viernes, 27 de mayo de 2016

Ramona Curbelo: la preferida de Gastón durante cuatro décadas



Roger Aguilera
“ ¡Cuántas personas  han llegado a mi casa bien entrada  la noche para  plantearme algo! Con mucho gusto les abro la puerta  e invito a que se sienten.  ¿Qué problemas hay? Es una pregunta de oficio que siempre les hago.
    “Entonces me han hablado de preocupaciones  que debieron decir en la reunión de su circunscripción; pero obvio  eso y empiezo a recepcionar  sus criterios. Si son justos los tramito hasta más no poder y si están errados les explico el porqué no proceden”.
      Esa disposición permanente, a cualquier hora y en cualquier lugar, de atender a sus electores, es lo que ha hecho que Ramona Curbelo  haya sido electa delegada del Poder Popular  durante 40 años en su natal Gastón, municipio de Majibacoa,  provincia de Las Tunas.
     Son incontables las anécdotas y momentos vividos por esta mujer  durante  cuatro décadas,  pero hay una que nunca olvida: el día que Juan Marinello, la espirituana Lucía Perdigón y ella, presidieron la primera constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el dos de diciembre de 1976, en el teatro Carlos Marx.  
    La Perdigón y Ramona eran las diputadas más jóvenes, con solo 19 años, y Juan Marinello, el de mayor edad.
    Ese día el Líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, les pidió a ambas  que ayudaran a Marinello a conducir  la asamblea, porque este acababa de perder a Pepilla,  su esposa.
      Posicionada en  la mesa de edades Ramona le dijo a Marinello que alguien estaba pidiendo la palabra. “Yo no  distinguía bien de quién se trataba, hasta que se identificó: Blas Roca Calderío.
    “Luego de la primera jornada  --recuerda--, los diputados elegimos  a la dirección del primer Parlamento cubano: Blas Roca, como presidente; Raúl Roa, vicepresidente; y José Arañaburo, secretario”.
    Ramona no conocía La Habana, provenía de una zona rural donde se desempeñaba  en el área de recursos humanos de un distrito cañero, aunque en una ocasión  le dieron la tarea de asumir la jefatura de una brigada de macheteros para que incentivara la productividad del colectivo.
    Ahora evidencia una lógica transformación física, pero cuando  ríe y trata al prójimo es la Ramora de siempre, o Ramonita, como le dicen sus compañeros y coterráneos.
    “ Soy muy feliz cuando en un camión o una carreta visito mis circunscripciones lejanas y cuando  se solucionan los planteamientos de los electores”, dice Ramona, quien también es presidenta fundadora del Consejo Popular de Gastón.
   Pero confiesa que  su contagiosa sonrisa a veces ha hecho  mutis cuando no le transmiten alguna preocupación, ya sea en la casa, en la calle o en cualquier lugar. Entonces piensa: “¿Habrán perdido la confianza en mi?”.   
     Pero no  es así, en el actual  Segundo Proceso de Rendición de Cuenta de los Delegados a sus Electores en el XVI Período de Mandato, fluyen los planteamientos, unos se repiten, otros no.
     “Aquí la gente no pierde la esperanza de solucionar algo, quizás por que vive en un Gastón que no es el mismo de antes;  ya tiene fluido eléctrico, escuelas primaria y de oficio, Secundaria Básica, centro telefónico…   Y sobre todo, confianza en el futuro”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario