miércoles, 15 de julio de 2015

Santiago 500: Fortín El Viso, majestuoso y fiel guardián




Ernesto Izquierdo Sánchez
   Construido en el siglo XVIII por el gobierno colonial debido a los ataques de las fuerzas insurrectas,  sobre un cerro todavía se yergue el fortín El Viso, majestuoso y fiel guardián del poblado San Luis de los Caneyes, en Santiago de Cuba, hoy conocido popularmente como El Caney.
   Bajo su mirada se vislumbra todo un forraje verde boscoso de mangales de bizcochuelo, que hacen gala de esa fruta tan dulce, reconocida mundialmente.
   Sus piedras aún recogen parte de la historia de la fundación de El Caney, las que conjuntamente con varios fortines de madera protegían estratégicamente la localidad oriental.
   Hoy, casi a 117 años de la batalla de El Viso, uno de los sitios del teatro de operaciones de la Guerra Hispano-Cubana Norteamericana, todavía se recuerda aquel histórico hecho, en el que la sangre del mambí patentizó el amor a la Patria.
   El primero de julio de 1898 el mando norteamericano decidió atacar a El Caney  y al no resultar efectiva su embestida por la mala ubicación, resolvió contar con la participación de las tropas mambisas, las que impusieron su experiencia combativa y facilitaron el asalto de la fortaleza en horas de la tarde.
   Aunque quedó demostrado teóricamente que no era necesaria  la batalla, sirvió para enaltecer el papel de los cubanos y esclarecer que el éxito de las operaciones de las fuerzas norteñas se logró por la asistencia de los insurrectos al mando de Calixto García.
   Pasarán todavía muchos años y allí seguirá El Viso, testimonio de la historia local, referencia para los visitantes nacionales y foráneos, y orgullo del rincón donde nacen los mangos más dulces de Cuba

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