Fidel Rendón y
Lisandra Romeu
En la mente de
muchos compatriotas y amigos de la Revolución en el mundo entero todavía
permanecen frescas aquellas horas del 17 de diciembre del 2014 cuando, además
de anunciarse el inicio de un proceso para el restablecimiento de relaciones
diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, fueron liberados los tres luchadores
antiterroristas que aún permanecían prisioneros, injustamente, en aquel
territorio norteño.
No pocos lloraron
al ver las imágenes del arribo, ese mismo día, de Gerardo Hernández Nordelo,
Ramón Labañino Salazar y Antonio Guerrero Rodríguez a su querida y entrañable
patria, donde en el propio aeropuerto recibirían el abrazo sincero del General
de Ejército Raúl Castro, de sus familiares y los hermanos de lucha Fernando
González Llort y René González .
Vendrían después
incontables jornadas de emociones y homenajes, como el concierto de Silvio
Rodríguez, en el cual esos cinco cubanos de pueblo corearon a voz en cuello,
junto al trovador, las canciones que habían sido como bálsamos para el espíritu
en los años de prisión.
Pero fue, sin
dudas, el más memorable de esos momentos el 24 de febrero de este año, en la
celebración por el aniversario 120 del reinicio de la Guerra de Independencia,
cuando el Presidente cubano les entregó el título de Héroes de la República de
Cuba -otorgado desde 2001- y además les impuso la Orden Playa Girón.
Las primeras
expresiones de gratitud en medio de aquel acto solemne fueron para Fidel, “un
hombre que nos enseñó que la palabra rendición no existe para un
revolucionario”; también a todos los
cubanos y amigos de la solidaridad mundial que abrazaron la causa de Los Cinco
fue dedicada tan alta condecoración.
Con sus muestras de
aliento y cariño, este pueblo nunca perdió la fe en el ansiado regreso de esos
hijos ilustres de la Patria, y tal como vaticinó el líder histórico de la
Revolución, lo harían con la moral y la frente bien altas, pues nunca
defraudaron la confianza depositada en sus corazones, ni los más nobles ideales
por los cuales habían soportado -al menos tres de ellos, más de 16 años de
encierro-, y a riesgo de sus vidas habían penetrado grupos
contrarrevolucionarios anticubanos con base en la Florida.
El ansiado
encuentro con quien prometió ¡Volverán!, ocurrió justo a los 73 días después de
pisar suelo patrio, y tal cual se esperaba fue tierno, emotivo, como de padre
que recibe a sus hijos, en el que además del anhelado abrazo no faltaron las
anécdotas, las jaranas, los recuerdos de tristeza por los seres queridos ya no
presentes, pero sobre todo resultaron cinco horas alegres y profundas por las
reflexiones de Fidel.
Reconocimiento
especial merece la solidaridad internacional, tan decisiva como la lucha que
libró el pueblo cubano por la libertad de René, Fernando, Antonio, Ramón y
Gerardo.
En la medida que
se conocía del caso de Los Cinco, de las arbitrariedades de la administración
estadounidense y la mafia cubano-americana contra ellos, se fueron sumando a la
campaña mundial por su excarcelación más gobiernos, parlamentos, juristas,
movimientos sociales, personalidades, y organizaciones obreras, estudiantiles,
femeninas, campesinas, artistas e intelectuales.
No podían faltar
entonces los recorridos por varias naciones de casi todos los continentes,
donde han sido homenajeados con altas condecoraciones y en las que han
agradecido tan desinteresada y sincera ayuda.
La Patria de Simón
Bolívar fue la primera en privilegiarse con la presencia de Los Cinco, quienes
sin quitarse el polvo del camino acudieron a la estatua de El Libertador a
rendirle homenaje.
También hubo
sentido tributo al eterno Hugo Chávez, en el Cuartel de la Montaña de Caracas,
y en el propio suelo bolivariano fueron condecorados con la Orden Libertadores
y Libertadoras de Venezuela, en su primera clase.
Con mucha humildad
nuestros Héroes han recibido los agasajos y, sobre todo en su Patria, han
pedido nuevas tareas ante los enormes desafíos por vencer, como la de exigir a
Estados Unidos que ponga fin al injusto bloqueo económico, comercial y
financiero hacia Cuba, le devuelva el territorio guantanamero que ilegalmente
ocupa con una base militar, y cese su guerra subversiva contra la Isla, sin
olvidar tampoco el combate de cada compatriota contra las insuficiencias
internas e indisciplinas.
Conocedores bien, como
José Martí, del monstruo, pues vivieron -y sufrieron- en sus verdaderas
entrañas, seguramente a René, Fernando, Antonio, Ramón y Gerardo no les
sorprendió el anuncio del 17 de diciembre de 2014, cuando en medio de la
alegría por el regreso a su querida
tierra de los tres luchadores que faltaban, el presidente norteamericano dejó
bien claro que en la política hacia la mayor de las Antillas cambiarían los métodos, no los objetivos.
En realidad,
durante el año transcurrido han cumplido el pedido que el 28 de febrero les
hiciera Fidel en su inolvidable encuentro: que invirtieran una parte de su
inmenso prestigio en algo que será sumamente útil a nuestro pueblo.
Su ejemplo y prestigio
son de utilidad para las batallas que se deben librar ante las pretensiones
imperiales contra Cuba, América Latina y otros pueblos del mundo, las cuales
exigen una dosis de unidad revolucionaria, patriotismo, resistencia,
sacrificios, inteligencia y permanente fe en la victoria, pero también de
entrega y pasión por la causa en la que se cree.
Podría hablarse
entonces de satisfacción inmensa para Los Cinco, y por qué no, de felicidad en
este 2015, un año que les ha regalado la alegría de estar en familia, de cantar
y bailar el tema que más gusta, de paladear el verdadero sabor criollo, de
abrazar a una pequeña Gema, de amar plenamente.
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