María Elena Balán Sainz
En estos tiempos
cuando existen tantas desigualdades sociales a nivel mundial y muchas personas
basan su comportamiento en la búsqueda
de lo superfluo, de la banalidad en sus caprichos, bien vale recordar que
existen pequeños detalles que complementan la vida.
Debemos ser
conscientes de lo bueno que tenemos a nuestro alrededor, ya sea un trabajo
adecuado, familiares y amistades que nos muestran su cariño, o la percepción
necesaria para encontrar lo hermoso en una puesta de sol, en la contemplación
de un paisaje, en el intercambio diáfano con otras personas.
Seguramente que
entonces seremos capaces de emitir sentimientos y pensamientos positivos con
mayor facilidad.
Es esencial para la
salud tanto física como mental sentirse bien, feliz con uno mismo, con lo que
se tiene y con quienes en la convivencia del día a día colman de cariño y amor
nuestras vidas.
Aunque no tengas
ganas, esfuérzate por sonreír siempre que puedas. Es un gesto aparentemente
insignificante, pero que te colmará de bienestar, y constituye una de las
claves más usadas para desarrollar el pensamiento positivo.
Ha quedado demostrado
por estudios científicos cómo las personas que nos rodean tienen más
importancia de lo que parece, por eso resulta conveniente rodearse de seres
felices.
Ese sentimiento tiene
relación con factores como la calidad de vida, la satisfacción en el trabajo,
las buenas relaciones sociales y familiares, de acuerdo con la citada
investigación desarrollada por las universidades de California y San Diego.
De ahí que se sugiera
vivir sin miedo, lo peor que pueda pasar
nunca es tan malo como piensas, siempre lo puedes gestionar y te servirá de
aprendizaje. Además se trata de vivir el día a día, no de lo perturbador que
pueda pasar y aún no ha sucedido.
El miedo es un
sentimiento negativo que aunque sirve de defensa, hay individuos que les dan
más poder del que realmente merece. De hecho, ¿cuántas experiencias negativas
luego, con la perspectiva del tiempo, han quedado en nada?
Inexorablemente, poco
a poco van quedando fuera de nuestras vidas personas que se van, sentimientos
que mueren, objetos que pierden valor y ante eso lo mejor es aceptar la marcha o pérdida, aunque sean dolorosas,
porque acatando las cosas tal y como vienen, podrás abrir un espacio a lo
nuevo.
Estudiosos del tema
señalan que dentro de los pequeños detalles que favorecen para sentirse bien
está el cuidado del físico, del entorno y del espíritu.
Por eso resulta
igualmente importante velar por la imagen que proyectamos ante los demás.
Siempre debemos
hacer un esfuerzo por pensar de manera positiva, para ver el lado bueno de las cosas e
incluso, los acontecimientos que no nos
agradan, en ocasiones nos sirven de aprendizaje.
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