jueves, 15 de diciembre de 2016

Paco, artífice del diseño



  
Aída Quintero Dip


   La historia del periódico Sierra Maestra en la Revolución no podrá escribirse sin la obra del diseñador Francisco Velázquez Mulet, un puntal de ese colectivo de vanguardia,  al reflejar el acontecer socioeconómico de un territorio que siempre ha estado en la primera línea del país.
  Velázquez Mulet ha merecido la distinción Félix  Elmuza,  de la Unión de Periodistas de Cuba, el Sello de Trabajador Laureado del Sindicato de la  Cultura y la Medalla de Combatiente Internacionalista de II Grado, lauros que bien pueden sintetizar una vida de total entrega y comprometida con su tiempo.
   También sumó a su trayectoria el diploma por 35 años de labor   vinculado al Partido Comunista de Cuba (PCC), firmado por el eterno Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y más recientemente  el de 40 años, lo que valora altamente.
  “Trabajar en una dependencia de la organización política de vanguardia, ha significado una escuela para mí en disciplina, consagración y lealtad a la Revolución, con el ejemplo siempre por delante”, expresa.
  Paco, como le llaman cariñosamente, es un hombre laborioso, optimista, de sentido práctico, con el buen humor a flor de piel, capaz de transmitir alegría, que no teme al trabajo duro, con una disposición que no conoce horario ni días.
  Es amigo y hermano en las buenas y en las malas, así lo definen sus colegas, quienes sienten un manifiesto cariño por este diseñador que hizo por mucho tiempo un dúo estelar en el “Sierra Maestra” con otro grande del oficio, Osmay Dilou Salas, jubilado desde hace unos cuatro años.
  Siente algo muy especial por Santiago de Cuba, la tierra en que  conquistó el amor de Juanita, tuvo sus hijos Frank y Raymundo, y un trabajo que le apasiona, aunque es natural de Holguín, donde en 1970  se inició en los trajines del diseño en el Poder Local y luego en la  Empresa de Medios de Propaganda, en esa provincia.
  “En 1980 comencé en el periódico Sierra Maestra, órgano oficial del Comité Provincial del PCC, que ha sido mi otra gran escuela,  me ha formado en el cumplimiento del deber con disciplina,  y me ha enseñado a amar y a respetar el trabajo, por sobre todas las cosas”, refiere Velázquez Mulet.
  Por la calidad integral, alcance y repercusión pública, los diseños de Paco son invariablemente premiados en el departamento de Redacción de ese órgano de prensa, fundado en plena lucha clandestina el siete de septiembre de 1957 y con un meritorio bregar en estos años de proceso revolucionario.
  Otros galardones y faenas no han faltado en su currículo: Primeros premios en el Salón Provincial 26 de Julio, y en concursos de carteles del carnaval; participación en cursos de superación y colaboración con diversas instituciones, organismos y organizaciones de masas en el diseño de diplomas, certificados, plegables, folletos y revistas.
  Resultó vital   su desempeño en aras de estabilizar la disminución del horario de cierre del periódico, lo que indica eficiencia; ha incursionado en cambios en el diseño en correspondencia con las nuevas líneas, como renovador, lo cual le otorga  un sello especial a su trabajo, que, en ocasiones, raya con lo artístico.
  “No concibo la vida sin el contacto directo y cotidiano con mi periódico”, subraya para recalcar cuánto representa para él”.
  El Premio Provincial de Periodismo Gloria Cuadras por la obra del 2009, en la categoría de diseño, fue a parar a sus manos, pero por ese espíritu que le distingue Paco ostenta el premio de la constancia, disposición y entrega sin límites, que no pueden simbolizarse únicamente en un pergamino ni en un año de labor.
  Se percibe a las claras que este profesional del periodismo se empeña cada jornada para hacerle honor al Héroe Nacional José Martí, quien había vaticinado   desde pasadas centurias: “No hay mejor cetro que un buen periódico”. 

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