martes, 23 de diciembre de 2014

La dignidad es la mayor riqueza de un pueblo




   Lucilo Tejera Díaz
   Para la investigadora Elda Cento Gómez, vicepresidenta primera de la Unión de Historiadores de Cuba, la dignidad es la mayor riqueza de un pueblo.
   Es por ello que considera que el primer saldo positivo de los anuncios realizados el miércoles 17 de diciembre por los mandatarios de Cuba y Estados Unidos referidos a las relaciones entre los dos países fue el reconocimiento a la dignidad del pueblo cubano.
   Porque lo que hemos logrado es sin ceder, con dignidad, aseguró.
   Estimó que el inicio del  proceso de normalización de las relaciones no será el fin de un periodo de incomprensiones, y manifestó que ahora se abrirá una etapa muy compleja y de  muchos retos.
   Por eso es imprescindible mantener esa dignidad y fortalecer los valores de la cultura cubana, que ha sido siempre espada y escudo de la Patria, porque en los días que se avecinan serán más necesarios que nunca, expresó la autora de varias investigaciones convertidas en libros, algunos premiados a nivel nacional.
   La historiadora, radicada en Camagüey, consideró también que el establecimiento de relaciones diplomáticas y demás decisiones de ambos gobiernos, constituyen un acto de justicia para los pueblos de Cuba y de Estados Unidos, pueblos, dijo, que siempre han estado permanentemente identificados.
   Recordó que los máximos dirigentes de la Revolución Cubana de modo reiterado han hecho énfasis en que una cuestión es la relación con las autoridades, con el gobierno de Estados Unidos, y otra, con el pueblo norteamericano.
   Porque incluso, señaló,  en las páginas de la independencia de los Estados Unidos está Cuba.
   Sacó a colación que quizás más se reconozca en Estados Unidos la ayuda que le brindó Francia, y la que le dio España está un tanto relegada al olvido.
   Es justo recordar en este momento que La Habana fue el centro principal de abastecimiento a los rebeldes norteamericanos, que España contribuyó con tropas a la causa de la independencia de nuestros vecinos del Norte, pero cuando esas fuerzas retornaron diezmadas por el alto número de enfermos, fueron completadas allí con voluntarios blancos, pardos y mulatos, recalcó.
   Dijo que incluso se asegura que José Antonio Aponte, criollo negro libre y quien encabezó una de las primeras conspiraciones en Cuba contra el colonialismo español y por la justicia social, por lo que resultó ejecutado, estuvo entre los que apoyaron con las armas en las manos a los rebeldes de las 13 Colonias.
   Elda Cento también mencionó el financiamiento a esa lucha, no  solo la oficial de las arcas españolas en La Habana, sino las damas de abolengo quienes cedieron joyas y se  hicieron colectas públicas para los independentistas norteamericanos.
   Esos son hechos que demuestran que en el propio origen de la independencia de los Estados Unidos estamos nosotros los cubanos, ayuda olvidada pero que es bueno recordar, precisó.
   Además, señaló que en las propias guerras de independencia de Cuba combatieron junto a los mambises muchos norteamericanos y el pueblo estadounidense demostró una profunda simpatía por la causa libertaria.
   O sea que tenemos fértiles lazos históricos tejidos a lo largo de años como también profundas huellas de las ambiciones de dominación imperiales y por eso tenemos un mensaje de hermandad hacia el pueblo norteamericano, un mensaje de hermandad como debe ser: los hermanos se quieren y se respetan, enfatizó.
   Acerca de la liberación de los tres luchadores cubanos antiterroristas que permanecían encarcelados en Estados Unidos, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, la investigadora expresó que ha sido una victoria de la justicia, de los más puros ideales y de la solidaridad del mundo entero, y añadió:
   “Los Cinco resistieron y volvieron, porque, como afirmara José Martí, la victoria siempre está del lado del deber.” 

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