viernes, 11 de diciembre de 2015

Para Roberto las cegueras de alma están casi en extinción


Aída Quintero Dip
   Los postulados que defiende la Asociación Nacional del Ciego (ANCI) y la voluntad de personas como Roberto Puebla Griñan permiten hacerles la guerra a la adversidad y disfrutar de los derechos de que gozan en Cuba.
  Con baja visión y defectólogo de profesión, valora que en la Isla, como en ninguna otra nación, hay condiciones para insertarse en la sociedad porque existe una actitud política mediante resoluciones y disposiciones, que garantizan la atención a ese segmento de la población.
   En 1998 Puebla Griñan empezó a perder la visión, cuando estudiaba Economía en la Universidad de Oriente y trabajaba en la fábrica de calzado plástico de Palma Soriano, en la provincia de Santiago de Cuba, como técnico de control de la calidad.
   Al acudir al especialista, recuerda, me diagnosticaron atrofia del nervio óptico, una enfermedad de la cual no tenía antecedentes, pero recibí un tratamiento muy efectivo.
   Tuvo que interrumpir trabajo y carrera por indicación médica; el mundo se le vino encima, mas tenía 25 años y la depresión se transformó en rebeldía, en búsqueda, así creó el club de amigos Amo esta Isla, que promovía solidaridad con la Antilla Mayor.
   Entonces me entregué con tanta pasión a la ANCI que fui representante de los jóvenes primero, luego de Relaciones Públicas hasta que me eligieron presidente en mi municipio, señala.
  Quería asirme a algo fuerte que levantara mi espíritu, y la organización le dio ese sentido a mi vida, es la extensión de mi familia y Mayra Ramírez,  mi esposa, también de baja visión, ha sido imprescindible en ese camino, dijo.
   Cuando en Palma Soriano surgió un proyecto de interacción con personas sordo-mudas           -discapacidad muy compleja-, muchos pensaron con razón que una idea así solo podía ser de Roberto Puebla Griñan, para dar prioridad a las siete  conceptuadas en esa categoría, de los 635 miembros de la ANCI en su localidad.
   Socializar sus experiencias  y que puedan expresar opiniones, necesidades y llevar la sociedad hacia ellos, orientando a la familia y a las instituciones, sobre diversos temas que aseguren atención y respaldo eficientes  es el objetivo, señaló.
   A pesar de ser débil visual  después decidió estudiar en el Pedagógico santiaguero, donde se graduó en la Enseñanza Especial en Defectología, ideal en su función de guiar y estimular a ciegos y débiles visuales para facilitar su integración e inclusión social.
   Con lógicas incertidumbres me incorporo a los talleres literarios, ya que me atrapó la literatura como una forma de expresarme, escribí poesía, cuento, teatro y gané varios premios en el ámbito nacional, refiere.
   José Cuevas Veranes, presidente de la ANCI en la provincia, dice que el ejemplo del palmero se repite en muchos de los cuatro mil 872 miembros en el territorio, donde el Estado ha puesto cuantiosos recursos y esmerada asistencia para proteger sus derechos.
   Agregó que son privilegiados en la atención de salud desde los consultorios con consultas oftalmológicas para atenuar y resolver cegueras  y que igual ocurre cuando necesitan de operaciones.
   Roberto se siente como los demás, no obstante su discapacidad, que no le ha impedido aportar, cultivar su talento, y ser reconocido como cualquier cubano de estos tiempos, motivos tiene para celebrar el Día Mundial de los Derechos Humanos, este 10 de diciembre.
   Las cegueras de alma están casi  en extinción en un país donde el Estado es el primero que nos protege, por eso mi corazón mira solo la ternura de las personas bondadosas que abundan en todas partes, para tenderte la mano cuando más lo necesitas, destaca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario