miércoles, 13 de enero de 2016

Raúl Ferrer, un hombre inmortal



Leonardo Ferrer Llópiz
"La clase es una paloma, en la escuela de cristal. En el mar sería la sal y en la flor sería el aroma". Así resume el poeta y educador cubano Raúl Ferrer la esencia de la docencia, labor a la que dedicó su vida y que defendió desde diferentes escenarios.
Su vocación por la enseñanza la encuentra tal vez en aquellas clases que impartiera en la escuelita del central Narcisa, en la provincia de Villa Clara, donde aplica métodos novedosos a la par que desarrolla su obra poética. Es allí donde la educación, el canto y la poesía se complementan de algún modo en la vida de Ferrer.
Con la Revolución llegan importantes responsabilidades en el Ministerio de Educación durante la gigantesca Campaña de Alfabetización y luego en la Dirección de Educación para Adultos. Su talento y entrega le llevó a ser viceministro y más tarde Consejero Cultural en la Embajada Cubana en la URSS.
La cultura cubana hace una reverencia ante este maestro, artífice de la Campaña Nacional por la Lectura, promotor de llevar a cada rincón del país el caudal de sabiduría que encierran los libros.
Conversatorios, investigaciones, encuentros teóricos, exposiciones son pretextos para acercarse siempre a la obra del maestro desde el aula o de las casas de cultura.
Indudablemente el pensamiento de Raúl Ferrer se manifiesta en el quehacer de los educadores cubanos y en el deseo de cualquier lector por llegar hasta el final de cada historia, hechizados por la magia y el encanto de un libro.

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