir a la soldadesca dentro de la fortaleza siniestra.
Las
figuras agigantadas de aquellos que decidieron no dejar morir al Apóstol al
precio de su vida en flor, llenan de simbolismo cada madrugada del 26 de Julio
en Santiago de Cuba, y es como verlos de nuevo en medio de la metralla y
todavía con el eco del Himno cantado en la Granjita Siboney
minutos antes.
Cuánto
fervor patrio se adivina aún en Manuel Saíz Sánchez, Pablo Cartas Rodríguez,
Oscar Alberto Ortega, Virgilio Gómez Reyes, Alfredo Corcho Cinta, Mario
Martínez Arará, Remberto Abad Alemán,
Gildo Fleitas López, Giraldo Córdova Cardín, Horacio Matheu Orihuela, Wilfredo
Matheu Orihuela, Julio Reyes Cairo… caídos en brazos de la Patria agradecida.
Medio
centenar de pionero fue al antiguo Moncada a entregarles flores a las madres y
familiares de mártires de la
Revolución. Un gesto en el que está implícita la gratitud de
todos los cubanos a Pedro Marrero
Aizpurúa, Gregorio Careaga Medina, Miguel Ángel Oramas Alfonso, José Testa
Saragoza, Hugo Camejo Valdés, Fernando Chenard Piña, Luciano González Camejo,
Félix Rivero Vasallo, José Francisco Costa Velázquez, jóvenes del Centenario.
El
pueblo santiaguero, respetuoso ante la grandeza, cada 26 de Julio aparta el
jolgorio del Carnaval, la misma fiesta de aquel amanecer de 1953, y llega hasta
los muros del antiguo cuartel a reverenciar a los héroes y mártires del asalto.
En
cada uno de estos santiagueros está simbolizado también el agradecimiento
eterno del pueblo al sacrificio de Manuel Rojo Pérez, Víctor Escalona Benítez,
Flores Betancourt Rodríguez, Marcos Martí Rodríguez, Pablo Agüero Pérez, José
de Jesús Madera Fernández, Jacinto García Espinosa, Juan Domínguez Díaz,
Elpidio Sosa González, Rigoberto Corcho López, Carmelo Noa Gil, Guillermo
Granados Lara, Rolando San Román de las Llanas…
Estudiantes
sobresalientes llegaron al Moncada, exactamente a las 5:14 a.m. e irrumpieron
en la Ciudad Escolar
26 de Julio, bajo el rugido de los disparos de salva desde el techo de lo que
fue cuartel y hoy es forja del futuro. En realidad llegó allí el porvenir de la Patria para responder
¡Presente! ante cada nombre glorioso: Manuel Enrique Isla Pérez, José Antonio
Labrador Díaz, Osvaldo Socarrás Martínez, Gilberto Barón Martínez, Roberto
Mederos Rodríguez, Raúl de Aguiar Fernández, Gerardo Antonio Álvarez Álvarez,
Ángel Guerra Díaz, Tomás Álvarez Breto, Andrés Valdés Fuentes…
Los
proyectos Príncipe Enano y Jorge Lefebre; el trovador Rubén Léster, las
estudiantes de Medicina y de secundaria Sobeida Rodríguez Moya y Alejandra de
Jesús Rodríguez Garcell, respectivamente, y la pequeñita Esperanza Ibis
Rodríguez, trajeron hasta el Moncada,
poemas, bailes y canciones para enaltecer a los héroes que como Emilio
Hernández Cruz, Ismael Ricondo Fernández, Rafael Freyre Torres, Lázaro
Hernández Arroyo, Manuel Gómez Reyes y Armando del Valle López dieron lo más
preciado del hombre por hacer a Cuba Libre.
Resonó
en los muros de la antigua fortaleza del mal, el canto mayor a la victoria que
en aquella mañana de la
Santa Ana, comenzaba a gestarse con la sangre de 61 buenos
cubanos.
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