lunes, 19 de diciembre de 2016

Santiago de Cuba en la palabra de Fidel



Miriam Prieto Carreras
     Majestuosa, rebelde y heroica, necesaria e insustituible, Santiago de Cuba fue, es y será inspiración de poetas, trovadores, músicos, patriotas, intelectuales…
   Orgullo de toda una nación, ha sido cantada, pintada, narrada, y siempre, en el pincel, en el piano, la guitarra o la palabra, queda el elogio.
   El Apóstol  la ensalzó cuando en 1889 y sobre el poeta José María Heredia dijo: ‘’Donde son más altas las palmas en Cuba nació Heredia: en la infatigable Santiago…’’
     La Patria toda, representada en Mariana, la madre, la santiaguera, quedó para siempre en el verso vibrante de Manuel Navarro Luna:‘’¡Es Santiago de Cuba! ¡No os asombréis de nada! ¡Por allí anda la madre de los héroes! ¡Por allí anda Mariana! (…) Allí las madres brillan como estrellas heridas y enlutadas. Recogieron el cuerpo de sus hijos derribados por balas mercenarias, y, después, en la llama del entierro, iban cantando el himno de la Patria (…) ¡Es Santiago de Cuba! ¡No os asombréis de nada! ¡Los ojos de las madres están secos como ríos sin agua! ¡Están secos los ojos de todas las mujeres!’’.
   Cuna de mambises, de clandestinos y guerrilleros, hay historia en cada rincón de su geografía, y hay historia en aquel cuartel que derramó Revolución hacia  las casas, las calles, las montañas.
   Enamorado de esa tierra fértil, Santiago de Cuba resultó también inspiración para la palabra del Comandante Fidel, quien la distinguió como ‘’ la ciudad que se convirtió en el símbolo del inicio de la lucha revolucionaria en nuestro país’’.
   De ella significó: "La historia es sobradamente conocida.   Ni las armas, ni el tipo de las armas, ni la experiencia, y ni siquiera los factores fortuitos acompañaron a aquel primer esfuerzo.  Pero aquel primer esfuerzo significó un camino que no se habría de abandonar después jamás; significó un camino que nos ha llevado a lo largo de 14 años; significó el camino que abrió para el pueblo revolucionario la conquista del poder.’’ 
   Desde Santiago de Cuba proclamó al mundo el triunfo de la Revolución Cubana y su certeza en la victoria definitiva: ‘’ La República no fue libre en el 95 y el sueño de los mambises se frustró a última hora.  La Revolución no se realizó en el 33 y fue frustrada por los enemigos de ella.   Esta vez la Revolución tiene al pueblo entero, tiene a todos los revolucionarios, tiene a los militares honorables.  ¡Es tan grande y tan incontenible su fuerza, que esta vez el triunfo está asegurado! Podemos decir con júbilo que en los cuatro siglos de fundada nuestra nación, por primera vez seremos enteramente libres y la obra de los mambises se cumplirá’’.
     Y se ganó el territorio, no por casualidad, ni por capricho o simple elección,  la designación de capital provisional de la República. El primer día de la libertad, en el año 1959, el combatiente victorioso explicaba: ‘’No se trata de halagar demagógicamente a una localidad determinada, se trata, sencillamente, de que Santiago ha sido el baluarte más firme de la Revolución’’.
   Y entonces vaticinó lo que nunca dejará de ser: ‘’ En Santiago de Cuba y en la Sierra Maestra tendrá la Revolución sus dos mejores fortalezas’’.
  Desde allí también Fidel acuñó frases que marcaron esencias del proceso revolucionario cubano: ‘’Los hombres mueren, el Partido es inmortal’’ o "Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo".
   Pero hay un elogio en la palabra de Fidel que es el mejor,  el que enorgullece, el que perdura, el que sella definitivamente la relación entre  líder y pueblo, el que reconoce el valor, el amor, la sangre derramada, el empuje, la  incondicionalidad y la confianza.
    Al antiguo Ayuntamiento de la ciudad, al Parque Céspedes, volvió en 1984 para entregarle a Santiago el Título Honorífico de Ciudad Héroe de la República de Cuba y la Orden Antonio Maceo, y entonces se escucharon las palabras de gloria:
  ‘’¡A ti te otorgamos hoy el título de Héroe de la República de Cuba y la Orden "Antonio Maceo", aquel insigne hijo tuyo que nos enseñó que jamás un combatiente cesa en su lucha, que jamás puede haber pactos indignos con el enemigo, que jamás nadie podrá intentar apoderarse de Cuba sin perecer en la contienda!
  '' Tú nos acompañaste en los días más difíciles, aquí tuvimos nuestro Moncada, nuestro 30 de Noviembre, nuestro Primero de Enero. A ti te honramos especialmente hoy, y contigo a todo nuestro pueblo, que esta noche se simboliza en ti. ¡Que siempre sean ejemplo de todos los cubanos tu heroísmo, tu patriotismo y tu espíritu revolucionario! ¡Que siempre sea la consigna heroica de nuestro pueblo lo que aquí aprendimos: Patria o Muerte!
   ''¡Que siempre nos espere lo que aquí conocimos aquel glorioso Primero de Enero: la victoria!
   ''¡Gracias, Santiago!’’
   Ahora estará Fidel en su Santiago. También agradecida, la tierra que tantas veces él reverenció lo acoge, la misma tierra desde donde se inició el camino, la ciudad baluarte, y de Cuba, seguro y para siempre, su mejor fortaleza. 

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