Aída Quintero Dip
La Ciudad Héroe será el epicentro de la
celebración del Día de la Rebeldía Nacional este 26 de Julio, otra jornada de
alegría, de recuerdo, y también de reconocimiento de cómo ha germinado entre
los pueblos hermanos de América Latina y el Caribe la semilla sembrada en el
Moncada.
Testigo excepcional
del ataque a la segunda fortaleza militar del país, en 1953, Santiago de Cuba
no olvida el heroísmo de los jóvenes de la Generación del Centenario que,
aunque no triunfaron en aquel instante, encendieron la llama que nutrió la
lucha hasta la victoria definitiva, en enero de 1959.
Cuántos ejemplos
perviven en la memoria del pueblo para andar tras sus huellas: Abel Santamaría,
Boris Luis Santa Coloma, Mario Muñoz Monroy, José Luis Tassende, Renato Guitart,
y Melba Hernández y Haydée Santamaría, símbolos del estoicismo de las cubanas.
Cada vez que se
acerca otro 26 de Julio y el aire de grandeza predomina en esta tierra rebelde,
se recuerda con intensidad el gesto altruista de quienes encarnaron el pensamiento
anticipador de José Martí de que el verdadero hombre no mira de qué lado se
vive mejor, sino de qué lado está el deber.
No hubo mejores
intérpretes de los ideales martianos que los osados asaltantes del Cuartel
Moncada, convencidos de que había llegado la hora de estallar la carga para
matar bribones y acabar la obra de las revoluciones, como vislumbró en sus
versos Rubén Martínez Villena.
Otro destacado
poeta y escritor cubano, Miguel Barnet, definió en una crónica este hecho con
una frase muy pertinente: “Los asaltantes al Cuartel Moncada fueron como
cimarrones contemporáneos”.
La imagen es
hermosa, legítima, porque sintetiza la continuidad histórica del proceso
revolucionario cubano y la razón de su raíz, como un fenómeno auténticamente
nuestro, un acontecimiento cultural trascendente no únicamente para Cuba.
Todas las épocas son
difíciles y en esos propios conflictos se crece el hombre. El asalto al Moncada
fue, es y será historia y cultura, "ningún enemigo podrá borrar esa luz
más allá de la pólvora y el tiempo", como expresó en una ocasión otro
poeta de altura, el santiaguero Cos Causse.
Un año antes del
ataque a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, en 1953,
Fulgencio Batista había encabezado un golpe de Estado y sumido a Cuba en
sangrienta dictadura, que tenía el respaldo y beneplácito del gobierno de Estados Unidos.
El plan de aquellos
hijos e hijas iluminados, bajo la guía visionaria de Fidel Castro, era ocupar
esas plazas militares y convocar a la insurrección popular, pero al ser fallida
la acción militar, le siguió una cruenta represión contra los asaltantes,
muchos de los cuales fueron asesinados tras su detención.
Pero aquel
aldabonazo devino motor impulsor de la rebelión que triunfó el Primero de
Enero, y comenzó una era de transformaciones, que no ha cesado, con profundas leyes de reforma agraria y
urbana que democratizaron la propiedad y usufructo de la tierra y las
viviendas.
Los cuarteles y
centros de tortura de la tiranía se convirtieron en escuelas y otros muchos
planteles educacionales fueron edificados a la par de la inédita campaña de
alfabetización que anonadó el analfabetismo.
La apertura de un
proceso de industrialización y nacionalización de empresas en Cuba significó el
enfrentamiento al gobierno de EE.UU., verdadero dueño de la economía de la
Isla, donde miles de hectáreas de las mejores tierras, minas, centrales
azucareros, hoteles y refinerías eran
controlados por intereses de la nación norteña.
Sucesivas administraciones
estadounidenses fracasaron en el propósito de socavar la Revolución y doblegar
a la Antilla Mayor, que sigue empeñada en construir el socialismo
"próspero y sustentable", como ha reiterado el Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro, uno de los asaltantes al
Cuartel Moncada.
Como chispa
convertida en fuego, la llama del 26 de julio de 1953 ha iluminado por los
mejores senderos a Cuba y a los pueblos
hermanos América Latina y el Caribe, seguidores del ejemplo de la Patria de
José Martí y abanderados de las ideas de su líder histórico Fidel Castro.
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