martes, 14 de julio de 2015

Santiago 500: Los pretorios, herencia arquitectónica



Marlene Montoya Maza
   Muchos rasgos distintivos tiene la ciudad de Santiago de Cuba, heredados desde que se fundó la villa, -hace casi 500 años, el 25 de julio de 1515-, por la topografía ondulante y empinada del valle donde se asentó, dando lugar al trazado irregular que muestra hoy.
   Fue así como surgieron los callejones, callejuelas, calles escalonadas y los pretorios, estos últimos acertadas soluciones arquitectónicas para salvar los diferentes niveles.
   Constituyen verdaderos promontorios que se adecuaron de forma armónica a la irregularidad del terreno.
   Por cualquier lugar del Centro Histórico sorprende al caminante una loma, en ocasiones de pendientes severas, de ahí que el acceso a muchas viviendas en lo alto se hizo a través de los pretorios, con una diversidad de formas constructivas.
   Son numerosos los exponentes dispersos por la añeja urbe pero, entre tantos, llama la atención el de la calle Heredia, entre Calvario y Reloj, que se distingue por su altura dando la imagen de un paredón que interrumpe por la acera el tránsito peatonal.
   Algunos de los que visitan esta ciudad y transitan por esa populosa vía, devenida arteria cultural y cuna del poeta José María Heredia, dirigen su mirada a ese pretorio, en cuyo concreto nace la vegetación como una curiosidad de la arquitectura santiaguera.
   Hace casi cinco siglos que el conquistador español Diego Velázquez fundó la villa de Santiago de Cuba. La fecha escogida por consenso de los historiadores fue el 25 de julio.
   Son muchos los invitados al festejo y quienes lo hagan por vez primera podrán admirar las peculiaridades arquitectónicas y urbanísticas de la localidad, entre esas los referidos pretorios.

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