Aída Quintero Dip
La historia del
periódico Sierra Maestra en la Revolución no podrá escribirse sin la obra del
diseñador Francisco Velázquez Mulet, un puntal de ese colectivo de vanguardia,
al reflejar el acontecer socioeconómico de un territorio que siempre ha
estado en la primera línea del país.
Velázquez Mulet ha
merecido la distinción Félix Elmuza, de la Unión de Periodistas de
Cuba, el Sello de Trabajador Laureado del Sindicato de la Cultura y la
Medalla de Combatiente Internacionalista de II Grado, lauros que bien pueden
sintetizar una vida de total entrega y comprometida con su tiempo.
También sumó a su
trayectoria el diploma por 35 años de labor vinculado al Partido
Comunista de Cuba (PCC), firmado por el eterno Comandante en Jefe de la
Revolución Cubana, Fidel Castro, y más recientemente el de 40 años, lo
que valora altamente.
“Trabajar en una
dependencia de la organización política de vanguardia, ha significado una
escuela para mí en disciplina, consagración y lealtad a la Revolución, con el
ejemplo siempre por delante”, expresa.
Paco, como le llaman
cariñosamente, es un hombre laborioso, optimista, de sentido práctico, con el
buen humor a flor de piel, capaz de transmitir alegría, que no teme al trabajo
duro, con una disposición que no conoce horario ni días.
Es amigo y hermano en
las buenas y en las malas, así lo definen sus colegas, quienes sienten un
manifiesto cariño por este diseñador que hizo por mucho tiempo un dúo estelar
en el “Sierra Maestra” con otro grande del oficio, Osmay Dilou Salas, jubilado
desde hace unos cuatro años.
Siente algo muy
especial por Santiago de Cuba, la tierra en que conquistó el amor de
Juanita, tuvo sus hijos Frank y Raymundo, y un trabajo que le apasiona, aunque
es natural de Holguín, donde en 1970 se inició en los trajines del diseño
en el Poder Local y luego en la Empresa de Medios de Propaganda, en esa
provincia.
“En 1980 comencé en el
periódico Sierra Maestra, órgano oficial del Comité Provincial del PCC, que ha
sido mi otra gran escuela, me ha formado en el cumplimiento del deber con
disciplina, y me ha enseñado a amar y a respetar el trabajo, por sobre
todas las cosas”, refiere Velázquez Mulet.
Por la calidad
integral, alcance y repercusión pública, los diseños de Paco son
invariablemente premiados en el departamento de Redacción de ese órgano de
prensa, fundado en plena lucha clandestina el siete de septiembre de 1957 y
con un meritorio bregar en estos años de proceso revolucionario.
Otros galardones y
faenas no han faltado en su currículo: Primeros premios en el Salón Provincial
26 de Julio, y en concursos de carteles del carnaval; participación en cursos
de superación y colaboración con diversas instituciones, organismos y
organizaciones de masas en el diseño de diplomas, certificados, plegables,
folletos y revistas.
Resultó
vital su desempeño en aras de estabilizar la disminución del horario de
cierre del periódico, lo que indica eficiencia; ha incursionado en cambios en
el diseño en correspondencia con las nuevas líneas, como renovador,
lo cual le otorga un sello especial a su trabajo, que, en ocasiones,
raya con lo artístico.
“No concibo la vida sin
el contacto directo y cotidiano con mi periódico”, subraya para recalcar cuánto
representa para él”.
El Premio Provincial de
Periodismo Gloria Cuadras por la obra del 2009, en la categoría de diseño, fue
a parar a sus manos, pero por ese espíritu que le distingue Paco ostenta el
premio de la constancia, disposición y entrega sin límites, que no pueden
simbolizarse únicamente en un pergamino ni en un año de labor.
Se percibe a las claras
que este profesional del periodismo se empeña cada jornada para hacerle honor
al Héroe Nacional José Martí, quien había vaticinado desde pasadas
centurias: “No hay mejor cetro que un buen periódico”.
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