Cuscó Tarradel
Amigos de todas las regiones del mundo: La tarde, ya
anochecida, de este 27 de enero ha sido las más sosegada de los 10 días
modernos de latigazos de la tierra, murmullos de temblores y fábulas urbanas.
No hay boca en Santiago que no sugiera una plática sísmica. Los psicólogos
refrendan que a los chicos no se les instruye a golpes porque retardan el
aprendizaje y recula violencia; pero en materia de terremotos, del cuerazo de
tantas sacudidas, se aprende mucho. Me han llamado
de las mil Conchinchina, de cada región donde existe un cubano. El saldo en mi
móvil ha volado por el pleno ejercicio del esclarecimiento de la preservación
humana. No importa, ahora tengo amigos. La paz familiar vale un peso impagable
en oro. Santiago es una ciudad serena hoy. Nadie sabe mañana. Tanto reposo
escarba malos augurios para los científicos del Centro Nacional de
Investigaciones Sismológicas. No asumo todos los antojos verbales del
conocimiento especializado en la materia ni tampoco cada una de sus
especulaciones. Se ha equivocado tantas veces el hombre, que una más, me hace
reverenciar a la naturaleza imperfecta. Sólo respondo a la misma fe despierta
de mi periodismo: le llamo así porque es mi alarma consciente de cara hacia lo
novedoso, hacia lo que suena. La noticia nunca empacha ni cansa a quien la
lleva con lírica y la mece con veracidad. Ahora escribo a placer de una calma
potencial porque es la narración distinta a tenor de un período de estructuras
meneadas. Desando por donde nadie. “¿Será que tantas súplicas se escucharon al
unísono en lo más alto del reino de este mundo: el de Dios”?- me balbuceó una
anciana que salió de entre los escombros del terremoto de 1932 en el Paseo La
Alameda. Su interrogante me supo más a una afirmativa. Me dijo que en aquel
febrero revuelto, jamás la tierra se había estremecido como ahora; que,
incluso, dormía tranquila. Ella fue una de los 400 personas heridas de aquel 3
de febrero de un año bisiesto con 15 muertos. Voy día y noche tras números e
historias. Entro al CENAIS como un miembro más a cualquier deshora. Los
sismógrafos de 3 estaciones, corren en el monitor 10 sismos imperceptibles
hasta las 9 pm de este miércoles, a contar sólo la tarde (de las 12pm en
adelante). No se siente una sola vibración en las entrañas de mi tierra. Hace 24
horas, la gente ríe como antes.
Nota: Este texto lo escribió Cuscó Tarradel en Facebook
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