Lucilo
Tejera Díaz
Para la investigadora Elda Cento Gómez,
vicepresidenta primera de la Unión de Historiadores de Cuba, la dignidad es la
mayor riqueza de un pueblo.
Es por ello que considera que el primer
saldo positivo de los anuncios realizados el miércoles 17 de diciembre por los
mandatarios de Cuba y Estados Unidos referidos a las relaciones entre los dos
países fue el reconocimiento a la dignidad del pueblo cubano.
Porque lo que hemos logrado es sin ceder,
con dignidad, aseguró.
Estimó que el inicio del proceso de normalización de las relaciones no
será el fin de un periodo de incomprensiones, y manifestó que ahora se abrirá
una etapa muy compleja y de muchos
retos.
Por eso es imprescindible mantener esa
dignidad y fortalecer los valores de la cultura cubana, que ha sido siempre
espada y escudo de la Patria, porque en los días que se avecinan serán más
necesarios que nunca, expresó la autora de varias investigaciones convertidas
en libros, algunos premiados a nivel nacional.
La historiadora, radicada en Camagüey,
consideró también que el establecimiento de relaciones diplomáticas y demás
decisiones de ambos gobiernos, constituyen un acto de justicia para los pueblos
de Cuba y de Estados Unidos, pueblos, dijo, que siempre han estado
permanentemente identificados.
Recordó que los máximos dirigentes de la
Revolución Cubana de modo reiterado han hecho énfasis en que una cuestión es la
relación con las autoridades, con el gobierno de Estados Unidos, y otra, con el
pueblo norteamericano.
Porque incluso, señaló, en las páginas de la independencia de los
Estados Unidos está Cuba.
Sacó a colación que quizás más se reconozca
en Estados Unidos la ayuda que le brindó Francia, y la que le dio España está
un tanto relegada al olvido.
Es justo recordar en este momento que La
Habana fue el centro principal de abastecimiento a los rebeldes
norteamericanos, que España contribuyó con tropas a la causa de la
independencia de nuestros vecinos del Norte, pero cuando esas fuerzas retornaron
diezmadas por el alto número de enfermos, fueron completadas allí con
voluntarios blancos, pardos y mulatos, recalcó.
Dijo que incluso se asegura que José Antonio
Aponte, criollo negro libre y quien encabezó una de las primeras conspiraciones
en Cuba contra el colonialismo español y por la justicia social, por lo que
resultó ejecutado, estuvo entre los que apoyaron con las armas en las manos a
los rebeldes de las 13 Colonias.
Elda Cento también mencionó el
financiamiento a esa lucha, no solo la
oficial de las arcas españolas en La Habana, sino las damas de abolengo quienes
cedieron joyas y se hicieron colectas
públicas para los independentistas norteamericanos.
Esos son hechos que demuestran que en el
propio origen de la independencia de los Estados Unidos estamos nosotros los
cubanos, ayuda olvidada pero que es bueno recordar, precisó.
Además, señaló que en las propias guerras de
independencia de Cuba combatieron junto a los mambises muchos norteamericanos y
el pueblo estadounidense demostró una profunda simpatía por la causa
libertaria.
O sea que tenemos fértiles lazos históricos
tejidos a lo largo de años como también profundas huellas de las ambiciones de
dominación imperiales y por eso tenemos un mensaje de hermandad hacia el pueblo
norteamericano, un mensaje de hermandad como debe ser: los hermanos se quieren
y se respetan, enfatizó.
Acerca de la liberación de los tres
luchadores cubanos antiterroristas que permanecían encarcelados en Estados
Unidos, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, la investigadora
expresó que ha sido una victoria de la justicia, de los más puros ideales y de
la solidaridad del mundo entero, y añadió:
“Los Cinco resistieron y volvieron, porque,
como afirmara José Martí, la victoria siempre está del lado del deber.”
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